
Paulo Vilca: “Para muchos, en la derecha e izquierda, es inaceptable una figura política de Puno”
Politólogo puneño opina sobre la pobre oferta electoral para las elecciones del 2026, la fragmentación de opciones partidarias y comenta las reacciones a la elección de Vicente Alanoca como candidato presidencial por Nuevo Perú.
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El analista político Paulo Vilca Arpasi reflexiona sobre las reacciones, muchas de ellas muy agresivas, por la elección de Vicente Alanoca como candidato presidencial de Nuevo Perú, las perspectivas electorales de la izquierda y la fragmentación de las elecciones 2026.
¿Le sorprendió que elijan a Vicente Alanoca candidato presidencial por Nuevo Perú?
No del todo. Porque desde el año pasado más o menos distintas agrupaciones políticas, de izquierda sobre todo, han estado manifestando su expectativa de que en las planchas presidenciales vayan representantes de Puno. Esto con el objetivo de aglutinar apoyo en una región que ha sido la más golpeada y donde se presentan los niveles de mayor resistencia contra el actual gobierno. Vicente Alanoca es una persona que representa una tendencia política en Puno y el sur del país, un profesional con calificaciones académicas y personales de mucha valía y, por tanto, su perfil encaja con lo que busca una izquierda como la de Nuevo Perú: un actor político importante.

Vicente Alanoca y Verónika Mendoza. El primero será candidato presidencial de Nuevo Perú. Una sorpresiva elección. Foto: Nuevo Perú.
¿Cómo entender su elección cuando en Nuevo Perú hay una figura posicionada como Verónika Mendoza?
Diría que Verónika Mendoza sigue siendo un referente político importante para Nuevo Perú, para la izquierda y para la vida política del país. Por su trayectoria, por las plataformas, además probablemente sea la persona de la izquierda democrática que ha obtenido los mejores resultados electorales, para ese tipo de izquierda me refiero... Si bien es cierto puede ser un poco sorpresivo que ella no sea la candidata presidencial porque es la figura más visible, creo que ha habido una coincidencia: ella ya no buscaba ser candidata presidencial y también se necesitaba una figura diferente y que empate con las miradas que desde la izquierda hay sobre la necesidad de seguir representando políticamente al sur del país.
Que no sea conocido, ¿no juega en contra de Alanoca?
En un proceso nacional creo que ese elemento no necesariamente es fundamental para alcanzar el éxito. Y digo esto por dos razones. La primera es que en nuestro país no es extraño que aparezca un outsider y más en momentos de crisis. Esto lo hemos visto en los 90 y con el caso de Pedro Castillo. Y ahora, que hay una situación de crisis política permanente, creo que el contexto puede ser un factor que aliente la aparición de candidatos que no son del todo conocidos. Otro elemento es que, por lo que se ha visto hasta el momento, ninguno de los candidatos actuales genera grandes niveles de adhesión, al contrario, los niveles de rechazo contra los actores políticos son mucho más grandes. Entonces, creo que se abre un espacio para que nuevas figuras puedan surgir.
En las redes ha habido mucho racismo como reacción a la designación de Alanoca. La gente de izquierda fue la más agresiva, los castillistas han sido muy ofensivos contra él.
Es verdad, los principales cuestionamientos que han recibido, efectivamente, vienen de dos sectores muy distantes, pero que coinciden en la crítica hacia Vicente Alanoca y creo que eso, más bien, le hace un favor. Por un lado, efectivamente, están esos sectores más de derecha, centralistas, y que, además, con talante poco democrático por sus expresiones creen que una figura política de Puno, de ascendencia aymara, que además enarbola propuestas que tienden al cambio, resulta inaceptable. Y, por otro lado, están los sectores cercanos a Pedro Castillo, que no ven en Alanoca alguien con un discurso radical, que reinvindique a un gobierno que ha sido muy cuestionado; para estos sectores alguien como Alanoca no es suficientemente radical o revolucionario. Sin embargo, ambos sectores no pueden negar que Alanoca es una persona con solidez académica. Eso, de hecho, para algunos es peligroso.
Una de las críticas es por lo aymara. Dicen que la izquierda está utilizando a un aymara ¿No es un racismo a la inversa?
Lamentablemente, en el imaginario de muchos sectores conservadores, pero también de los sectores que desconocen la realidad cultural de nuestro país, la procedencia indígena es para la sospecha. Por un lado, hay una mirada como si una persona aymara o de otro pueblo indígena no tuviera la capacidad suficiente para incursionar en la política. Pero también en esos sectores hay una mirada paternalista, en el sentido de que los actores indígenas no tienen personalidad política propia. Para muchos que desconocen la realidad social y política del país, el pueblo aymara o de Puno en general, es visto con sospecha, porque supuestamente tiene actores políticos más interesados en 'bolivianizarse' y no les interesa ser parte del Perú... Pero no saben que si algo está presente, permanentemente, en la identidad puneña es precisamente su pertenencia al Perú.
Para algunos la elección de Alanoca es una señal de crisis en la izquierda peruana.
En general, la izquierda peruana está en crisis y no por la elección de Alanoca sino por el rol que han tenido algunos actores de izquierda, por ejemplo, frente al gobierno de Pedro Castillo. No creo que la elección de Alanoca sea un síntoma de eso. Al contrario, me parece que la renovación de rostros políticos en los partidos políticos de izquierda, y en todos los partidos en general, debería ser natural. Creo que la decisión de Verónika Mendoza, tras postular en dos ocasiones, de dar paso a otro actor político, me parece saludable en la política peruana.
