El cáncer de cuello uterino se previene
Se recomienda a las personas realizarse una detección preventiva con el objetivo de un diagnóstico temprano, de ser el caso.
Es la quinta neoplasia más diagnosticada en el mundo. A pesar de su alta incidencia es prevenible y se le puede detectar con pruebas de tamizaje, como la citología cervicouterina, llamada también Papanicolaou, y la prueba de ADN del VPH, conocida como prueba molecular o test de Cobas.
El cáncer de cuello uterino o de cérvix es la quinta neoplasia más diagnosticada en el mundo. Globocan 2020 informa que anualmente se diagnostican 13 casos por cada 100.000 personas en el mundo. El agente que lo origina es el virus Papiloma Humano.
A pesar de su alta incidencia y mortalidad esta enfermedad es prevenible. El objetivo de la prevención es detectar las lesiones precancerosas con el fin de tratarlas de manera temprana y evitar que desarrollen en cáncer. Así lo dio a conocer el médico ginecólogo oncólogo Cristian Casas Silva, del centro médico de medicina especializada Lima del Mar.
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Según la Asociación Americana de Cáncer, las principales pruebas de tamizaje son la citología cervicouterina, llamada también Papanicolaou, y la prueba de ADN del VPH, conocida como prueba molecular o test de Cobas.
En poblaciones con muchos programas de detección preventiva, la literatura menciona que ha habido una disminución en las muertes por este cáncer en un 50% a 75% en los últimos 50 años.
Una vez certificado el diagnostico citológico alterado o prueba molecular a virus de alto riesgo, se realiza la prueba diagnóstica (Colposcopia) y luego biopsia del cuello uterino de encontrarse lesión.
Las lesiones premalignas diagnosticadas en el cuello uterino como resultado de una biopsia patológica tienen un manejo diferente dependiendo del grado y severidad. De manera que las lesiones de bajo grado generalmente se observarán; mientras que las lesiones de alto grado si necesitarán tratamiento.
Se recuerda que el tratamiento debe darse de acuerdo al médico tratante, en este caso el ginecólogo o en el mejor de los casos por el ginecólogo oncólogo ya que no solo ve el tratamiento, sino un seguimiento estricto para evitar recaídas y recurrencias de esta enfermedad.