Virgen del Carmen de Paucartambo: la fe a todo color tras dos años de pandemia
Miles de personas revivieron una de las manifestaciones religiosas más importantes del Cusco.
No entraba ni un alfiler. Miles de personas se dieron cita en la principal plaza de Paucartambo, en la región Cusco, para ser parte de la guerrilla, desenlace de la festividad de la Mamacha Carmen.
Cuenta la historia que cada año los Qhapaq Qollas llegan del Altiplano hasta Paucartambo con la única intención de llevarse a Virgen del Carmen hasta sus tierras. Esto porque la imagen habría llegado de España por error al Cusco, pues estaba destinada para ir a un templo de Puno.
Esto es evitado por los Qhapaq Chunchos, quienes tras una sangrienta batalla aseguran la presencia de la Mamacha en tierras paucartambinas.
Los Qhapaq Qollas son seres mitad llamas y mitad humanos que están comandados por la Emilia, la dueña del rebaño. Con la captura de este personaje culmina la batalla y firman un pacto de paz hasta el próximo año.
Tras casi tres horas de lucha llegan los Saqras, coloridos personajes que representan a demonios, quienes aprovechan la guerra para la cosecha de almas a las cuales llevan al limbo en un carro incandescente al que llaman nina (carro de fuego).
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Las danzas de la fiesta el Paucartambo representan a todas las sangres que se conjugan para dar vida a la expresión religiosa y cultural que data de tiempos inmemoriales y que luego de dos años de pandemia fue recreada con la fe y devoción que caracteriza al pueblo católico andino del Cusco.
