Fernando Villavicencio: investigar hasta que nos cueste la vida
Legado. Los grandes reportajes de investigación sobre corrupción de alto perfil en Ecuador tienen el sello de Fernando Villavicencio. Vino al Perú en 2017 perseguido por el expresidente Rafael Correa.
Fernando Villavicencio Valencia sabía que el estado natural de un reportero de investigación es el peligro, especialmente si uno se dedica a dejar en evidencia a los grandes grupos de poder corruptos, públicos o privados. Era de los que creía que si no sentía alguna forma de peligro, significaba que no estaba haciendo bien su trabajo. A diferencia de los que publican un destape y luego se olvidan del caso, Villavicencio no soltaba la presa hasta que esta fuera encerrada y sancionada por la justicia.
Quizás por eso la prensa estadounidense, con motivo de su asesinato, lo describe como muckraker latinoamericano, una palabra en inglés que literalmente significa “recogedor de mierda”, pero que en realidad es un verdadero elogio. El calificativo se le atribuyó a una generación de periodistas norteamericanos de la primera mitad del siglo XX, que no temía escarbar la corrupción en las multimillonarias compañías y sus poderosos socios políticos en la Casa Blanca o el Capitolio, aunque les costara la vida. Así era Fernando Villavicencio Valencia.
Durante el gobierno del izquierdista Rafael Correa (2007-2017), destapó gravísimos casos de corrupción, como los acuerdos dolosos entre PetroEcuador con Petrochina, por lo que tuvo que abandonar su país. Buscó refugio en el Perú con el respaldo del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS). Solicitó el asilo político, pero no para vivir cómodamente alejado de las amenazas —lo habían condenado a 18 años de prisión y afrontaba una orden de captura por supuestas injurias en agravio de Correa—, sino para continuar con sus investigaciones. Era 2017. Al final, Villavicencio resolvió volver a Ecuador para dar batalla, con todos los riesgos que implicaba.
Prófugo. Rafael Correa persiguió a Fernando Villavicencio. Foto: AFP
Como todo buen reportero de investigación, era un convencido de que la persistencia era preferible a rendirse al miedo. En 2020, la justicia ecuatoriana condenó a 8 años de cárcel al expresidente Correa y lo inhabilitó para la función pública, junto con una decena de exfuncionarios de su mandato, por un caso de sobornos en el que estaba involucrada Odebrecht, que también investigó Villavicencio. Mientras que Correa pasó a la condición de prófugo de la justicia, el periodista volvió a Ecuador.
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“Era un reportero de investigación obsesivo con su trabajo. Era muy inquieto. Siempre estaba detrás de algún caso. En pleno proceso de solicitud de asilo, prefirió volver a su país. Sentía que valía la pena arriesgarse. Aunque esta vez ya no solo desde el periodismo de investigación, sino también desde la política”, dijo la directora del Área de Libertades Informativas de IPYS, Adriana León.
En 2021, elegido miembro de la Asamblea Nacional, Villavicencio asumió la presidencia de la Comisión de Fiscalización. Todo lo aprendido como reportero de investigación lo aplicó para destapar las redes de la corrupción estatal y privada.
Ese mismo año, cuando un exfuncionario de la compañía Gunvor, Raymond Kohut, confesó ante la justicia estadounidense el pago de US$20 millones de sobornos a funcionarios de la estatal PetroEcuador, Villavicencio profundizó en el caso y reveló el entramado de las coimas, en 2021.
En Lima. Villavicencio con Roberto Pereira, de IPYS, en 2017. Foto: difusión
En 2022, entregó un informe que probaba que durante el mandato de Correa, la República Popular China le dio un crédito de US$18.000 millones a cambio de la opción de compra de petróleo a precio subvaluado, lo que perjudicó a Ecuador por un monto aproximado de US$5.000 millones.
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La República contactó con Villavicencio y generosamente compartió información sobre Gunvor, una compañía que ha sido la principal proveedora de biodiésel B100 de la estatal Petroperú. La investigación de este diario contribuyó a que la fiscalía abriera un expediente.
Principales libros de Fernando Villavicencio. Foto: difusión
El expresidente de Petroperú César Gutiérrez estuvo en contacto con Villavicencio sobre el caso: “Profundizo en la lectura de sus denuncias cuando escribe en 2017 en la revista Caretas, estando exiliado en Lima, luego de la persecución del gobierno de Correa. Comienzo a interactuar con él en 2021, a raíz de la detención de Raymond Kohut, el operador de Gunvor en Ecuador y Perú, visitante frecuente de nuestro país a razón de 6 veces al año, con el solo propósito de reunirse con funcionarios de Petroperú, lo que no ha sido debidamente investigado y es una tarea pendiente”, relató Gutiérrez.
Por su trabajo como reportero de investigación, Villavicencio sabía cómo eliminar a las mafias de Ecuador. Por eso lo asesinaron, para impedir que llegara a la presidencia.
“Tenemos mucha rabia e indignación”
“Todos estamos muy consternados. Tenemos mucha rabia e indignación por la muerte de Fernando. Es un ataque a la democracia porque responde a intereses mafiosos y al crimen organizado, porque era uno de los candidatos que tenía más claro qué hacer para combatir a la corrupción y el narcotráfico en el país”, expresó la exjefa de investigaciones del diario El Universo.
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“Era un hombre valiente. No nos queda más que también ser valientes y enfrentar lo que está sucediendo en el país”, señaló la periodista ecuatoriana.
En una reciente entrevista con Ecuavisa, Villavicencio habló del íntimo vínculo del crimen organizado y la política:
“Ecuador es un país secuestrado por las mafias de la cocaína, de la minería ilegal y de la corrupción. Por lo tanto, tenemos que someter a estas 3 mafias. Y estas mafias están vinculadas a la mafia política”.