Sociedad

Si lo popular es homofóbico…

“La izquierda no puede ser machista ni cavernaria: ¡127 feminicidios en 2019! Es nuestra propia muerte lo que está en juego”.

Rocío Silva
Rocío Silva

… ¿La izquierda debe apoyar a lo homofóbico?

Me llama la atención que algunos grupos de izquierda sostengan que Indira Huilca y Marisa Glave “le hacen ascos” a Vladimir Cerrón, y que siendo él un ex gobernador regional popular de Junín, deberían asumir que lo pragmático es aliarse con él y su partido, así como aliarse con Yehude Simon “alejado” temporalmente de su partido, aunque sea uno de los responsables del “baguazo”. Algunos jóvenes que salían en esas marchas con sus pancartas apoyando a los awajún y wampis ante la masacre de 2009, pues ahora enarbolan con vergüenza esas banderas del pragmatismo. Se dice, entonces, que “la izquierda que la derecha quiere” es la que exige a sus militantes un discurso de respeto a la diversidad de género, y que no pueden hacer una excepción con un gobernador popular que “apenas” ha lanzado algunos tuits homófobos y anti-judíos.

¡Increíble que la izquierda supuestamente progresista quiera defender a una persona con sentencia firme de corrupción y que se hagan los que olvidaron sus comentarios homófobos, discriminadores y machistas!

El problema no es solo Cerrón sino todas esas excepciones que los discursos de izquierda “levantan” ante la necesidad del partido que pueda albergarlos en las próximas elecciones. Entiendo que hubiera sido preferible hacer un pacto con el FA pero eso nunca estuvo presente en ninguna mesa de negociaciones ni de esperanzas, y menos de parte del FA que están encerrados en una endogamia recia hace bastante tiempo (y lo vengo diciendo a la interna).

Pero más allá de los dimes y diretes internos y externos, acá el punto es lo programático: ¿qué tipo de izquierda queremos? Los grandes sectores populares del Perú profundo son, por supuesto, aún machistas, homofóbicos, autoritarios y muchas veces ultra-pragmáticos, pero eso no implica que quien se posiciona desde una izquierda democrática, verde, feminista y anti-extractivista, tenga que pactar con esas ideas que van en contra de nuestro núcleo duro identitario. Hacerlo es claudicar.

¡Lo que se requiere con urgencia es pedagogía política! Y seguir defendiendo nuestros principios. La izquierda no puede ser machista ni cavernaria: ¡127 feminicidios en 2019! Es nuestra propia muerte lo que está en juego.