Ministro de Salud: “La epidemia no termina el 13 de abril, continuará a lo largo del año”
Víctor Zamora anunció que están evaluando ampliación de la orden de aislamiento, la cual podría darse de manera focalizada, dependiendo de las regiones y de las actividades que requieren reactivarse.
El ministro de Salud, Víctor Zamora, dio mayores detalles de las medidas que se están tomando desde su sector para afrontar la epidemia del nuevo coronavirus. Adelantó que la batalla contra el COVID-19 no termina el 12 de abril, fecha en la que debería levantarse la orden de aislamiento social.
Respecto a las constantes denuncias sobre reportes de casos sospechosos de COVID-19, al parecer, sin atender; el ministro negó que no estén siendo sinceros sobre el número de infectados y fallecidos. Zamora explicó que intentan ser precavidos con la información de “una epidemia que se presenta de manera irregular y en varios lugares al mismo tiempo”.
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“Lo que no queremos no es dar cifras sobre las que las autoridades tengamos que contradecirnos”, dijo en entrevista con Reporte Semanal.
Explicó que una vez que se detectan los casos sospechosos o confirmados, envían equipos de epidemiólogos para hacer una investigación de campo y, luego de un tiempo, recién salen los resultados.
Respecto a la capacidad hospitalaria, el ministro reconoció que nuestro sistema de salud no está preparado para atender a una gran cantidad de pacientes infectados, más aún a los que necesitarían de ventilación mecánica.
Por ello recalcó que se han implementado más espacios para alojar a los enfermos, como la Villa Panamericana en el caso de Lima, así como estadios y centros de convenciones en las regiones.
No obstante, dijo que aún faltan acondicionar más ambientes, como el hospital de Ate, cuya capacidad son de 200 camas para pacientes graves con COVID-19, pero actualmente solo hay 40.
Mencionó que otro problema es que el mercado internacional no abastece el total de productos y equipos, como mascarillas y ventiladores mecánicos, que los países necesitan comprar para hacerle frente a la pandemia.
En ese sentido, han empezado con el desarrollo de tecnología local para fabricar ventiladores mecánicos. Las principales iniciativas son de la Marina de Guerra y de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).
Pese a la precaria situación, el ministro negó que se esté escogiendo a cuál de los contagiados salvar, como ocurre en otros países con las redes de salud colapsadas. “Esperemos no llegar a eso”, dijo Zamora.
Volvió a repetir que las pruebas rápidas buscan identificar por dónde se extiende y cómo se comporta en el virus y que incluso las moleculares tienen márgenes de error, pues “se aplican en el campo y no en el laboratorio”, donde hay mayor fiabilidad en los resultados.
“Las pruebas no determinan el tratamiento. En otras enfermedades, cuando uno se saca una prueba es para ver si es que vas a seguir un tratamiento A o B”, explicó.
Dijo que tienen planeado aumentar la capacidad de toma de pruebas a 12 000 diarias, algo en lo que han avanzado, pues ahora se ya se realizan 2500 pruebas moleculares por día, cuando antes solo se hacían 500.
Anunció que las pruebas rápidas serán aplicadas en personal hospitalario, policías y miembros de las Fuerzas Armadas.
Ampliación de las medidas restrictivas
Consultado sobre si la orden de aislamiento se extenderá más allá del 12 de marzo, el ministro dijo que aún está en evaluación, aunque adelantó que se podrían aplicar medidas restrictivas tomando en cuenta la situación particular por zonas.
Por ejemplo, explicó que en el caso de Ayacucho, donde se reportan pocos casos, podrían permitir el regreso a las actividades sociales, mientras que en Loreto lo más probable es que las medidas se mantengan en gran parte de la región. Además, se podrían levantar en ciudades donde se ha verificado que no hay peligro de contagio, como Yurimaguas.
Se está evaluando con varios ministerios qué actividades pueden retornar el 12 de marzo y qué actividades no.
“La epidemia que vivimos no termina el 13 (de marzo), va a continuar a lo largo de año”, explicó Zamora, pues dijo que la idea es que los casos de contagio aparezcan poco a poco y no en un corto periodo, para que así nuestros hospitales no sean rebasados en su capacidad.
También dijo que lo más probable es que los aeropuertos se mantengan cerrados. Incluso, si se abren, se debe tomar en cuenta que otros países aún prohíben el arribo y salida de vuelos.
El ministro mencionó que, tras el término de las medidas de confinamiento, la sociedad peruana deberá de cambiar muchos hábitos, como el hecho de salir en familia y reunirse cada vez que se pueda con los amigos cercanos.
“Esas cosas van a cambiar en nuestras vidas por un largo periodo, mientras no tengamos una herramienta como una vacuna”, sostuvo.
Uso de mascarillas
En cuanto uso de mascarillas, Víctor Zamora volvió a incidir en que está dirigido para pacientes y personal médico que tiene contacto directo con los infectados.
Sin embargo, se tomó la decisión de hacer obligatorio su uso para evitar la expulsión de las gotas de saliva cuando las personas hablan, tosen o estornudan, lo que reduce la capacidad de contagio.
Por eso precisó que no hay problema si las mascarillas no son las quirúrgicas, sino de otro material, pues su función es básicamente detener la salida de la saliva, que no solo evita la propagación del COVID-19, sino también otras enfermedades.
Protocolo para entierros de personas fallecidas por COVID-19
El ministro dijo que están trabajando para que en el país no se repliquen escenarios como los observados en Ecuador, donde algunos fallecidos han sido abandonados en las calles al no haber un lugar donde enterrarlos.
Zamora indicó que están viendo la manera de dar una despedida digna a las víctima, a pesar que ya no podrán hacerse los tradicionales entierros.
Para ello, no solo se brindará soporte emocional y legal a los deudos, sino que también han pedido a grupos religiosos que hagan un acompañamiento espiritual , teniendo en cuenta que muchas familias de nuestro país profesan algún tipo de creencia.
Asimismo, instó a la población a no alarmarse si es que cerca a sus hogares se entierran o colocan los restos de personas fallecidas por COVID-19, pues no hay riesgo de contagio. Esto en referencia a un caso en Huancavelica, donde un grupo de personas quiso evitar el entierro de una víctima del nuevo coronavirus.
Por otro lado, anunció que entregarían equipos de protección al personal de las funerarias para que eviten el contagio cuando tengan contacto con el cadáver.