TDAH: ¿Qué es y por qué no se debe autodiagnosticar?
El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) ha cobrado relevancia en el ámbito de la salud mental, afectando la vida de niños y adultos. Este trastorno, que se manifiesta a través de la desatención, hiperactividad e impulsividad, ha llevado a que muchas personas busquen autodiagnosticarse a través de redes sociales. Sin embargo, especialistas advierten sobre los peligros de este enfoque.
El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) ha ganado visibilidad en los últimos años, especialmente entre jóvenes que comparten sus experiencias en redes sociales. Sin embargo, el autodiagnóstico de este trastorno se ha convertido en una tendencia preocupante.
Las plataformas como TikTok han contribuido a la difusión de información sobre el TDAH, acumulando miles de millones de visitas bajo etiquetas como #tdah. Sin embargo, los especialistas advierten que esta tendencia puede llevar a confusiones. "Los síntomas pueden ser similares a otros trastornos por lo que deben presentarse durante al menos seis meses para poder diagnosticar el trastorno", sostuvo el médico psiquiatra Loy Rengifo a Panamericana TV.
En esta nota te explicamos qué es el TDAH y por qué es importante acudir a un especialista para su diagnóstico.
¿Qué es el TDAH?
El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que se manifiesta principalmente en la infancia, caracterizado por síntomas de desatención, hiperactividad e impulsividad. Según la Asociación Americana de Psiquiatría, afecta aproximadamente al 6-8% de la población infantil. A pesar de su prevalencia, el diagnóstico no es simple; requiere un análisis exhaustivo que incluye entrevistas, revisión del historial médico y, en algunos casos, pruebas neurológicas.
La mayoría de casos se diagnostican a temprana edad. Foto: Archivo.
TDAH: ¿Cuáles son los síntomas más comunes?
Según el Dr. Carlos Vera, médico psiquiatra del Hospital de Emergencia Grau, uno de los signos más evidentes del TDAH es la dificultad para detenerse ante una orden; por ejemplo, si se le indica "detente", el niño continúa con la acción que está realizando.
Además, se observa una impulsividad notable, como dar un golpe o realizar una acción sin percatarse de las consecuencias. Otro síntoma común es la falta de atención en clase, especialmente durante actividades como un dictado, donde el niño puede parecer desconectado. Estos tres signos son fundamentales para la identificación del Déficit de Atención e Hiperactividad en los más pequeños.
En el Perú existen alrededor de 7% de menores de edad que sufren algún grado de TDAH y no han sido diagnosticados, debido a que muchas veces su comportamiento se confunde con inquietud o flojera. Así lo reveló el Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas.
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¿Cómo puedo diagnosticar el TDAH?
Para aquellos que sospechan tener TDAH, la recomendación es clara: buscar una evaluación profesional. “Es fundamental que un médico con experiencia realice un diagnóstico preciso, que considere todos los factores involucrados”, aconseja el Dr. Loy Rengifo. Esto incluye no solo la evaluación de síntomas, sino también la interacción del paciente en diferentes entornos como el hogar y la escuela.
El diagnóstico del TDAH en niños comienza con una evaluación psicológica, que puede ser individual o grupal. Este proceso permite observar cómo los niños interactúan con su familia y amigos. En algunos casos, la terapia es suficiente para que los pequeños aprendan a controlar su impulsividad y mejorar sus relaciones interpersonales.
Una vez realizada esta prueba, el siguiente paso implica la intervención de un médico psiquiatra. "Primero analizamos si el niño puede funcionar sin necesidad de medicación, dándole un periodo de prueba de algunas semanas o un mes. Si observamos que tiene dificultades, comenzamos con el tratamiento más suave posible para ayudarlo a estar regulado", explica el Dr. Vera. Es importante destacar que, en la dosificación adecuada, no hay riesgo de adicción o dependencia en los niños.
¿Cómo tratar el TDAH?
El tratamiento del TDAH varía según la severidad y los síntomas presentados. Este puede incluir terapias de modificación de conducta, apoyo familiar y, en algunos casos, medicación. La intervención temprana es crucial, ya que puede mejorar significativamente la calidad de vida de quienes padecen este trastorno.
