Mafias ofertan animales exóticos por redes sociales
No sea cómplice. Sin reparo alguno por la pandemia que se está viviendo, los traficantes venden guacamayos, lagartos, monos y tortugas. Incluso comercializan colmillos y piel de otorongos y boas en peligro de extinción. Trasladan a los animales en cajas y tubos.
El nuevo coronavirus que impuso la cuarentena, las patrullas en las calles y el cierre de las fronteras obligó a los mafiosos y traficantes de aves exóticas y animales silvestres a ingeniárselas. Así, con los días, ellos se han ido adaptando a las nuevas exigencias de oferta, demanda y tipo de distribución, según un informe de inteligencia policial.
Ante la dificultad del encierro, transportar estos animales por los controles del Covid-19 se hizo muy difícil, por lo que estas organizaciones criminales se volcaron a las redes sociales.
El tráfico de guacamayos y otras aves exóticas; así como lagartos, monos, tortugas, entre otros animales silvestres, fue adquiriendo diversas formas durante el aislamiento social.
El espacio casi anónimo que ofrece internet se convirtió en un sitio explotado por los traficantes. A esta conclusión llegó la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (FEMA), la Policía Nacional y el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor).
De esta manera, por esta vía, los mafiosos vienen ofertando animales para exhibición, colección y consumo.
Mueven millones
Hace unos días, agentes de inteligencia contactaron a un comerciante de aves, lo citaron e intervinieron en Villa El Salvador. Llevaba dos cajas de cartón con siete pihuichos ala amarilla y tres loros cabeza roja.
Asimismo, en San Juan de Lurigancho intervinieron un centro de acopio clandestino donde se encontró 15 pihuichos ala amarilla y un mono tití que permanecían enjaulados y en malas condiciones sanitarias.
Todos estos eran comercializados a través de redes sociales.
Las autoridades aseguran que, así como estos pihuichos, miles de animales hacen viajes clandestinos, torturantes, en jaulas, tubos o cajas de tamaño reducido que son ocultos en camiones, autos o camionetas.
Este comercio ilegal de fauna mueve más de 20 millones de dólares por año en el país.
Pero el número de incautaciones sube durante la temporada alta de turismo, cuando mucha gente lleva animales de regalo de un país a otro.
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No solo ofrecen animales vivos, también muertos, como cabezas de boas o piel y colmillos de otorongos, los cuales son muy pedidos en el extranjero.
A nivel nacional, las especies más solicitadas para mascotas son las aratingas o guacamayos y para comida, los motelos, lagartos, huevos de taricaya e incluso la carne de mono. Como adornos están las mariposas.
Precios son variables
Los precios varían. En Madre de Dios, por ejemplo, un loro es vendido en plena selva por 5 soles, cuando llega a la ciudad el valor sube a 20 soles, en Lima es vendido hasta en 100 soles; mientras que en el extranjero puede tener un valor de 200 dólares.
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En Iquitos, las pieles de otorongo las venden en 600 o 800 soles, los loros pequeños en 20 soles, los guacamayos 200, los monos entre 50 y 100 soles.
El destino de la mayor parte de animales comercializados es el de convertirse en mascotas, pero también hay coleccionistas de especies exóticas.
Monos, tortugas, algunos lagartos, iguanas, aves exóticas son las especies más afectadas. Muchas de ellas están en peligro de extinción.
Armas, droga y animales
Especialistas manifiestan que el mercado negro de fauna es el tercero en importancia en el mundo, después del tráfico de armas y el de drogas. ”Es un negocio que mueve más de 200 millones de dólares”, revela un agente PNP.
Los animales son transportados en cajas muy pequeñas, viajan hacinados y si alguno tiene parásitos o está enfermo, contagia a los demás.
Según la Policía Nacional, existen cadenas de comercialización que tienen centros de acopio de animales para su posterior distribución.
Villa El Salvador, San Juan de Lurigancho y las inmediaciones del Mercado Central son los lugares donde más funciona el mercado negro de animales.
Casi siempre llegan desnutridos, con traumatismos, automutilaciones y mucho estrés que en algunos casos les provoca la muerte en pocas horas.
Penas para traficantes son muy bajas
- Las normas prohíben la venta de animales, pero las penas son muy bajas. La Ley Forestal y de Fauna Silvestre N° 29763 establece como una infracción muy grave el comercio, transporte y tenencia de productos o subproductos de fauna silvestre sin contar con los documentos que amparen su procedencia legal.
- De acuerdo a las normas, se sanciona este hecho con multas que fluctúan entre 0,1 y 5.000 UIT. La Fiscalía Especializada en Materia Ambiental es la que investiga a los detenidos por la PNP para determinar si forman parte de una organización dedicada al tráfico ilegal de fauna silvestre por redes sociales.
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