Derrame de petróleo en Ventanilla: afectados duermen en la vía pública para recibir bono de Repsol
Bono de contaminación. Decenas de personas permanecen en los alrededores de la refinería La Pampilla para acreditar que son damnificados del derrame y recibir la subvención.
Hace nueve meses ocurrió uno de los peores derrames de petróleo en la historia del país. Durante todo ese tiempo, los avances para resarcir las consecuencias ecológicas y sociales fueron casi nulos. Por tanto, los afectados siguen sin conseguir la esperada ayuda.
Durante la tarde del miércoles 7 de septiembre, decenas de personas de Ventanilla, Ancón, Chancay y Huacho, llegaron a las oficinas de la refinería La Pampilla, operada por Repsol, con la esperanza de entregar la documentación que acredite su condición de afectados por el desastre ambiental.
Según denunciaron los ciudadanos, la transnacional decidió dar una cantidad limitada de tickets para evaluar cada caso. Esto, debido al desorden que generó el empadronamiento en las municipalidades de cada distrito.
“Estoy acá desde las 3.00 a. m., vengo desde Ancón, ya estoy viniendo como seis meses. Repsol me tiene que solucionar mi tema, somos una asociación de comerciantes pescadores artesanales. La vez pasada me citaron y me dijeron que tenía que presentar mi caso especial en el tema del bono”, afirmó una comerciante.
“Ya nos han dado a un grupo, pero al resto no. Ellos son pescadores damnificados y no los atienden. Lo que pasa es que las municipalidades han hecho lo que han querido, no han actuado debidamente, no identificaron quiénes eran los verdaderos damnificados. Por eso, Repsol tomó medidas y directamente tienen que venir acá para entregar su documentación”, explicó la mujer.
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Por otro lado, otro ciudadano expresó su malestar por la falta de voluntad política para solucionar la situación de miles de familias que vivían de la pesca.
“Yo estoy desde las 6 de la tarde de ayer. A las 8 de la noche, salió un encargado y nos dijo que iba dar ticket a 400 personas. Estamos esperando todos, cada uno con su DNI. Luego, a las 2 de la mañana, sale otro y nos dice: ‘No se dará nada a nadie, vayan a su casa y se inscriben por la web’. La mayoría viene de Chancay, somos de Ancón”, lamentó.