Ley que sanciona la violencia en el fútbol es letra muerta
Sin avance. La muerte de un joven de 23 años ha revelado que está pendiente el empadronamiento de barristas. Los clubes no quieren hacerse responsables de ellos. El IPD no puede sancionarlos.
Por: Jésica León
El último clásico de fútbol entre Universitario de Deportes y Alianza Lima se tiñó de sangre con la muerte de Luis Manuel Jesús Ruiz Córdova, de 23 años, quien recibió un disparo en el pecho durante un enfrentamiento entre barras bravas.
El joven tenía una camiseta de la 'U' y quedó tendido sobre el pavimento entre el cruce de las avenidas Canadá y Aviación, en San Borja, donde se registró la gresca, previo al partido. Otro hincha crema identificado como José Miguel Mejía Chuquihuanca resultó herido de bala; mientras que otros 5 fueron intervenidos, e incluso uno de ellos portaba un arma de fuego.
De cumplirse hoy con la Ley N° 30037 que previene y sanciona la violencia en los espectáculos deportivos, la muerte de este joven no hubiese ocurrido. La norma está, parcialmente, implementada a pesar de que entró en vigencia el 2013 y que está reglamentada desde el 2016.
Pero ¿por qué la ley no marcha? El exjefe de la Dirección de Seguridad del Instituto Peruano del Deporte (IPD) Leoncio Flores Figueroa señaló a La República que no se ha avanzado con el empadronamiento de las barristas-como lo dispone la ley –porque los clubes deportivos no quieren asumir la responsabilidad del comportamiento de las personas registradas dentro y fuera de los estadios–. Agregó que tampoco el IPD tiene la potestad para sancionar a los clubes
También explicó que, si bien el Ministerio del Interior ha diseñado el soporte informático para el registro de las barras, aún falta su implementación en coordinación con el IPD.
Cambios tras cambios
A estos problemas se suman los cambios de jefatura de los que integran la Comisión Nacional contra la Violencia en los Espectáculos Deportivos (Mininter, Ministerio Público, IPD, municipalidades). “El esfuerzo de seguridad deportiva no es un esfuerzo de una sola institución sino de varias. Porque todas son contributivas y todas nos van a hacer caminar para poder lograr los objetivos de pacificar, pero desgraciadamente si ninguno camina tendremos noticias como la de la semana pasada”, aclaró.
El coronel Víctor Zanabria, exjefe de la División de Servicios Especiales de la PNP, indicó que cuando estuvo en el cargo se tuvo la dificultad con los clubes deportivos porque decían que las barras no eran de ellos.
Lo que se avanzó fue la medida de contar con la venta de entradas nominadas, al menos con los equipos más grandes ('U', Alianza Lima, Cristal, Sport Boys). Es decir, que incluya el nombre, DNI y otros datos de identificación del comprador. Aún falta completar el 100% con los clubes de provincia.
También se prohibieron las entradas de cortesía que entregaban los clubes para la barra, porque era un problema no saber quiénes entraban.
Carlos Fernández, jefe del Programa de Asuntos Penales y Penitenciarios de la Defensoría del Pueblo, destacó que esta ley es un paso adelante para el tratamiento de la violencia que sucede antes, durante y después.
Dicha ley crea la Dirección de Seguridad Deportiva, que está dentro del IPD; sin embargo, no tiene capacidad sancionadora porque el procedimiento aún no está establecido.
“El problema es que no se ha establecido el reglamento de sanción. Esta dirección es un órgano de coordinación, pero no sancionador. Por eso la supervisión de la seguridad deportiva sigue siendo débil”, dijo Fernández, al destacar que esta es una tarea del Ministerio de Educación y del IPD.
Los estadios tampoco cumplen con la ley, que previene la violencia, al carecer de áreas de salud para la atención de emergencias de los hinchas.
Hinchas
Juan Carlos Chávez, presidente de la Asociación ‘Todo por la ‘U’’, aseguró que es muy complicado que el barrista quiera empadronarse. “Es muy difícil que alguno de ellos quiera dar su nombre y apellido, ya que quedarían expuestos a muchas cosas”. Propuso que, en vez del registro, la Policía debería prevenir las concentraciones en los distritos periféricos. “Si se pone policías en esas zonas, se evitaría el cruce de las barras bravas”.