¿Cómo mira a las otras izquierdas? Roberto Sánchez y Juntos por el Perú buscando aliarse con el antaurismo, el castillismo, el FREPAP... Perú Libre pensando en buscar a Bermejo.
Sí, nunca ha estado más claro hablar de tantas izquierdas, ¿no? Hay que recordar que Roberto Sánchez lanzó su precandidatura en Cusco buscando, entiendo, acercarse a esta parte del país. Pero más recientemente también ha señalado que se adhiere al llamado que hizo Pedro Castillo en el sentido de aglutinar a los castillistas… Otros sectores de izquierda como el partido del congresista Bermejo está también en este intento de articulación. Nuevo Perú lo hace con el Partido de los Emprendedores y Trabajadores, y Primero la gente.
¿A López Chau lo ubica allí, en ese sector político, o ya lo ve en el centro político?
El ingeniero López Chau ha reivindicado mucho su identidad política de centro izquierda. Ha estado cercano a estos sectores y creo que muchos militantes también. Si les preguntaras a ellos van a decir que son de izquierda, no van a decir que son de centro... Sin embargo, creo que, a diferencia de las otras izquierdas, tiene una vocación más de buscar acuerdos hacia el centro. Sus miradas se dirigen a buscar que sumar con otras tendencias políticas.

La mala oferta electoral se expresa en la excesiva cantidad de candidatos, sostiene Vilca. Foto: La República.
En este panorama, ¿qué perspectivas le ve a la izquierda en el 2026? ¿Tiene posibilidades realmente?
Es muy difícil dar una respuesta categórica. Porque creo que este proceso electoral va a poner a prueba varias tendencias. Tendencias como si continúa el clivaje territorial que empata al sur con la izquierda; si hay ese castigo electoral que usualmente vemos elección tras elección, donde la ciudadanía castiga a quienes han tenido el poder en nuestro país; si sigue la tendencia de que el candidato presidencial jala a los candidatos parlamentarios, aunque creo que puede ser más complicado porque habrá una votación compleja; si sigue la tendencia de votar por el mal menor en segunda vuelta o por el que tenga las mejores oportunidades para ganar desde el inicio...
Depende de varios factores que se manifiesten esas tendencias.
Sí, y también de cuáles serán los temas centrales: ¿va a poder la izquierda plantear el tema del cambio constitucional que es algo recurrente en sus plataformas? ¿será eso más importante que los temas de inseguridad ciudadana? Los asuntos vinculados a la recuperación de la democracia, por ejemplo, van a ser importantes en la campaña tal y como la izquierda los plantea?
Insistir en el cambio de Constitución y no centrarse en temas tan cotidianos como la inseguridad, ¿es un riesgo?
Pues depende mucho de cómo se politicen estos temas. Si se puede amarrar el cambio constitucional con revisar lo que se ha venido haciendo, quizás las personas se enganchen. Depende de cómo se concreten esas plataformas... Inclusive el tema de la seguridad ciudadana, porque no tengo duda de que muchos candidatos van a hablar de ‘mano dura’. Desde la derecha, el centro y hasta la izquierda, ya lo hemos visto con personajes como Antauro Humala... El asunto es quién va a ser creíble, quién va a plantear medidas que enganchen más rápido con la gente y cuáles plataformas van a ser las más determinantes, me refiero a las redes sociales.
Fragmentación electoral: “Hay una mala oferta política”
Señaló no hace mucho que estamos en un escenario de fragmentación y por lo tanto se necesitan candidaturas fuertes. ¿Veremos candidaturas fuertes?
Efectivamente hay un nivel de fragmentación muy grande en la política peruana en todos los extremos, no solamente en el lado de la izquierda. La mejor expresión de ello son los 43 partidos políticos que tenemos registrados. Ese nivel de fragmentación evidentemente genera problemas porque dificulta la construcción de candidaturas, de propuestas, que de una u otra manera aglutinen. Y eso revela mucha debilidad. 43 partidos y ninguno tiene la suficiente fuerza, el respaldo como para presentarse con una alternativa más viable que otras... Es un problema de la oferta política que tenemos en nuestro país. No es que la ciudadanía necesariamente vote mal, como algunos sostienen, el problema es que hay una mala oferta política... Y una de las expresiones de esa oferta política deficiente es la gran cantidad de candidatos.
¿Cree que la izquierda y el centro deberían buscar un candidato para una alianza electoral?
Por supuesto que es importante que se puedan aglutinar, que se puedan generar alianzas, pero el problema con las alianzas es que, en un escenario político como el peruano, no garantizan nada más que una vigencia electoral y, luego de pasadas las elecciones, lo que vemos es que los actores políticos acaban nuevamente disgregándose, formando nuevas bancadas en el Congreso, renunciando a sus partidos, en fin. Y si eso vemos en el caso de los partidos políticos, es aún mucho más complicado en el caso de las alianzas políticas... Lamentablemente, yo en este momento no veo, digamos, que haya una alternativa o una solución. Finalmente, ya las cosas se han dado un poco con estas reglas, y son las mismas reglas que han producido estos efectos. Y me temo que va a ser bien complicado que las alianzas puedan ser un remedio adecuado... más allá del día de las elecciones.