Política

Congreso: van medio centenar de universidades ficticias en proyectos

Los Reyes Magos. Parlamentarios creen que las leyes son varitas mágicas para crear nuevas universidades. Ya aprobaron doce leyes declarativas y otras 39 se encuentran en trámite.

Ausencia de criterio. Parlamentarios continúan con la tradición de engañar a la ciudadanía con leyes solamente declarativas. Foto: difusión
Ausencia de criterio. Parlamentarios continúan con la tradición de engañar a la ciudadanía con leyes solamente declarativas. Foto: difusión

Ajenos al control y el contrapeso del Poder Ejecutivo, los congresistas de distintas regiones han promovido hasta el momento proyectos de ley para la creación de 52 universidades públicas ficticias. En 13 casos, los textos ya fueron promulgados en El Peruano. Tamaño entusiasmo, sin embargo, cae en saco roto, pues se trata de normas sin ninguna garantía para que dichas “universidades” se puedan hacer realidad.

Esta ha sido una práctica recurrente en parlamentos pasados. A pesar de que los resultados siempre fueron adversos, los legisladores actuales continúan con el trámite de este tipo de iniciativas que, en el fondo, solo sirven para intentar sorprender a la ciudadanía.

Como antecedente se tiene, por ejemplo, la ley 29659, publicada en el año 2011, durante el gobierno aprista, que declaró la supuesta creación de la universidad nacional tecnológica de San Juan Lurigancho. A doce años de la promulgación de dicha norma, en el actual Congreso continúan tramitando nuevos proyectos “para garantizar el funcionamiento” de dicho centro superior de estudios. En resumen: nada concreto.

Leyes del actual Congreso

En la gestión del actual ya se han publicado doce leyes para la supuesta creación de la misma cantidad de universidades.

Once de estas leyes son solamente declarativas. Es decir, en el fondo, no hay ninguna garantía de la implementación y funcionamiento real de dichas casas de estudios. No hay nada.

Puno tiene el mayor número de universidades ficticias: tres en total. Hablamos de la supuesta universidad aimara en Ilave (impulsada por Jorge Flores y Flavio Cruz), la universidad amazónica en Sandia (Wilson Quispe) y la universidad tecnológica en Carabaya (varios autores). Todas son, desde luego, universidades ficticias.

Igualmente para Cusco se han promulgado dos normas de este tipo. Así tenemos, al menos en la imaginación de los congresistas, la universidad del Vilcanota (proyecto de Guido Bellido y Alejandro Soto) y la universidad del Espinar (iniciativa declarativa de Luis Aragón).

Ocurre algo similar en otras cinco regiones del país. En Arequipa (universidad Mariano Melgar); Junín (universidad de Chupaca); Ica (UNATECH); Cajamarca (universidad de Cutervo) y Piura (universidad de Huancabamba). Pura ficción.

Particular es el caso de la ley que crea la universidad de Frontera en San Ignacio (Cajamarca). En este caso se busca dar estatus de universidad a un instituto tecnológico del mismo nombre. La norma fue promulgada directamente por el Congreso, luego de que el gobierno de Pedro Castillo evitara observarla.

Proyectos en marcha

En la agenda del Congreso hay otro combo de proyectos sobre 39 universidades públicas.

En seis casos, los proyectos están orientados a darles la categoría de universidad a escuelas superiores de artes; aunque no hay un mayor desarrollo sobre los estándares educativos.

Los casos más saltantes corresponden a la Escuela José María Arguedas y la Escuela Nacional de Bellas Artes. Hay propuestas similares en Arequipa, Cajamarca y Piura.

Los demás son proyectos de pura imaginación, solo para declarar de interés la creación de universidades. Los más entusiastas con este tipo de propuestas son los congresistas de izquierda Jorge Flores (cinco proyectos) y Américo Gonza, Waldemar Cerrón y Wilson Quispe, cada uno con cuatro proyectos.

Institutos

Más proyectos. Los legisladores también han optado por “crear” institutos superiores mediante proyectos de ley.

Cifras. De acuerdo con la web del Congreso, son al menos 23 los proyectos con este tenor solamente declarativos.

larepublica.pe