Gigantes en la espesura. Descubierta en 1859 por el naturalista Alfred Russel Wallace, la abeja de Wallace (Megachile pluto) de Indonesia estuvo oculta de todo registro gráfico durante 160 años hasta que un grupo de investigadores volvió a captarla en vídeo en el año 2019.
Ya para el año de 1981, la abeja de Wallace dio sus primeros indicios de seguir aún con vida luego de que el biólogo americano Adam Messer descubriera seis de sus nidos en las montañosas islas indonesias de Bacan. Ningún nativo supo dar respuesta sobre ella.
Sin embargo, no sería sino hasta el año 2019 cuando un grupo de entomólogos, fotógrafos y ecólogos captaran en vídeo a una hembra de gran tamaño al interior de un nido de termitas en las islas Molucas, integrante también del archipiélago de Indonesia.
La abeja de Wallace es la más grande de su especie en el mundo, debido a que tiene el tamaño del pulgar completo de una persona adulta. Además, goza de una envergadura estimada de 6 centímetros en adultos y está cubierta con un vello negro aterciopelado, pero tiene una franja blanca en la parte delantera de su abdomen.
El naturista que le dio el nombre originalmente la describió como “un gran insecto negro parecido a una avispa, con mandíbulas inmensas como las de un escarabajo ciervo”. La especie es una variedad de abejas de la resina, y utiliza estas quijadas para recolectar la resina con la que construye sus nidos.
Adam Messer descubrió que la abeja hembra recoge fibras de madera y las mezcla con la resina para construir los túneles y celdas de la colonia, pues el macho es de mucho menor tamaño y solo se dedica a la reproducción. Se la considera en estado vulnerable.
En diálogo con The Guardian, el fotógrafo Clay Bolt, integrante del equipo que dio con ella nuevamente, aseguró que ver en vivo a la hembra de la abeja de Wallace fue “absolutamente impresionante”, y no dudo en calificarla como una especie de “bulldog volador”.
“Ver realmente qué hermosa y grande es la especie, escuchar el sonido de sus gigantescas alas mientras volaba por mi cabeza, fue simplemente increíble”, precisó.
Los expertos esperan que el hallazgo de esta especie concientice a la gente local y turistas a preservar el medio ambiente en el archipiélago del sudeste asiático.
“Al convertir a esta abeja en una insignia de la conservación, confiamos en que la especie tenga un futuro más brillante que si dejáramos que se recolectara de manera silenciosa”, expresó Robin Moore, biólogo del grupo ambientalista Global Wildlife Conservation que apoyó la búsqueda de la reina mielera.