Sociedad

Enfermera que trabaja en UCI: “Es triste escuchar a mi hija decir que este virus nos ha separado”

La enfermera confesó lo difícil que es trabajar en la Unidad de Cuidados Intensivos en tiempos de pandemia. Otros especialistas también revelaron el reto que implica trabajar en primera línea en medio de esta crisis por el coronavirus.

Enfermeras brindaron sus testimonios de atención a pacientes con COVID-19 en la UCI. Créditos: María Pía Ponce / URPI-GLR
Enfermeras brindaron sus testimonios de atención a pacientes con COVID-19 en la UCI. Créditos: María Pía Ponce / URPI-GLR

Con información de María Pía Ponce

Este viernes 28 de agosto, el Seguro Social de Salud (EsSalud) rindió homenaje en la Villa Panamericana a todos los enfermeros y enfermeras que luchan día a día en la primera línea atendiendo a pacientes afectados con el nuevo coronavirus. En esta jornada especial, aprovecharon para dar algunos testimonio acerca de su labor.

La licenciada Socorro Quijano Ortiz trabaja hace más de 24 años en la Unidad de Cuidado Intensivos (UCI) del hospital Edgardo Rebagliati, y su carrera profesional dio un giro cuando la pandemia llegó. Su vida dio un giro de 180 grados. Tuvo que cambiar hábitos, ser más cuidadosa y armar un nuevo equipo biomédico especializado.

“Mi vida ha cambiado, es un nuevo reto esta pandemia”, contó. Ella es casada y tiene tres hijas. Su esposo es tecnólogo médico, quien actualmente no labora al ser persona de riesgo con diabetes e hipertensión. “Tengo un cuarto aparte, estoy separado de ellos, mantengo mis distancias y es triste escuchar a mi hijita decir que este virus nos ha separado”, manifestó a La República.

Por otro lado, indicó que su madre le pidió que no labore por este virus, pero ella sabe que las personas necesitan de su ayuda, y bajo esa consigna, sigue trabajando. También exhortó a la ciudadanía a reflexionar sobre la labor del personal de salud para que sigan evitando acciones en contra de las medidas sanitarias.

“Tomen conciencia. El personal de salud está haciendo méritos y dejando a sus familias. Sean responsables, se están perdiendo vidas y este virus afecta todo el sistema. Avanza a pasos agigantados. Quédense en casa. Eviten salir, eviten ver a sus familiares. Todo depende de nosotros”, dijo.

Mientras tanto, Elizabeth Arrieta, también enfermera que trabaja en el hospital Rebagliati, mencionó que ha tenido que cambiar sus medidas de protección para evitar contagiar a su familia.

“Tengo el temor de contagiarlas, tengo que estar pendiente, y me mantengo aislados de ellos”, relató. Al llegar a casa tiene que bañarse, cambiarse de ropa. Desde marzo dejó de lado los abrazos para cuidar a su familia, lo cual le afectó mucho. “Somos muy unidos; podemos hablar por redes sociales, pero no es lo mismo”, acotó apenada.

El director de la Villa Panamericana, Carlos Alberto Olivera Jaramillo, resaltó la labor de las enfermeras. “Son la mano derecha del médico, es un trato constante transmitiendo confianza y esperanza”, expresó. Él finalizó anunciando su admiración por sus colegas al verlas comprometidas con su profesión, con la dura lucha del día a día para salvar a las personas que contrajeron la COVID-19.

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