Mary Luz Zavaleta, una nueva víctima de feminicidio
En El Agustino. Kenedy Vargas CCossi, su expareja, le quitó la vida delante de sus dos hijos y luego huyó con uno de ellos. La víctima los criaba sola gracias a su negocio.
A sus 28 años, Mary Luz Zavaleta Choque era una joven que tenía una tienda de venta de golosinas al por mayor y que siempre se esforzaba porque su negocio propio creciera para que no le faltara nada a sus dos hijos, de 3 y 8 años. El año pasado, pensando en ese objetivo, ella pudo viajar a China para participar de una expoferia en la ciudad de Cantón, por lo que volvió con más ideas. Sin embargo, su vida se apagó por culpa de su expareja, Kenedy Vargas Ccossi, de quien se había separado cansada de los maltratos y las humillaciones.
El último fin de semana, el sujeto llegó de Puno a Lima, luego de que Mary Luz le pagara el pasaje de bus para que sus hijos lo pudieran ver y hablar.
“Lo hacía por sus hijos, que le decían que lo extrañaban mucho y siempre le pedían que le deje volver a casa”, cuenta July Quinto, comadre de la víctima, una de las primeras en acudir al llamado de auxilio de los niños.
Ella fue alertada a la 1 de la tarde del domingo por serenos de El Agustino, luego de que ellos auxiliaran a una niña que corría descalza buscando ayuda. “Mi papá mató a mi mamá y se llevó el dinero”, dijeron que les contó.
Se llevó a su hijo menor
Según las primeras investigaciones, Mary Luz habría sido estrangulada con una correa por haber defendido a su hija de los golpes que le propinaba Kenedy Vargas. El sujeto, luego, huyó con el menor de sus hijos y se fue con una mochila donde estaba todo el dinero de las ventas de la semana, que serían 15 mil soles.
Las cámaras de seguridad del condominio Los Eucaliptos captaron su salida a las 12:26 de la tarde con total tranquilidad junto a su hijo y una mochila.
"Se le veía sonriente e incluso parecía cantar", dijo el vigilante, quien no notó nada extraño hasta que fue demasiado tarde.
En lo que va del año, la cifra de feminicidios ha sobrepasado las 100 víctimas. Urge cambiar la cultura machista.