Política

Benji Espinoza contó que Aníbal Torres lo llamó para que defienda a Castillo: “Le contesté que no”

El exabogado de Castillo reveló que la noche del fallido golpe de Estado, Aníbal Torres le pidió retomar la defensa del expresidente, pero se negó.

Benji Espinoza ejerció la defensa de Pedro Castillo por los distintos delitos que le atribuía la Fiscalía. Foto: Composición LR
Benji Espinoza ejerció la defensa de Pedro Castillo por los distintos delitos que le atribuía la Fiscalía. Foto: Composición LR

Benji Espinoza brindó una entrevista para La República, en la que señaló que tras el intento del golpe de Estado de Pedro Castillo no ha vuelto a mantener comunicación con el expresidente o alguno de sus allegados. Sin embargo, sí recibió el pedido del ex primer ministro Aníbal Torres de retomar la defensa de Castillo Terrones, pero declinó la oferta.

“Desde ese día (golpe de Estado) no he vuelto a hablar con el presidente ni con su esposa. Pero ese día recibí en la noche una llamada del doctor Aníbal Torres en donde me dice que si yo podía retomar la defensa en este caso de rebelión. Yo le contesté que no, que mi renuncia era irrevocable. Después de eso no ha habido ningún acercamiento”, sostuvo.

Aquel 7 de diciembre —tras el mensaje de Castillo donde intentó disolver el Congreso y reestructurar del sistema de justicia— Espinoza Ramos anunció que renunciaba a ejercer la defensa legal del exmandatario.

“Como abogado respetuoso de la Constitución asumí la defensa del presidente de la República presumiendo su inocencia. Al haberse producido una ruptura del orden constitucional, me veo en la obligación de renunciar irrevocablemente a la defensa del ciudadano Pedro Castillo”, tuiteó.

Tuit de Benji Espinoza. Foto: captura de Twitter

Tuit de Benji Espinoza. Foto: captura de Twitter

En conversación para La República, Espinoza consideró también, desde el punto de vista jurídico, como débil la imputación del delito de rebelión que tiene la Fiscalía contra Castillo Terrones. Según indicó, la ley no ha previsto la figura de la persona que quiera alzarse en armas o que lo planee.

“Desde el punto de vista jurídico, creo que es el caso más débil que tiene la Fiscalía. No es el caso más sólido que tiene el Ministerio Público porque, por imperio del principio de legalidad, una conducta delictiva se rige no a partir de lo que uno cree, sino a partir de lo que la norma establece. La ley es penal, es muy clara cuando sostiene que la rebelión tiene que necesariamente alzarse en armas”, precisó.