Las tesis de un perito arequipeño sobre caso de fiscal Nisman
Juan Santos Lovatón, experto forense peruano, podría dar sus apreciaciones sobre la muerte del fiscal argentino Alberto Nisman, que remeció al país gaucho. Lovatón trabaja en la Divincri de Arequipa y tiene una experiencia de más de 20 años.
Edwar Quispe
Arequipa. Un viernes, un fiscal, ante millones de televidentes, anuncia que presentará el lunes las pruebas de que la presidenta del Gobierno de su país negocia con terroristas. Sin embargo, el sábado aparece muerto. El cuerpo inerte, hallado en el baño de su departamento el 2015, es de Alberto Nisman,; el país es Argentina y la presidenta Christina Kirchner.
Nisman investigó entre cuatro y cinco años las relaciones de su nación con Irán; por ejemplo, respecto al atentado contra la Asociación Mutual Israelita de Argentina (AMIA), donde fallecieron 84 personas en 1994. Su tesis fue que Irán estaba involucrado en hacer estallar el coche bomba de la masacre.
La muerte de Nisman aún está judicialmente irresuelta. El caso se reavivó el 28 de enero último con el anuncio de que la defensa de uno de los involucrados, Diego Lagomarsino, pedirá que el perito peruano Juan Santos Lovatón sea parte de la investigación. Buscan que se reafirme la tesis del suicidio. Lagomarsino fue asistente de Nisman y es investigado por entregar el arma (Bersa calibre 22) de donde salió el disparo que lo mató.
Santos Lovatón trabaja como perito biólogo de la División de Investigación Criminal (Divincri) de la Policía Nacional en Arequipa, con una experiencia de más de 20 años. Pero ¿cómo entra en escena el peruano, en un caso que divide a la Argentina?
Un congreso en Argentina
Después de la muerte de Nisman, el Cuerpo Médico Forense se inclinaba por un suicidio, pero en septiembre de 2017 un equipo de la Gendarmería Nacional Argentina tomó la investigación. Su conclusión fue el homicidio. Señalaron que dos personas dieron muerte al fiscal utilizando un arma de fuego. Para reafirmar su tesis, utilizaron el libro Análisis de patrones de manchas de sangre escrito por Santos Lovatón, el experto biólogo forense peruano.
Es en 2018 que Santos fue invitado al Primer Congreso Internacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de la República Argentina, realizado en Córdova. Allí fue consultado por el caso Nisman. Su opinión desató aún más la controversia en Argentina. En su oficina de la Divincri, nos da detalles sobre la posición científica que dio en ese entonces.
Aquella vez le preguntaron sobre la mancha de sangre hallada en el lavabo del baño. Según Gendarmería, probaría que Nisman estaba arrodillado y, con el disparo en la sien, la sangre manchó el ambiente. Santos lo descarta. Refiere que los restos no reunirían las características a hallarse después de un disparo con arma de fuego (retrosalpicadura).
El especialista conoce de las manchas en la escena del crimen por fotografías tomadas de la investigación. Las fotos del lavabo, para Santos, son de otro patrón, conocido como “sangre derramada”. “Le llaman splash pattern o sangre derramada. Tiene vacíos, burbujas y filamentos mucoides. Es de suponer que si hay mocos y burbujas de aire, está mezclado con gases de respiración”, concluye.
Los restos del lavabo salieron de la boca de Nisman, no de su cabeza, sostiene. Esta es una evidencia que descarta la tesis de Gendarmería, dice Santos.
La sangre en las manos
Otra discusión es sobre la sangre en ambas manos, que son como si hubiera sujetado la derecha con la izquierda al momento de percutar. Estas tienen restos de plomo y bario, algo recurrente en quienes disparan. “Es una evidencia sólida que respalda que el disparo fue por mano propia”, afirma.
Una tercera evidencia que cita Santos es la mancha en los labios del fiscal, donde se ve que antes de desplomarse le salió sangre por la boca. Esta salpicó en su rostro al momento de caer.
Por otro lado, Gendarmería indica que, después del disparo, sus asesinos acomodaron el cuerpo en el suelo y salieron. El biólogo peruano refiere que el baño es un espacio reducido y había gran cantidad de sangre, siendo difícil que los supuestos asesinos no mancharan sus zapatos o desviaran la trayectoria de la sangre en la escena. “Hay una foto donde se ve a la fiscal parada sobre la sangre, porque no hay dónde pararse. Imagínate a tres personas en el baño y ni una sola huella”, acotó.
Existen también unas manchas en la puerta del baño, que son resultado del golpe de la cabeza de Nisman, pero son una sola. Señala que si alguien hubiera abierto la puerta para salir, las manchas serían diferentes a las encontradas por los investigadores.
Para Santos, existen muchos vacíos en la pericia y debieron ser especialistas en análisis de sangre quienes las realicen. Sin embargo, curiosamente, no se les tomó en cuenta. Al forense aún no le llega una invitación formal para participar en el sonado caso.