Propuesta de eliminarlo genera opiniones a favor y en contra entre parlamentarios y especialistas,En el marco del debate de la reforma política-electoral, el Poder Ejecutivo propuso ayer, a través de un proyecto de ley que presentó al Congreso, la eliminación del voto preferencial y el establecimiento de elecciones primarias obligatorias para los partidos políticos. PUEDES VER: Cuatro preguntas clave sobre el Voto Preferencial La propuesta ha generado un debate entre los que están a favor y en contra de ese sistema de elección, sobre todo entre los propios parlamentarios y los especialistas en temas electorales. El voto preferencial se estableció en nuestro país desde las elecciones para la Asamblea Constituyente de 1978, como una posibilidad que se le otorga al elector para que pueda elegir a los candidatos al Congreso de su preferencia dentro de una determinada lista que presenta un partido político o alianza electoral en unas elecciones generales. Así, el elector, además de marcar por un partido al Congreso, puede escribir el número de hasta dos candidatos que considere de su preferencia. Posteriormente, una vez que se tienen los resultados generales, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) define a los candidatos elegidos en función de un sistema que se denomina cifra repartidora. De esta manera, puede resultar elegido tanto el candidato que estaba ubicado en el primer lugar de la lista de su partido o alianza o el que se encontraba en la última posición, todo dependerá del número de votos preferenciales que obtuvo. Precisamente, los que defienden este sistema de votación señalan que es más democrático, pues hace posible que el elector elija a uno o dos candidatos al margen de su ubicación. Asimismo, indican que de esta manera los candidatos no dependen del criterio partidario en la elaboración de las listas. Sin embargo, quienes están en contra que el voto preferencial señalan genera una mala competencia entre los candidatos de la lista de una misma agrupación política. De esta manera, señalan que los candidatos con mayor opción de salir elegidos son los que más invierten en sus campañas personales.