Puno desaprovecha el agua disponible en Lagunillas

Liubomir Fernández

A cuatro mil metros sobre el nivel del mar está Lagunillas, un inmenso espejo de agua que se extiende en 65 kilómetros cuadrados. Ubicado en el distrito de Mañazo, provincia de Puno, este embalse almacena más de 500 millones de metros cúbicos de agua, es el segundo más grande del país después de Poechos (Piura).

Lagunillas no se aprovecha pese a las carencias que afronta Puno, castigado con sequías. Es una de las paradojas que ocurren en nuestro país. Los recursos están al alcance, pero la oportunidad se deja pasar.

Desde lo alto de una de las montañas adyacentes a la laguna, el titular del Proyecto Especial Lago Titicaca (PELT) del Ministerio de Agricultura, Julver Vilca Espinosa, coincide en darle un mejor uso a la reserva. Con toda esta agua, añade, "podríamos producir energía, repotenciar la ganadería y dotar de agua potable a quienes carecen del servicio en sus casas”.

Arequipa, Moquegua y Puno libran un conflicto por el recurso hídrico. La región altiplánica rechaza la construcción de la represa Paltuture en un territorio disputado por Puno y Moquegua. Este embalse estaba destinado a solucionar los problemas de agua en el valle de Tambo (Arequipa), zona del conflicto contra el proyecto minero Tía María. Algunos analistas sostienen que si este valle hubiese tenido su represa, no hubiesen estallado las protestas.

El gobernador de Puno, Walter Aduviri, señaló que su región necesita irrigar 268 846 hectáreas para agricultura y pastos. Lagunillas podría atender esa ambiciosa meta.

La República recorrió la zona de influencia de Lagunillas. Solo dos distritos son beneficiados: Mañazo (Puno) y Cabana (San Román). En la primera localidad, crían ganado vacuno mejorado para la producción de leche y queso. Mientras que, en el segundo poblado, se produce quinua orgánica de exportación. Sin embargo, solo irrigan 13 000 hectáreas con Lagunillas. Por lo menos quieren llegar a 30 mil.

Julver Vilca dijo que faltan ejecutar canales laterales y sublaterales para derivar el agua a otros lugares. Se gestiona el presupuesto para las tareas complementarias; no obstante, una buena coordinación entre las autoridades involucradas ayudaría a acelerar los trabajos. Recordó que los canales de riego y otros considerados dentro de Santa Lucía, Cabanillas y Lampa, a cargo del Prorridre, fueron transferidos al PELT.

Recién serán ejecutados en 2020. Julver Vilca indicó que por ahora los esfuerzos están enfocados en el mejoramiento genético, el mejoramiento de pastos y la siembra de avena y alfalfa. Adelantó que los logros serán mostrados en una feria.

Por la presencia de Lagunillas, lo que más sobra en Mañazo y los pueblos aledaños es agua. Sin embargo, los campesinos de la zona carecen del líquido elemento en casa.

Julver Vilca indicó que la demanda diaria en el sistema de riego asciende a 10 metros cúbicos por segundo y, al año, se dispone de un promedio de 260 millones de metros cúbicos. Solo el 1% de la capacidad de almacenamiento de la presa lo dispone Seda Juliaca para potabilizarlo. En la ciudad calcetera, el 30% tiene agua en casa, de una población de más de 300 000 habitantes.

“En realidad, tenemos enorme potencial para crecer en la ganadería y abastecer de agua a Juliaca, Lampa y Puno”, indicó. Cree que no hay por qué pelear con Arequipa y Moquegua. Razón no le falta, ya que el resto del agua se pierde en el lago.

El director de estudios del Programa Regional de Riego y Drenaje (Prorridre) del Gobierno Regional de Puno, Ángel Canllahui Aquise, indicó que Puno tiene otras cuatro presas, que juntas acumulan 184 millones de metros cúbicos. No todas cumplen con su objetivo.