Política

Lecciones que dejó la transición en el Congreso del 2000

Negociación. Exlegisladores rescatan lo positivo del acuerdo político ante la crisis del año 2000. Paniagua fue elegido para liderar proceso. Carlos Ferrero y Luis Solari también figuraban.

Tiempo nuevo. Elección de Paniagua se dio por acuerdo político de las fuerzas democráticas que se unieron. Foto: difusión
Tiempo nuevo. Elección de Paniagua se dio por acuerdo político de las fuerzas democráticas que se unieron. Foto: difusión

El año 2000, el país vivía una crisis política con la autocracia de Alberto Fujimori que había copado las instituciones del Estado e instalado la corrupción como una práctica común. Con la difusión el 14 de setiembre del video Kouri-Montesinos, ese mismo año, comenzó la caída del régimen.

Salvando las distancias, hoy también vivimos una crisis política en la que el gobierno de Pedro Castillo está envuelto en una serie de denuncias de corrupción frente a un Congreso que pide su renuncia y amenaza con vacarlo.

Mientras tanto, el adelanto de elecciones generales como una alternativa para salir de la crisis no despega como sí sucedió cuando Fujimori se vio obligado a anunciarlo el 17 de setiembre del 2000 y se concretó gracias a la oposición del Congreso de esos turbulentos días.

El excongresista Fernando Olivera señaló que el primer paso era la censura a la entonces presidenta del Congreso, Martha Hildebrandt, la cual se aprobó el 13 de noviembre.

El 16 del mismo mes, Valentín Paniagua fue elegido presidente del Congreso para el 22 de noviembre asumir la presidencia transitoria hasta el 28 de julio del 2001.

Cabe destacar que el adelanto de elecciones generales se dio bajo nuevas reglas. El 5 de octubre del 2000, el Congreso aprobó modificar su reglamento, estableciendo que la primera legislatura concluiría el 15 de octubre y la segunda se iniciaba el 16 de octubre y finalizaba el 15 de diciembre del mismo año. Así, se logró aprobar reformas constitucionales que establecieron que el mandato presidencial fuese de cinco años, sin reelección y que los congresistas elegidos en el proceso electoral del 2000 culminarían su representación el 26 de julio del año 2001.

“En ese periodo presentamos una primera moción de censura contra Martha Hildebrandt, pero la perdimos. Se debatía quién debía seguir la transición”, recordó Fernando Olivera. Agregó que hubo una reunión de la oposición convocada por Perú Posible en el Congreso, donde no participó porque le fue comunicada a destiempo. Allí –relata Olivera–, la exparlamentaria Anel Townsend llevó como propuesta a Valentín Paniagua para que sea el presidente del Congreso.

Perú Posible dijo que había un acuerdo entre los partidos para que el gobierno de transición sea presidido por alguien de ellos y era Carlos Ferrero; entonces, el vocero de Acción Popular, Pedro Morales, le comunicó a Paniagua y él muy demócrata declinó”, contó.

De acuerdo con su versión, convenció a Paniagua para presentar su candidatura, al no haber participado en la reunión de Perú Posible.

El factor Paniagua

El excongresista Luis Solari contó que hubo una reunión en la casa de Henry Pease, donde Carlos Ferrero Costa quedó descartado a la presidencia del Congreso porque recién se había incorporado a Perú Posible y había ingresado al parlamento con el fujimorismo.

“Allí se decide que el mejor candidato era Paniagua por su experiencia. Había diferentes razones por las que era posible que Paniagua tuviera más votación que Ferrero. Además, sabíamos que el presidente del Congreso iba a asumir la presidencia de la República y era obvio que Paniagua era la persona con las mejores cualidades para asumir ese papel”, dijo Solari, quien confirmó que su nombre también figuraba para encabezar la presidencia del Congreso.

“Yo era secretario general del partido (Perú Posible); yo podía haber reclamado que me robaron la presidencia del Congreso con votos comprados con dinero, pero no se me hubiese ocurrido, no era una cuestión personal, era una cuestión del país”, afirmó Solari.

El 15 de setiembre se presentó el oficio con la candidatura de Paniagua, el mismo que fue firmado multipartidariamente.

Respecto al papel del fujimorismo en el Congreso de aquella época, señaló que “se allanaron a todo”.

“Mucha gente había llegado al Parlamento por Fujimori en el 2000, pero al ver cómo eran las cosas, muchas de las personas renunciaron al fujimorismo y por eso se pudo censurar a Martha Hildebrandt”, afirmó.

La exlegisladora Anel Townsend destacó la importancia de un grupo de disidentes del fujimorismo de aproximadamente diez personas, entre las que se encontraban las excongresistas Beatriz Alva Hart y María Cecilia Martínez del Solar, que desestabilizaron a la bancada naranja.

Consideró que la elección de Paniagua para la presidencia del Congreso se definió porque “se vio en Paniagua a una persona más independiente en cuanto algún interés electoral”.

“En ese momento, algunas bancadas creo que pensaban eso. No se veía en Acción Popular un partido que tenía un futuro presidente”, comentó. No obstante, aclaró que la situación actual no es igual que a la autocracia de Fujimori.

Por su parte, el exparlamentario Jorge del Castillo destacó el acuerdo de la oposición para hacer la reforma del reglamento del Congreso que acortó los periodos legislativos para poder hacer las reformas constitucionales que permitieron recortar el mandato de los congresistas y del presidente y proceder con el adelanto de elecciones.

“El adelanto de elecciones pasa por un acuerdo político”

Para el politólogo Fernando Tuesta Soldevilla, es posible proceder a una transición, en la medida en que los actores políticos, como el Ejecutivo y el Congreso, tengan la voluntad política de resolver la crisis política.

“Sí se puede dar el camino constitucional de adelanto de elecciones, que pasa por un acuerdo político, porque simplemente con votar y que adelanten las elecciones, teniendo las mismas reglas y con los mismos partidos, no tiene por qué salir algo distinto”, señaló.

En ese sentido, comentó que de darse un hecho de envergadura mayor o si la ciudadanía comienza a manifestarse y la situación política se hace ingobernable, “se verán obligados a llegar a un acuerdo”.