Falleció Felipe Zegarra Russo, sacerdote colaborador de Gustavo Gutiérrez
Homenaje. El teólogo peruano más conocido como Pipo Zegarra trabajó incansablemente por los derechos humanos, la opción preferencial por los pobres y el desarrollo humano en el Perú.
Y la vida vencerá. Bajo ese lema de origen bíblico, Felipe Pipo Zegarra formó numerosas bases eclesiales desde 1969 hasta el final de sus días y colaboró en los primeros esbozos del texto cumbre del también teólogo Gustavo Gutiérrez, titulado ‘Teología de la Liberación. Perspectivas (1971)’.
Luis Felipe Zegarra Russo fue un sacerdote diocesano peruano, nacido en el Cercado de Lima el 5 de octubre de 1938. Fue el décimo y menor hijo de Jorge Manuel Zegarra Lanfranco y Angélica Russo Fry.
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Ingresó al Seminario Pontificio de Santiago de Chile en marzo de 1956, donde se formó bajo la administración del monseñor Manuel Larraín Errázuriz, fundador del Consejo Episcopal Latinoamericano y principal promotor de la Conferencia de Medellín (1968), y Carlos Gonzales Cruchaga, primo del santo chileno Alberto Hurtado Cruchaga SJ.
Generación. Pipo con Gutiérrez y otros teólogos peruanos. Foto: difusión
Empezó sus estudios doctorales en la Academia Pontificia Alfonsiana de la Pontificia Universidad de Letrán en Roma, en 1962, donde participó de las cuatros sesiones del Concilio Vaticano II, y allí conoció a su amigo, con quien colaboró durante décadas, Gustavo Gutiérrez Merino, fundador de la Teología de la Liberación.
A su regreso a Lima en 1966 fue nombrado vicecanciller del entonces arzobispo y cardenal Juan Landázuri Ricketts, cargo al que terminó renunciando para dedicarse a la enseñanza de la teología en la Pontificia Universidad Católica del Perú, donde se mantuvo por más de 50 años hasta finales del 2023.
Sin embargo, su opción de servicio al país no solo se quedó en las aulas, sino que también fue párroco de Santa Ángela Mérici (Carmen de la Legua) y El Buen Pastor, ambas ubicadas en la diócesis del Callao.
Fue decano de Estudios Generales de Letras de la PUCP y ocho veces jefe del Departamento de Teología en la misma casa. Es por eso que, en 2023, lo nombraron profesor emérito.
A finales de los 70, escribió, junto con otros destacados pensadores como Rolando Ames, los primeros trabajos sobre derechos humanos en el Perú.
Durante los 80 y 90, lideró marchas contra la violencia senderista y del Estado durante el conflicto armado interno bajo el lema “Y la vida vencerá”.
Asesoró desde su fundación a los Movimientos ‘Para que no se repita’, ‘Instituto Bartolomé de las Casas’, ‘Mesa de Concertación de Lucha contra la Pobreza’, ‘Unión Nacional de Estudiantes Católicos’, ‘Movimiento de Profesionales Católicos’, ‘Movimiento Católico contra el Cambio Climático’, ‘Instituto de Desarrollo Humano PUCP’, “Instituto de Desarrollo Humano PUCP”, entre otros.
La Asociación Caminos de Memoria se despidió del sacerdote por su acompañamiento perenne a las víctimas del conflicto armado interno y sus familiares en el memorial El Ojo de Llora.
“Hasta pronto querido Felipe Zegarra o Pipo, como te gustaba que te dijeran y como te conocía la gente. Desde joven abrazaste la causa de los pobres, por lo que siempre te vimos acompañando las causas por la justicia. Supiste acompañar el dolor de las familias víctimas del conflicto armado interno y nos acompañaste en varias ceremonias en el Memorial El Ojo que Llora, desde la sencillez, que fue signo de tu vida. Hasta pronto ‘Pipo’ pastor y amigo con olor a oveja”, publicaron a través de redes sociales.
El Instituto Bartolomé de las Casas rindió tributo a su amigo y socio. “Gracias Felipe por tu compromiso con los más pequeños y con el desarrollo integral de nuestro país. Hoy día nos sentimos un poco huérfanos, pero tu vida ejemplar siempre será fuente de inspiración y luz, para seguir adelante en la búsqueda de un Perú más fraterno, solidario y justo”, se lee en su cuenta oficial en Facebook.
El cardenal Pedro Barreto recordó al padre Pipo como “un sacerdote y persona con mucha coherencia entre lo que decía y hacía. Su testimonio de vida fue evangélico, en servicio de la iglesia y el país”.
“Nuestra generación le tiene un agradecimiento porque nos acompañaba y nos ayudó a superar una cosa de nuestra fe limeña y peruana: esa excesiva rigidez de una religión de normas limitantes de la libertad. Él nos hizo entender a la fe cristiana que se vive en la libertad de los hijos de Dios. Felipe es un forjador de esa experiencia de fe nueva y se la debemos porque siempre nos siguió y nos acompañó. Felipe hizo posible, junto con Gustavo (Gutiérrez), el plasmar ese precioso texto que es el de la ‘Teología de la Liberación’. Era un gran pensador y amigo”, recordó el arzobispo de Lima, Carlos Castillo.
Su amigo p. Luis F. Crespo dijo que “su OPP no era un argumento teológico, sino una experiencia de vida y de fe viva que buscaba siempre comunicar”.
Gracias al gran maestro y mejor amigo
Me permito estas líneas para darle gracias a Pipo por su vida en la mía. Pipo, fuiste el mejor amigo que pude tener. Gracias por más de 10 años de largas caminatas y profundas conversas. Por enseñarme a darle sentido a mi vida. Celebro el don de nuestra amistad. Al Dios de la vida: ¡gracias! Tu ‘sobrino bisnieto’, ACG.