Política

Charlie Castro: “Si La República no existiera, habría que inventarla, porque sin La República hoy, habría menos democracia”

Tras casi tres décadas en el diario La República, Carlos Castro deja la subdirección para emprender nuevos proyectos. En esta entrevista comparte su experiencia en esta casa editora y su confianza en que el impreso permanecerá, adecuándose a los nuevos tiempos.

Visión. Carlos Castro resalta la importancia de informar siempre con la verdad. Foto: Ricardo Cervera/La República
Visión. Carlos Castro resalta la importancia de informar siempre con la verdad. Foto: Ricardo Cervera/La República

¿Cómo empezó tu carrera en el periodismo?

—El periodismo me encontró a mí. Siempre sentí un gusto por la lectura y las historias, y escuchaba las noticias en la radio, pero no pensaba en el periodismo como una carrera. Recuerdo que una vez caminando en Trujillo, cuando trabajaba pintando la iglesia de Santo Domingo con un tío, al salir y dirigirme a casa, observé un aviso en la portada del diario La Gaceta: "Se busca un reportero". Algo me dijo que debía presentarme, así que lo hice. Éramos alrededor de 30 jóvenes y fui uno de los seleccionados. Desde entonces, nunca más abandoné el periodismo.

¿Cuál es el recuerdo más emotivo de tus inicios en la prensa en el norte?

— Vivíamos en la época del linotipo, donde procesaban las páginas en el logotipo. De La Gaceta, pasé a La Industria (Trujillo). Conocí a grandes amigos y profesores; entonces, La Industria fue una de mis primeras grandes experiencias en el periodismo.

Recuerdo que, por razones que da la vida, un día el editor del suplemento del periódico viene y me dice: "Carlos Sanz, un recluso del penal, ha enviado un poema". Yo le digo: "Todos tienen derecho a hacer conocer sus opiniones y poemas". Y lo publicamos. Curiosamente, tiempo después, La Industria fue intervenida en el gobierno militar de Morales Bermúdez y nos despidieron a todos los principales directivos.

Nos persiguieron y, en ese momento, yo era el director del diario. Nos llevaron al penal junto con otros compañeros. Allá estaba este señor (Carlos Sanz), nos encuentra y se presenta diciendo: "Usted publicó el poema, ¿verdad?". Respondí: "Sí". Y entonces él dijo: "Bien, pasen, aquí van a tener toda la estadía". Así nos cobijó a todos.

Tienes muchas experiencias y anécdotas en toda tu trayectoria. ¿Cuál consideras especial e inolvidable por su enseñanza?

—La experiencia más importante fue la que viví en La República. Conocí al ingeniero Gustavo Mohme Llona, un personaje extraordinario porque realmente nos enseñó y transmitió valores, como la democracia y, sobre todo, dignidad en toda la campaña en su contra. Fue empresario, político y principal opositor a la dictadura de Fujimori, y tuvo una campaña infame contra él. La prensa estaba controlada, a través de las portadas y, a pesar de eso, él no se detenía y seguía con la Unidad de Investigación dirigida por Ángel Páez, acompañado por compañeros como Edmundo Cruz, Mónica Veco, Francisco Reyes, dedicados a sacar la corrupción del gobierno de Fujimori. Aprendí de él la importancia del valor de la verdad. Fue gratificante trabajar con él y luego seguir trabajando con Gustavo Mohme Seminario, nuestro director, que también mantuvo en alto los valores junto con toda la familia (…), a pesar de los costos que eso significaba y significa hasta ahora.

¿Hubo algún momento crucial, al principio de tu carrera, que haya influido en tu estilo periodístico?

— Fueron etapas que se dieron. Desde cuando entré a la sala de redacción de la Gaceta, sentí que ese era mi camino, y no lo he abandonado porque creo que una de las cosas que mantiene al periodista son la pasión y la verdad. Pasión por lo que está haciendo, por los trabajos, y la verdad por lo que va conociendo y va destapando, y la importancia que tiene el periodismo es la verdad de las cosas que suceden en el país.

¿Cuál es la experiencia más destacada durante tu trayectoria?

— El tiempo con el ingeniero (Gustavo Mohme) compartido en todos esos momentos y después, la segunda etapa, cuando se comprobó que todo lo que había dicho La República era verdad. Cuando se comprobó que el Grupo Colina operaba desde el poder, que la corrupción operaba del poder, que todos los generales eran corruptos. Comprobar todo eso y vivirlo con 'Chicho' Mohme realmente fue gratificante.

Hace poco falleció Inés Flores, ¿cómo afectó su ausencia en la sala de redacción, en los compañeros de largos años?

—Inés fue una gran persona a la que recuerdo y aprecio mucho. Sinceramente, fue una pena, al igual que, en su momento, la pérdida de Percy (Ruiz) y Óscar (Cuya), compañeros con los que compartimos el trabajo diario. Una gran pérdida que se sintió en el día a día, especialmente porque con Inés, en los últimos tiempos, coordinábamos el trabajo. Su ausencia aún se siente.

¿Qué sensación genera que tu nombre sea, prácticamente, sinónimo de La República?

—Mi nombre no puede ser el sinónimo de La República, de ninguna manera. La República está representada por el ingeniero Gustavo Mohme, por su gente: periodistas, trabajadores. Un amigo me dijo: "Si La República no existiera, habría que inventarla", porque si no existiera La República, hoy habría menos democracia en el Perú, hoy no conoceríamos todo lo que sabemos sobre la corrupción de Fujimori, la podredumbre que se enquistó.

