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Ciencia

El verdadero ‘asesino’ en la COVID-19 podría ser el sistema inmunitario, sugieren expertos

Las “tormentas de citocina”, una reacción hiperinflamatoria del cuerpo, parecen tener un papel clave en los casos graves del SARS-Cov-2. Por el momento, dejan relativamente desamparados a los médicos.

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Representación 3D del coronavirus COVID-19. Crédito: Fusion Animation.

Fiebre, fatiga y tos seca son los síntomas “benignos o moderados” que provoca en cuatro de cada cinco casos el nuevo coronavirus SARS-CoV-2. Pero a veces se suma una molestia respiratoria que puede desembocar en un síndrome respiratorio agudo severo.

Es el caso para cerca de una de cada cinco o seis personas que necesita una hospitalización para sobrevivir, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, es posible que este cuadro pueda ser causado no precisamente por la COVID-19, sino por un estado de "shock citocínico”, provocado por nuestro propio sistema inmunitario.

Dificultades para respirar, impresión de tener los pulmones aplastados y labios o rostro que comienzan a ponerse azules son señales de alerta que deben conducir a una consulta urgente, de acuerdo con el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), organismo sanitario estadounidense.

La mayoría de los enfermos hospitalizados presenta una neumonía severa de alcance bilateral, que es la forma más grave de la enfermedad, afirma la OMS.

A menudo se produce un agravamiento brutal unos siete días después de la aparición de los primeros síntomas, según el profesor Yazdan Yazdanpanah, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del hospital Bichat de París.

Este plazo es variable, pero suele desembocar en un síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA). Esto es cuando los pulmones no proporcionan suficiente oxígeno a los órganos vitales y se requiere una ventilación artificial con el uso de un respirador.

“Shock citocínico”

“Se acumulan las pruebas que sugieren que una parte de los pacientes que sufren formas severas de COVID-19 son víctimas de un síndrome de shock citocínico”, escribe, con colegas británicos, Jessica Manson, especialista en fenómenos inflamatorios de la University College Hospital de Londres, en la revista médica The Lancet.

Este fenómeno de “tormenta hiperinflamatoria” fue detectado y descrito hace apenas dos décadas. Fue señalado para explicar la peligrosidad de las otras dos enfermedades respiratorias provocadas por coronavirus, el SARS (síndrome respiratorio agudo severo) y el MERS (Síndrome Respiratorio de Oriente Medio).

Se sospecha también que actuó durante las grandes pandemias gripales, como la terrible “gripe española”, que mató a unos 50 millones de personas en 1918-19.

“Respuesta inmunitaria exuberante”

Las citocinas son sustancias producidas de manera natural por las células del sistema inmunitario para regular la acción inmunitaria, en particular para favorecer la reacción inflamatoria que es una respuesta natural de defensa de un organismo agredido.

Pero en el caso de la "tormenta citocínica", se observa una aceleración de ese proceso que desemboca en un reacción hiperinflamatoria que puede ser letal.

¿Cuál es la importancia de esas tormentas en el engranaje mortal de los casos severos de COVID-19? “Es una muy buena pregunta”, responde el especialista estadounidense en microbiología e inmunología, Stanley Perlman, que estudió esos fenómenos en los casos del SARS y el MERS.

“Pienso que la respuesta inmunitaria exuberante es lo que verdaderamente mata a los pacientes (de COVID-19) destruyendo los tejidos. Pero no es una certeza”, responde a la AFP este experto de la Universidad de Iowa.

¿Cómo calmar la tormenta?

Sería necesario calmar la tormenta en los pulmones sin bajar al mismo tiempo las barreras inmunitarias de los enfermos. Por el momento, la medicina anda a tientas y prueba en medio de la urgencia de la pandemia.

Por ejemplo, en París, el grupo hospitalario público AP-HP lanzó en estos últimos días el ensayo CORIMMUNO para probar varios medicamentos contra reacciones inflamatorias excesivas.

En este momento no existe “ningún” enfoque terapéutico eficaz y comprobado contra este fenómeno, lamenta el profesor Perlman. Este especialista subraya que administrar corticoides, medicamentos antiinflamatorios habituales, sería “con seguridad nocivo” para los enfermos de COVID-19.