Sociedad

San Borja: tras 18 días, sale de UCI niño con quemaduras graves por foto con fogata en playa Arica

Menor de 5 años que sufrió graves quemaduras por fuego directo en playa Arica, en Lurín, abandonó la unidad de cuidados intensivos (UCI). El INSN de San Borja reportó que viene recuperándose satisfactoriamente.



Menor de 5 años se mantiene bajo observación y está fuera de estado crítico. Foto: Andina
Menor de 5 años se mantiene bajo observación y está fuera de estado crítico. Foto: Andina

Tras casi 3 semanas en la unidad de cuidados intensivos, la Subunidad de Quemados del Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) de San Borja reportó que el menor de 5 años que sufrió quemaduras en la playa Arica ha logrado superar la etapa crítica. Este progreso se produce tras un período en el que el pequeño estuvo inconsciente y conectado a un respirador artificial.

Según Andina, el niño despertó la semana pasada tras presentar una mejoría considerable y el último sábado dejó el área de UCI. El establecimiento médico reportó que seguirá siendo monitoreado para verificar que su salud no se encuentre comprometida. El menor logró pasar el segundo domingo de mayo al lado de su madre, Mónica Chávarri, quien, al igual que sus familiares, se encuentra aliviada por la recuperación de su pequeño.

Quemaduras graves por foto: ¿a qué se debían sus heridas?

El 24 de abril, el niño, de apenas 5 años de edad, sufrió graves quemaduras de segundo y tercer grado, las cuales afectaron el 21% de su cuerpo. Este lamentable suceso ocurrió durante una sesión fotográfica en la que el pequeño se encontraba acompañado de otros menores de edad en la playa de Arica junto a una fogata. Una mujer, supuestamente parte del estudio a cargo de la sesión, se acercó al fuego y roció ron para quemar.

Como resultado, las llamas aumentaron y el viento hizo que terminaran afectando a dos de los menores, uno de ellos el hijo de Mónica Chávarri. El fuego afectó su rostro, cuello, miembros superiores y tórax, con lo que comprometió las vías respiratorias, las cuales no solo se vieron afectadas directamente por el fuego, sino también por el humo y la combustión.

Además del menor internado en UCI, el fuego alcanzó a otro niño y a una mujer. Foto: difusión.

Además del menor internado en UCI, el fuego alcanzó a otro niño y a una mujer. Foto: difusión.

Quemaduras de segundo y tercer grado

Las quemaduras se clasifican según la profundidad y severidad del daño tisular causado por el agente térmico (calor, fuego, electricidad, etc.). Las quemaduras de segundo y tercer grado son las más graves y requieren atención médica inmediata.

Quemaduras de segundo grado

Las quemaduras de segundo grado se caracterizan por afectar tanto la capa externa (epidermis) como la capa intermedia (dermis) de la piel. Se subdividen en dos tipos:

  • Quemaduras de segundo grado superficiales: afectan la capa superior de la dermis. Se presentan como ampollas rojas, dolorosas y húmedas. La piel se siente sensible al tacto y puede haber hinchazón. Generalmente, sanan en 2-3 semanas sin dejar cicatrices significativas.
  • Quemaduras de segundo grado profundas: afectan la capa profunda de la dermis. Las ampollas pueden ser más grandes y profundas, o la piel puede aparecer blanca y correosa. El dolor puede ser intenso y la sensibilidad al tacto disminuye. La curación toma más tiempo (3-6 semanas) y puede dejar cicatrices.

Quemaduras de tercer grado

Las quemaduras de tercer grado son las más graves y destruyen todas las capas de la piel (epidermis, dermis e hipodermis), llegando incluso a afectar tejidos subyacentes como músculos, tendones y huesos. Se presentan en tres tipos:

  • Quemaduras de tercer grado espesor total: la piel se ve blanca, grisácea o carbonizada. Puede haber áreas de piel seca y curtida. La zona quemada está insensibilizada al dolor. La cicatrización es extensa y requiere injertos de piel.
  • Quemaduras de tercer grado con afectación de estructuras subyacentes: Además del daño a la piel, se afectan músculos, tendones, huesos y otros tejidos. Puede haber deformidades y pérdida de funcionalidad en la zona afectada. Requiere tratamiento quirúrgico complejo y rehabilitación a largo plazo.
  • Quemaduras de cuarto grado: Son extremadamente raras y representan la destrucción total de la piel y todos los tejidos subyacentes, incluso el hueso. Pueden ser fatales si no se recibe atención médica inmediata y especializada.

¿Qué impacto emocional pueden tener las quemaduras en los niños y sus familias?

Las quemaduras en niños pueden tener un impacto emocional significativo tanto para el niño como para su familia. Además del dolor físico y el tratamiento necesario para curar las heridas, las secuelas y cicatrices de la quemadura pueden generar diversas dificultades.

En el niño

  • Miedo y ansiedad: Las quemaduras pueden ser una experiencia traumática para los niños, lo que puede generar miedo y ansiedad intensos. El miedo al dolor, a la desfiguración y a la muerte puede ser abrumador.
  • Depresión y tristeza: Los niños que han sufrido quemaduras graves a menudo experimentan síntomas de depresión y tristeza. Esto puede deberse al dolor físico, las limitaciones físicas y las cicatrices emocionales que dejan las quemaduras.
  • Trastorno de estrés postraumático (TEPT): El TEPT es una condición común en niños que han sufrido quemaduras graves. Los síntomas del TEPT pueden incluir recuerdos recurrentes del evento traumático, pesadillas, flashbacks, dificultad para concentrarse, irritabilidad y cambios en el estado de ánimo.
  • Baja autoestima: Las cicatrices físicas y las limitaciones físicas que pueden causar las quemaduras pueden afectar la autoestima del niño. Los niños pueden sentirse avergonzados de su apariencia y pueden evitar actividades que antes disfrutaban.
  • Dificultades sociales: Las quemaduras pueden aislar a los niños socialmente. Los niños pueden ser objeto de burlas o acoso por parte de sus compañeros, y pueden tener dificultades para formar y mantener amistades.

En la familia:

  • Estrés y ansiedad: Los padres y cuidadores de niños quemados a menudo experimentan altos niveles de estrés y ansiedad. Deben lidiar con el dolor físico y emocional de su hijo, así como con las dificultades financieras y logísticas que pueden acarrear las quemaduras.
  • Culpa: Los padres a menudo se sienten culpables por la quemadura de su hijo, incluso si no pudieron prevenirla. Esta culpa puede ser abrumadora y puede dañar las relaciones familiares.
  • Trastorno de estrés postraumático (TEPT): Los padres y cuidadores de niños quemados también pueden desarrollar TEPT. Los síntomas del TEPT pueden ser similares a los de los niños, e incluyen recuerdos recurrentes del evento traumático, pesadillas, flashbacks, dificultad para concentrarse, irritabilidad y cambios en el estado de ánimo.
  • Dificultades financieras: Las quemaduras pueden ser una carga financiera importante para las familias. Los costos del tratamiento médico, la terapia y la rehabilitación pueden ser altos. Además, los padres pueden tener que faltar al trabajo para cuidar a su hijo, lo que puede afectar sus ingresos.
  • Problemas de pareja: El estrés y la ansiedad que pueden causar las quemaduras pueden poner a prueba las relaciones de pareja. Los padres pueden discutir sobre la mejor manera de cuidar a su hijo, y pueden sentirse resentidos el uno con el otro por el tiempo y la atención que dedican al niño.