Nació en Pucallpa y se fue del Perú a luchar en Ucrania: el soldado peruano que vivió de cerca la guerra y sobrevivió para contarlo
Michael Vásquez Reátegui es un peruano que nació en Pucallpa y combatió en Irak, Afganistán y Ucrania. Desde Lima, hoy lidera una orquesta con su hija, mientras intenta sanar las secuelas del conflicto bélico.
- Rusia califica como "serias" las amenazas de Trump de imponer aranceles si Putin no alcanza un acuerdo con Ucrania
- Rusia lanza ataque a Ucrania tras 'Operación Telaraña': ofensiva se realizó con drones y misiles sobre Kiev

Michael Vásquez Reátegui nació en Pucallpa en 1980, y fue el menor de siete hermanos. A los cinco años llegó a Lima junto a su madre, quien falleció cuando él apenas tenía quince. Desde entonces, su vida estuvo marcada por la lucha diaria. Él vendía caramelos en los buses, hacía de payasito en la Plaza San Martín y ofrecía golosinas para poder sobrevivir. No tuvo acceso a una educación regular y terminó la secundaria recién a los veinte años.
Con apenas diecisiete años ingresó al servicio militar obligatorio, permaneciendo en el Ejército del Perú hasta alcanzar el grado de primer sargento. A los 23 conoció a la mujer que se convertiría en su esposa, y en 2004 nació su hija Sharon, quien hoy es cantante. Un año después empezaría su vida militar en el extranjero, él aceptó trabajar como agente de seguridad para la embajada de Estados Unidos en Irak, en plena guerra. “Recibimos más de veinte proyectiles en un solo ataque. Pensé que no volvería a ver a mi familia”, recuerda Michael en entrevista para La República. Sin embargo, su vida daría un giro definitivo cuando participó en la guerra de Ucrania en 2022.
TE RECOMENDAMOS
EL FRACASO DE LÓPEZ ALIAGA Y PLAYA LAS SOMBRILLAS EN RIESGO | FUERTE Y CLARO CON MANUELA CAMACHO
Michael Vásquez, el peruano dentro de la Legión Internacional de Ucrania
En 2022, tras el inicio de la invasión rusa a Ucrania, Michael escuchó el llamado del presidente Volodímir Zelenski para formar la Legión Internacional de Defensa Territorial. Sintió que era una oportunidad para actuar: “Sentí que podía hacer algo, sentí que podía ser parte de la historia”, contó. En tres viajes distintos, cada uno de seis meses, se sumó a las filas de combatientes extranjeros.
“Las experiencias en Ucrania fueron duras. Lo que más me marcó fue perder compañeros en combate”, relata. “Se forma una hermandad con gente de diferentes países. Ver caer a un hermano así es desgarrador”. Michael asegura que lo impulsó la idea de hacer algo significativo por la humanidad: “Veía en las noticias el daño que sufría la población civil: niños, mujeres, ancianos... Quería ser parte de la defensa de esa gente”.

Michael Vásquez luchó como parte de la Legión Internacional de Ucrania. Foto: Composición LR/Silvia Quiñonez/ archivo Michael Vásquez
PUEDES VER: Ucrania repele un nuevo ataque de drones rusos gracias a masiva respuesta aérea y electrónica de Kiev

Las cicatrices de la guerra y un nuevo comienzo de Michael Vásquez con la música
Aunque sobrevivió a varios frentes, el costo emocional ha sido alto. “Me cuesta mucho recuperarme, pero estoy en ese proceso. Mi familia es mi mayor soporte”, afirma. Aunque no ha recibido atención psicológica formal, destaca su fortaleza mental y el apoyo de los suyos como pilares en su proceso de sanación.
Hoy, alejado de los campos de batalla, ha retomado su vida en Lima. Michael es músico y conductor profesional. Antes manejaba en el Corredor Amarillo de la capital, y también tiene experiencia como cocinero. Actualmente, lidera la “Parranda Mix Orquesta”, agrupación en la que su hija Sharon es la vocalista principal.

Michael Vásquez viajó a Irak a servir en la guerra y regresar a Perú. Foto: archivo Michael Vásquez
Los problemas de la guerra: “Ser parte de la historia contrarresta todo lo demás”
Para Michael, haber expuesto su salud en conflictos armados sí valió la pena. “Quizás en el futuro, en las escuelas, los niños aprendan que un grupo de latinos defendió un país que no era el suyo. Ser parte de esa historia contrarresta lo demás”, sostiene.
Desde pequeño, soñaba con ser parte de algo más grande. “Cuando era niño jugaba a los cachaquitos. Uno de niño va construyendo su imaginación a través de los juegos”, dice, recordando esa infancia en la Plaza San Martín. Aunque su familia suele estar en contra de sus decisiones más arriesgadas, él sigue adelante: “Ser parte de esa vivencia es lo que me domina”.