¿Cómo has visto evolucionar el periodismo y la industria de los medios a lo largo de los años?

—En 1975, nosotros (periodistas de La Industria) viajamos a un evento internacional a Las Vegas y, por primera vez, vi cómo los medios del mundo, como el caso de Japón, imprimían millones, y por la distancia enviaban por satélite. Fue impresionante. Ahora, lo vemos en La República, cuando pasamos para todo el norte y sur para la impresión.

¿Qué desafíos o cambios significativos has enfrentado en tu carrera debido a la transformación de los medios?

—El papel que se consume. Pero yo creo que hoy se lee más porque tienes el papel y la web; en el digital nos leen millones de personas. Aunque a los de la época antigua nos gusta sentir el papel.

¿Qué reportaje o proyecto te hace sentir especialmente orgulloso en tu carrera?

—Nos sentimos orgullosos del trabajo que se acompañó (en tiempos difíciles) y de la Unidad de Investigación. La República es uno de los periódicos en el mundo que mantiene una Unidad de Investigación. Hoy en el país, no hay medio que la mantenga con esa persistencia y esa consistencia que tiene la nuestra. En este momento, la Unidad de Investigación de la República es reconocida por la prensa peruana e internacional.

La República se caracteriza por su imparcialidad. ¿Cómo manejaste la presión y las posibles repercusiones de informar sobre temas sensibles, como la corrupción en el ámbito político?

—Siempre con la verdad. Si lo que estás publicando es con la verdad, no hay nada que se puede hacer (en su contra), es la verdad y eso es contundente.

¿Cómo se hace para sobrevivir varios años en el periodismo sin que termine de cansarte? Muchos abandonan la carrera por la alta presión.

—Como dice García Márquez: "Una vez que conoces el periodismo, se te mete en las venas y nunca se te va de ahí". Lo vives y es lo que te permite estar días tras días, y al día siguiente levantarte temprano y ya estar pensando, ¿cuál es la noticia que está pasando?, ¿qué está ocurriendo en el país de ahora? Y, ahora, ¿qué está ocurriendo en el mundo?

¿Qué te llevó a tomar la decisión de dejar La República después de tantos años?

—Fue difícil. Me siento republicano y siempre me voy a sentir así. Allí encontré una familia. Siempre les decía a los periodistas y editores que en cualquier lugar no tocas la puerta y el director te recibe y conversa contigo de la manera más abierta, como ocurre en nuestro caso, que el director conversa, te recibe y le gusta interactuar. Desde que entré sentí que era como una familia.

Has visto pasar muchos cambios tecnológicos en tu carrera, ¿cómo crees que será el futuro de los medios?  ¿Cómo será en 10 años un diario impreso?

—Hay una frase que dijo nuestro director Chicho Mohme: "Vivir con dignidad en el impreso y mantener sus valores". Creo que el impreso seguirá siendo importante. Mira a La Tercera de Chile, es un diario digital que mantiene su papel.

Una opinión en especial sobre el impreso, ya que no solo aquí, sino en diferentes países está en decadencia, por así decirlo.

—Tengo esperanza de que el papel se mantenga con buenos contenidos, buenos reportajes, hay buenos periodistas, tengo fe. Tengo fe sinceramente en que seguiré leyendo en papel.

Durante tu despedida, mencionaste la importancia de la dignidad del fundador Gustavo Mohme. ¿Puedes explicar cómo esos valores han influido en tu trabajo y en la empresa?

—No solo en mí, sino en la de todos. A veces les decía a los editores: "¿Saben lo bueno que es trabajar en el periódico con el que te sientes identificado con sus valores y encima te pagan por eso?". Días atrás tomaba un café con una editora gráfica que fue de La República y que se fue a otro medio, me decía: "Charlie, es diferente, La República siempre es una familia". Eso no tiene precio.

Con una industria en cambio constante, ¿qué les aconsejas a los jóvenes que hoy estudian o desean estudiar periodismo?

—Leer, que aprovechen en leer todo lo que puedan porque el periodista en algún momento ocupa diferentes espacios. Ejemplo, los de Sociedad por algunas circunstancias pasan a Política, a Internacionales...

¿Cómo crees que pueden enfrentar los desafíos actuales del periodismo y destacar, sobre todo?

—Un periodista tiene que ser buena persona (…). Tiene que gustarle la literatura, el teatro, el cine. Eso debe de estar innato en un periodista.

En tu carrera has visto entrar y salir a muchos presidentes de Palacio, ¿qué evaluación haces de la actual gestión? ¿Crees que Dina Boluarte durará hasta el año 2026?

—Espero que no dure hasta el 2026.Para empezar, tiene más de 50 muertos, es imperdonable. Es un régimen que debe irse hace tiempo y lamentablemente no se da esa indignación ciudadana como en otros momentos. Hay una ausencia de líderes que pueden recrear esa indignación y volcarla a las calles, que es el único camino, porque el Congreso está tomado por una mafia.

En tus años de experiencia, ¿has visto un Congreso tan cuestionado como el actual?

—El Congreso cada día está peor. Este es un Gobierno al que no le importa nada, quieren avasallar con todo. Si realmente no existiera La República, ya se hubieran apoderado del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) y de la Junta Nacional de Justicia (JNJ). Este es un Congreso al que solo le importan las cosas personales y sus negocios, no le importa el país.