El suplicio por encontrar una cama UCI: paciente con COVID-19 murió tras esperar por 13 días
La víctima, de 55 años, no tenía enfermedades preexistentes y no pudo ser trasladado a otro nosocomio, pese a la presión de los familiares. “El coronavirus le puede tocar a cualquiera, la gente debe cuidarse y no salir”, dice la hija, en medio del dolor.
“Cuida a tu madre, a tus hermanos, a los bebes”. Esas fueron las últimas palabras que Yuri oyó decir a su padre, a través de una llamada telefónica. Él estaba internado en el área de hospitalización del Hospital de Emergencias de Villa El Salvador, nosocomio donde falleció por COVID-19 la madrugada de ayer. Él espero por 13 días un traslado que nunca llegó. Se necesitaba un centro médico que sí contara con una cama en la unidad de cuidados intensivos (UCI).
El drama de esta familia inició el pasado domingo 5 de abril, cuando Miguel -padre, abuelo, deportista aficionado, trabajador constante con experiencia de más de 30 años y que nunca en su vida había acudido a una consulta médica por una enfermedad grave- empezó a presentar dificultades respiratorias. Sus pulmones ya estaban dañados por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, pero él aún no lo sabía. Solo sentía la asfixiante falta de oxígeno.
Por ello, junto a su hijo menor de 25 años, acudió al Hospital de Emergencias de Villa El Salvador porque era un día de inmovilización total y no había cómo llegar al Uldarico Roca, de EsSalud, que era el nosocomio que le correspondía, según le indicó la asistenta social de su trabajo, un conocido supermercado.
Ya allí, según el testimonio que Yuri contó a La República, su padre fue internado debido a que detectaron que tenía una neumonía bilateral.
Y el martes 7, a través de la página web del Instituto Nacional de Salud (INS), Yuri se entera de que su padre se había contagiado del nuevo coronavirus. “No recibimos comunicación del hospital, fuimos nosotros quienes, después de tanta insistencia, logramos obtener el número de uno de los médicos tratantes”, señaló.
“Uno de los médicos, incluso, me llegó a decir que mi padre no debía estar en ese hospital porque le quitaba espacio a alguien que menos tenía, ya que él era asegurado de EsSalud. El trato no ha sido cordial”, dijo la dolida hija, quien lamenta que no hayan trasladado a su padre desde un primer momento, mediante una ambulancia del nosocomio.
Unos días después, la condición de su padre se fue deteriorando y este médico le pidió a la familia que gestionen el trasladado a otro nosocomio de EsSalud, que sí cuente con camas UCI.
“Luego me dijeron que mi papá necesitaba ingresar a la Unidad de Cuidados Intensivos, pero que ellos no tenían camas disponibles. Llamé a muchos hospitales, pedí ayuda, pero no pudieron trasladarlo”, dijo.
“El médico me dice que ‘tienes que estar preparada para todo’. Aquí lo estamos ayudando para que no sufra, pero es todo lo que podemos hacer. Le estaban aplicando morfina”, explica Yuri, hija y madre de dos niños.
Además, sus constantes llamadas a la Unidad de Referencias, donde su padre estaba internado, siempre resultaron infructuosas. Tal fue el grado de desconexión que el día en el que a ella le reportaron el fallecimiento de su padre, el personal de esta área le respondió que aún estaban buscando un centro hospitalario a donde referirlo, cuando él ya estaba muerto.
El hombre se comunicó con su hija por última vez al promediar las tres de la madrugada del miércoles 22 de abril. Pidió a un compañero de hospitalización su celular y llamó a casa para pedir que lo ayuden.
“Dios no nos va a desamparar papá. No te me agites. Tranquilo, tranquilo”. Yuri trató de calmar a su padre, pero luego de que este le pidiera que ella cuide a su madre y hermanos, ya no respondió más. Pero ella sí podía oír lo que pasaba en ese cuarto. El silencio de su padre era revelador, ella lloraba y le pedía al compañero que llamara a los médicos. Minutos después, la llamada se cortó. Unas dos horas después el paciente murió.
Hasta este 23 de abril, ya son 572 pacientes de coronavirus que fallecieron en el país. Foto: Minsa
“Ya me habían dicho que era necesario trasladarlo al Rebagliati, que es donde le correspondía, pero una doctora me explicó que era muy difícil porque allí también había personas esperando y les iban a dar prioridad a ellos, en lugar de alguien que viene de afuera, como mi papá”, señala.
Después de recibir la noticia de la muerte, fue Yuri quien tuvo que intentar tramitar los papeles de defunción, la cremación o inhumación de una de las víctimas de la pandemia, puesto que su hermano y la pareja de su padre también están contagiados con el SARS-CoV-2. Sin embargo, del personal del hospital no recibió respuesta luego de una larga espera. Hoy, al cierre de esta nota, la familia aún no recibe información.
Hasta este 23 de abril, la cifra de fallecidos de la que el papá de Yuri forma parte, ya asciende a 572 casos.
Mientras que el día que falleció, el Gobierno reportaba la disponibilidad de 61 camas en cuidados intensivos para Lima y Callao.
Al consultar sobre el caso al Ministerio de Salud, señalaron que como el paciente es asegurado del Seguro Social, es EsSalud la entidad a cargo de comunicarse con la funeraria para los trámites respectivos.
Mientras que EsSalud precisó que la consulta se debe realizar de manera virtual, al igual que el trámite y confirmaron que se comunicarían con la familia para orientarlos.
Vale precisar que él se contagió durante el ejercicio de sus labores, ya que pertenecía a un área de trabajo, catalogado como servicios esenciales. Y no porque haya transitado pese a la cuarentena. Por ello, Cencosud realizó un seguimiento a su caso y actualmente ayudan a la familia en temas legales.
“Toda la vida, mi padre ha sido una persona sana. Ahora nosotros sufrimos su pérdida, pero yo quiero pedir a las personas que no se confíen, le puede tocar a cualquiera, la gente debe cuidarse y no salir en vano”, pide Yuri, mientras sufre en soledad la pérdida de su padre. Un momento marcado por un duelo que ni siquiera se puede sufrir a plenitud, por la imposibilidad de ver a los fallecidos por COVID-19.