Cusco: Empresarios y guías de turismo abandonan Machupicchu pueblo
PANORAMA DESALENTADOR. Según la Cámara de Comercio del Cusco, cientos de pequeños empresarios cerraron sus negocios por falta de turistas. Machupicchu pueblo no fue la excepción. El cierre de restaurantes, hoteles y otros negocios obligó al éxodo.
José Víctor Salcedo
La cola es interminable. Cientos de pasajeros, con sus pertenencias, hacen colas largas para abordar el tren que saldrá de Machupicchu pueblo. Son empresarios, guías de turismo y trabajadores de hoteles, restaurantes y servicios turísticos obligados a cerrar por la ausencia de visitantes desde el inicio de la pandemia.
Esperan durante horas y hasta días para conseguir asiento en el transporte ferroviario. Su objetivo es llegar a Ollantaytambo (Urubamba) y de ahí volver a sus lugares de origen.
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El cierre de las fronteras y la suspensión intempestiva del turismo los dejó sin ingresos y sin trabajo . No pueden continuar hasta que vuelva la “normalidad”. El éxodo empezó el viernes 10 de julio. Ese día PeruRail volvió a operar los trenes para pobladores locales.
Joel no duerme hace cuatro días. Es martes 14 de julio de 2020. El joven se mueve desesperado en medio de colchones, camas desarmadas, muebles y sacos de ropas, mensajería y otras pertenencias que sacó del restaurante que tuvo que cerrar. Ha llegado hasta la estación de trenes para regresar a su tierra natal.
Joel es un joven guía de turismo que tenía su restaurante en Machupicchu Pueblo. Debido a la pandemia dejó de funcionar y generar ingresos durante casi cuatro meses. Con sus ahorros solventó el alquiler del local durante estos meses, pero la prolongada “sequía” agotó sus reservas. Joel tenía la esperanza de que el turismo volviera a Machupicchu, pero recién se dio cuenta que las visitas tardarán varios meses en volver o quizá años. Primero deben abrirse las fronteras. Luego los visitantes demorarán en recuperar la confianza de hacer turismo sin el riesgo de sufrir la infección de la COVID-19. “Hemos llegado a este pueblo con la intención de salir adelante y con la pandemia todo se frustró. Estoy acá cuatro días haciendo cola para comprar los boletos para abordar el tren”, se queja el joven emprendedor.
Joel piensa volver al campo a trabajar la chacra mientras las cosas vuelven a la normalidad. Cuando alquiló la casa donde funcionaba el restaurante dejó una garantía de S/ 30 000, que todavía no le han devuelto.
Vilma Gutiérrez, una guía de turismo, está a unos metros de Joel, también espera abandonar Machupicchu Pueblo en uno de los trenes de PeruRail. Trabajaba como guía de turismo en la ciudadela inca y también tenía un negocio de artesanía en el pueblo. Ahora no hay turistas y su negocio está en rojo, pelea por volver al Cusco. “Alquilaba el espacio y ahora no puede pagar. Cuando esto mejore volveremos. Sí, tengo la intención de volver, este es un lugar donde se puede tener un buen trabajo y ganar bien”, dice Vilma.
Fracaso y huida
Joel y Vilma estaban en las filas de los cientos de emprendedores que habían montado un negocio en Machupicchu, aquel pequeño pueblo de paso obligado antes de conocer la ciudad inca. Antes de la pandemia, el poblado recibía mínimamente 2000 turistas diarios. Esa cifra cayó a cero.
Desde el 16 de marzo, inicio de la cuarentena, las calles están vacías y los negocios cerrados. En Machupicchu Pueblo funcionaban 247 hoteles y hospedajes, 237 restaurantes, 200 tiendas de diferentes tipos junto a sus proveedores de productos y 250 personas vivían de la producción y venta de artesanía. Cada negocio empleaba en promedio a seis personas. Todo eso se ha perdido.
Según un cálculo de la Municipalidad Distrital de Machupicchu, los negocios generaban ingresos diarios por un total de S/ 5 200 000. La data coloca a restaurantes y hoteles con ingresos por S/ 2 593 566, transporte con S/ 1 876 489, venta de artesanías con S/ 299 656, y tiendas y otros rubros con S/ 39 898. Estos ingresos no incluyen los cerca de S/ 6 000 000 que recauda la Dirección Desconcentrada de Cultura .