Sociedad

Conflictos sociales se reactivan en corredor minero

Panorama. Vía permite la salida de minerales para la exportación. Allí hay 35 conflictos sociales, 12 ambientales.

DIÁLOGO. Gobierno y mineras lograron esta semana calmar las aguas de cinco comunidades.
DIÁLOGO. Gobierno y mineras lograron esta semana calmar las aguas de cinco comunidades.

Los conflictos sociales se han reactivado con rapidez en el Corredor Minero del Sur, ruta que cruza Apurímac, Cusco y Arequipa. Tres comunidades de Espinar empezaron una protesta en contra de Antapaccay por haber resuelto el contrato con sus empresas que prestaban servicio de limpieza, y dos de Velille, en Chumbivilcas, bloquearon el corredor en demanda de que la minera MMG Las Bambas cumpla sus compromisos de hacer obras.

El Gobierno nacional y las mineras reaccionaron y acudieron a ambas zonas a desactivar los conflictos sociales. En Espinar se entabló el diálogo entre las comunidades y Antapaccay. La próxima reunión será el 26 de octubre en la que se evaluará la nueva propuesta de negocio de la minera a las empresas comunales.

El jueves dialogaron los dirigentes de las comunidades de Tuntuma y Hatun Collana (Velille) con representantes de la minera MMG Las Bambas, Ministerio de Energía y Minas y otros. Tuntuma llegó a un acuerdo. Las Bambas entregará cada año 700 mil soles, dos tractores y semillas de avena. Mientras que Hatun Ccollana todavía no acepta la propuesta. El acuerdo fue esperar el documento de la minera y su firma el jueves próximo. Mientras desbloquearon el corredor vial.

El prefecto regional del Cusco, Julio Hancco, consideró positivo los resultados del diálogo. “Esperemos que ahora no surjan otros problemas en otras comunidades”, señaló.

Su preocupación es razonable. El Corredor Minero del Sur, por donde MMG Las Bambas, Hudbay Perú y Antapaccay sacan los minerales para la exportación, es un escenario de permanente conflictividad. Según el último reporte de la Defensoría del Pueblo, a setiembre, la región Cusco registra 20 conflictos sociales, 16 activos y cuatro latentes. Ocho de estos tienen que ver con las malas relaciones con la minería. Mientras que, en Apurímac, donde hay 15 conflictos sociales, cinco están ligados a dicha actividad extractiva.

El constante cierre del corredor genera pérdidas millonarias al sector turismo. El año pasado, a causa del bloqueo por más de 100 días, Las Bambas dejó producir más de 20 mil toneladas métricas de cobre. Otra cantidad deja de generar la mina Constancia de Hudbay y Antapaccay de Glencore. No obstante, las mineras son muy reticentes a hablar de las pérdidas económicas, porque “eso implicaría revelar también los millones que gana cada día”, dice un trabajador de Antapaccay, que pidió el anonimato.

La difícil tarea de resolver los conflictos

El prefecto regional, Julio Hancco, dijo que la dificultad para resolver los conflictos se debe a la multiplicidad de demandas. Además, sostiene, que las mesas de diálogo estuvieron suspendidas a causa de la pandemia y eso devino en una molestia de las comunidades y sus autoridades. Otro factor que contribuye a la alta conflictividad en la zona, según Hancco, es el uso de las demandas con fines electorales.

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