Sociedad

En Puno, 20.000 alumnos dejaron las clases de Aprendo en Casa

Mala nota. Estudio de Dirección de Educación concluye que la mayoría de escolares abonaron su formación por falta de dinero para equipos tecnológicos y pagar el servicio de Internet.

REALIDAD.  Después de tratar de seguir las clases subiendo a los cerros, los alumnos de Puno abandonaron la educación virtual.
REALIDAD. Después de tratar de seguir las clases subiendo a los cerros, los alumnos de Puno abandonaron la educación virtual.

El balance sobre los impactos de la estrategia Aprendo en Casa, implementado en el marco de la emergencia sanitaria y el control y prevención de la COVID-19, no es alentador en la región Puno.

Desde que se conoció que los estudiantes en el sector rural tenían que subir a los cerros para captar señal radio, televisión o Internet, la Dirección Regional de Educación de Puno ordenó un estudio en las 14 Unidades de Gestión Educativa (UGEL). La investigación buscó establecer si este nuevo mecanismo de enseñanza virtual realmente estaba cumpliendo los objetivos.

Abandono de clases

Según los resultados, desde que se implementó la educación a distancia, un total de 20 mil 553 alumnos abandonaron el método alternativo de enseñanza. La cifra representa el 8.08 % de un universo de 254 mil 220 escolares del nivel inicial, primaria, secundaria y educación básica alternativa.

La razón por la que los alumnos desistieron de continuar sus estudios se debe a factores sociales, educativos y económicos. Este último es el más predominante.

El 76.49% dejó los estudios porque sus padres no tenían dinero para adquirir equipos tecnológicos (celulares o laptop) y no podían pagar el servicio de Internet. “Este rubro es el más dramático. Si los alumnos dejaron los estudios es porque la actual situación golpeó la economía de las familias, sobre todo, del sector rural, donde no hay buenas condiciones en distintos aspectos”, aseguró Mario Benavente, director regional de Educación de Puno.

El funcionario precisó que los estudios de campo revelaron además que los padres prefirieron que sus hijos los ayuden en el negocio familiar. “La situación es dramática porque los padres de familia no han querido arriesgarse a asumir una serie de gastos que no van a poder pagar en el tiempo por falta de trabajo fijo”, acotó.

Otro de los factores es el social: representa el 21.76 % de la deserción. Dentro de este acápite se identificaron diversas causas. En la mayoría de casos la familia migró hacia otros destinos, pero no para garantizar educación a sus hijos sino para dedicarse al negocio o a la minería.

Método que no gusta

El factor educativo y pedagógico es otra de las causas que llevó a los escolares a desistir en su formación. Este ítem representa el 6.55% . Las razones son que tanto el estudiante como el profesor no encontraron los métodos adecuados para impartir y adquirir los conocimientos como en la educación presencial.

“Tenemos que reconocer que el profesor no estaba preparado, aunque en un mínimo porcentaje, para esta nueva forma de educación. Lo más dramático es que los alumnos tampoco están de acuerdo con este método. Están conectados y están haciendo otras cosas en vez de tomar atención a la pantalla pequeña del celular. A los alumnos del sector rural sobre todo casi no les gusta este método de educación. Ellos prefieren ir a los colegios. Ellos quieren a su profesor en frente”, explicó.

Este diagnóstico fue elaborado entre profesores y padres de familias que son parte de la actual estrategia de educación.

No todos los alumnos tienen las mismas facilidades

El sociólogo y profesor Aurelio Condori aseguró que las cifras no reflejan la realidad de fondo. “Yo sostengo que la educación virtual ha tirado por los suelos la formación de 2020. Los niños no están aprendiendo casi nada, sobre todo, en el sector rural. Por eso creo que la realidad es más dramática. Por ejemplo, en mi colegio, de los 30 alumnos, solo cinco están atentos y el resto está mirando a cualquier lugar. Hay varios factores: no todos tienen el mismo equipo ni la misma señal”.

Mario Benavente, por su parte, indicó que los aspectos económicos son determinantes. Dijo que si en la ciudad hay alumnos que reciben clases en la pantalla de un televisor, en la zona rural con las justas captan alguna señal.

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