Soldado peruano que luchó en la guerra de Ucrania revela que ganaba 3000 dólares mensuales: "No siempre cumplían con el pago"
Michael Vásquez Reátegui, militar nacido en Pucallpa, contó en entrevista para La República que integró la Legión Internacional de Ucrania en tres ocasiones. El peruano también sirvió en Irak y Afganistán.
- Nació en Pucallpa y se fue del Perú a luchar en Ucrania: el soldado peruano que vivió de cerca la guerra y sobrevivió para contarlo
- Rusia lanza ataque a Ucrania tras 'Operación Telaraña': ofensiva se realizó con drones y misiles sobre Kiev

Michael Vásquez Reátegui, natural de Pucallpa, combatió en algunos de los conflictos más intensos del siglo XXI. A sus 44 años, ha recorrido el mundo como militar, agente de seguridad y, más recientemente, como miembro voluntario en la guerra entre Ucrania y Rusia. En entrevista con La República, contó cómo fue su paso por la Legión Internacional y qué lo motivó a luchar en un país que no era el suyo.
Este veterano peruano participó tres veces en la guerra de Ucrania desde 2022, formando parte de distintas unidades del ejército ucraniano. Según relató, su salario fluctuaba según la situación en el frente, aunque en promedio recibía cerca de 3000 dólares mensuales. Su testimonio ofrece una mirada directa y poco conocida sobre la participación de extranjeros en el conflicto europeo.
TE RECOMENDAMOS
DELIA ESPINOZA: LA MANIOBRA DEL CONGRESO DETRÁS DE LA INHABILITACIÓN | FUERTE Y CLARO
Del Ejército peruano a los frentes de Irak, Afganistán y Ucrania
Vásquez nació en Pucallpa en 1980 y fue el menor de siete hermanos. Su vida dio un giro drástico cuando, a los cinco años, se trasladó a Lima junto a su madre, quien atravesaba serios problemas de salud. La pérdida de ella cuando él tenía apenas 15 años lo obligó a buscarse la vida en las calles: vendía caramelos, se disfrazaba de payasito y hacía lo posible por sobrevivir. A pesar de haber interrumpido sus estudios, logró terminar la secundaria a los 20 años.
A los 17 ingresó al Ejército Peruano y sirvió hasta alcanzar el grado de primer sargento. En 2005, ya casado y con una pequeña hija (la hoy cantante Sharon Vásquez), fue contratado como agente de seguridad en la embajada de Estados Unidos en Irak. Años más tarde, también prestó servicio en Afganistán durante los enfrentamientos contra los talibanes. Estas experiencias le brindaron entrenamiento militar en países como Estados Unidos y Jordania.

Michael Vásquez compartió con varios latinos cuando servía en la guerra de Ucrania. Foto: archivo Michael Vásquez
Voluntario en Ucrania: la ruta desde Lima hacia la boca del lobo
Con el estallido de la guerra entre Ucrania y Rusia en 2022, Michael sintió el impulso de participar nuevamente en una zona de combate. “Sentí que podía hacer algo, sentí que podía ser parte de la historia”, contó. Luego de verificar personalmente con la embajada de Ucrania en Lima, se embarcó en un viaje hacia Europa. Voló primero a Madrid, luego a Varsovia, y finalmente cruzó por tren hasta la frontera ucraniana, donde se unió formalmente a la Legión Internacional.
Según narró, su salario como combatiente variaba según la unidad a la que era asignado y las condiciones logísticas del momento. “No siempre es seguro”, aclaró. “He estado en tres ocasiones en Ucrania, en diferentes batallones, y no siempre se ha cumplido con la retribución económica”. Aunque reconoció que existía una compensación mensual estimada en 3000 dólares, también explicó que, en medio de un conflicto activo, los pagos no eran garantizados.

Michael se unió a la Legión Internacional. Foto: archivo/ Michael Vásquez
El regreso a Perú marcado por la música y la familia
Tras sus misiones en Europa del Este, Michael volvió a Perú con una prioridad clara: su familia. Hoy comparte escenario con su hija Sharon, quien lidera la agrupación 'Parranda Mix Orquesta'. Además de ser músico, también ha trabajado como conductor profesional en rutas limeñas del Corredor Amarillo y como cocinero. A pesar de su pasado en zonas de guerra, su presente se enfoca en la música y en construir un legado junto a su hija.
Lejos del ruido de los enfrentamientos y el eco de las explosiones, Michael encuentra ahora paz en los ensayos y las presentaciones. “La familia es mi soporte emocional”, comenta. Su historia es testimonio de una vida marcada por la resiliencia, que empezó en las calles de Lima y terminó dejando huella en conflictos lejanos al Perú, pero que también le enseñaron el valor de volver a casa.
























