Cargando...
Ciencia

Gen heredado de los neandertales aumentaría el riesgo de COVID-19, según estudio

Los neandertales no lograron adaptarse a los cambios de su entorno. Hay varias hipótesis sobre su extinción, entre ellas, la susceptibilidad a enfermedades humanas y la baja fertilidad.

larepublica.pe
Un estudio publicado en mayo reveló que un fragmento genético está asociado con la gravedad del coronavirus. Foto: referencial / EFE

El fragmento de ADN que se relaciona con la gravedad de la COVID-19 fue heredado por los neandertales, sugiere un nuevo estudio. El gen en cuestión aparece en parte de la población del sur de Asia y en menor medida en Europa, pero está casi ausente en África.

El hallazgo publicado en bioRixv, que aún no ha sido revisado por pares, reúne el análisis de un tramo de cromosoma por científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Alemania. Según explican, la investigación surgió a partir de otro estudio que reveló que dicho tramo hace susceptibles a los pacientes con coronavirus a sufrir insuficiencia respiratoria; es decir, a posibilitar que la enfermedad sea más grave.

Los cromosomas son estructuras que se encuentran en el núcleo de las células y transportan fragmentos largos de ADN. Cada uno se compone de proteínas y ayudan al ADN, que contiene el código genético humano, a existir.

La investigación que asocia la COVID-19 grave con un fragmento de gen se centra en dos regiones específicas. Una ubicada en el cromosoma 3, que contiene seis genes, y otra en el cromosoma 9, que determina el grupo sanguíneo ABO.

En el cromosoma 3, los científicos notaron una combinación única de aproximadamente 50.000 pares de bases que pone a las personas en riesgo de coronavirus grave. Esto fue confirmado después por el consorcio mundial COVID-19 Host Genetics Initiative.

Las personas que llevan dos copias de la variante tienen tres veces más probabilidades de sufrir enfermedades graves que las personas que no lo hacen, cita The New York Times.

Distribución genética

Desde el Instituto Max Planck se buscó determinar qué poblaciones son las que tienen dicha base genética. Para ello utilizaron datos en línea y detectaron que la cadena de ADN era la misma versión que poseía un neandertal de hace 50.000 años en Croacia.

Asimismo, observaron que si bien está casi ausente en África, en el sur de Asia, el 30 % de los pobladores lo poseen. La frecuencia más alta ocurre en Bangladesh, donde más de la mitad (63 %) tiene al menos una copia de la variante de riesgo del hombre de Neandertal.

En Europa, alrededor del 8 % tiene la variante, mientras que para los estadounidenses de origen mixto, está presente solo en el 4 %. En la actualidad cerca del 20 % de los genes de los neandertales continúan sobreviviendo en los humanos, revela también el análisis.

No está claro qué patrón evolutivo produjo esta distribución en los últimos 60.000 años. “Esa es la pregunta de los $ 10.000”, opina Hugo Zeberg, genetista del Instituto Karolinska en Suecia, uno de los autores de la nueva investigación.

Sobreviviente genético

Según los científicos, hace unos 60.000 años, algunos antepasados de los humanos modernos se expandieron fuera de África y se extendieron por Europa, Asia y Australia. Estas personas se encontraron con los neandertales y mestizos. El ADN de los primeros se combinó en nuestros genes y se propagó a través de las generaciones, mucho después de la extinción de esta especie.

La mayoría de los genes de los neandertales resultaron ser dañinos para los humanos modernos. Incluso se sospecha que pudo haber sido una carga para la salud de las personas o haber dificultado su descendencia. En el proceso de adaptación, estos genes se volvieron más raros y muchos desaparecieron.

No obstante, recientes investigaciones revelan que algunos se mantuvieron en la línea genética actual debido a que significaron una ventaja evolutiva. En el caso de la variante que se asocia con el riesgo de la COVID-19 grave, los expertos plantean que probablemente, en algún momento, la respuesta inmune que provocaba y resultaba propicia para otras enfermedades “exageró” su efecto contra el nuevo coronavirus.

Esta es solo una hipótesis. Svante Paabo, coautor del artículo, advierte que por el momento solo se puede “especular por qué la frecuencia es tan alta en el sur de Asia”.