Política

Adiós, peruano universal

Falleció a los 100 años Javier Pérez de Cuéllar. Figura emblemática de la diplomacia peruana, el ex secretario general de la ONU en dos periodos, Javier Pérez de Cuéllar, dejó de existir anoche, según confirmó uno de sus hijos. Fue el único latinoamericano en ejercer el máximo cargo en las Naciones Unidas. Y también tuvo un valioso protagonismo en la recuperación de nuestra democracia.

Por: Carlos Páucar

Javier Pérez de Cuéllar siempre fue una persona sencilla y muy humilde. Se calificaba a sí mismo simplemente como “un negociador de soluciones justas y pacíficas”.

En realidad, era un luchador por la paz, un tenaz perseguidor de la justicia en el mundo, un promotor incansable de la cooperación internacional entre países grandes y chicos, un visionario y firme defensor del multilateralismo.

Se definía como un profesional fiel a el ejercicio de la diplomacia “como lo puede ser un franciscano, un jesuita o un mercedario”.

Pero fue mucho más. Un peruano universal, el único latinoamericano en ejercer hasta ahora el máximo cargo en las Naciones Unidas y, luego, fue una fuente de inspiración para todos los que luchan por la democracia, el desarrollo social, los derechos humanos.

Anoche, Javier Pérez de Cuéllar, el admirable diplomático peruano que alcanzó la secretaría general de la ONU y que hace unas semanas había recibido sentidos homenajes en nuestro país al cumplir los 100 años, falleció por causas naturales, según informó su hijo Francisco Pérez de Cuéllar.

"Mi papá falleció después de una semana complicada, ha fallecido a las 8:09 de la noche y descansa en paz", anunció en una emisora local. Agregó que el viernes se realizará el velorio en Palacio de Torre Tagle desde las 10:30 de la mañana y el entierro será en el cementerio Presbitero Maestro, con todos los honores que merece su figura.

100 años de prestigio

El 19 de enero había cumplido 100 años. Por esa ocasión le llovieron elogios no solo en nuestro país sino de todo el mundo.

La misma Naciones Unidas envió un mensaje vía web a todos los países del orbe. Destacó en esa misiva su “fructífera vida diplomática y sus 10 años como secretario general de las Naciones Unidas (1982-1991)”. Y aludía a su incansable labor por la paz mundial y la solidaridad entre los pueblos del mundo".

Abogado y diplomático de carrera, Pérez de Cuéllar nació en Lima, el 19 de enero de 1920.

Ingresó al Ministerio de Relaciones Exteriores en 1940 y al cuerpo diplomático peruano en 1944. Fue profesor de derecho internacional en la Escuela Diplomática de Perú y profesor de relaciones internacionales en la Academia de Guerra Aérea.

En 1961, fue ascendido al rango de embajador, representó al Perú en Suiza, la ex Unión Soviética, Polonia y Venezuela. Diez años más tarde, fue nombrado representante permanente del Perú en las Naciones Unidas, cargo que mantuvo hasta 1974. En 1973 y 1974 representó al Perú en el Consejo de Seguridad. En 1979 fue nombrado Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas para Asuntos Políticos.

En mayo de 1981 retornó a Lima, al Ministerio de Relaciones Exteriores. Su permanencia en la capital de nuestro país sería breve. A fines de ese año, la Asamblea General lo nombró unánimemente como Secretario General de la ONU para el período 1982-1986. Luego hizo lo mismo para un segundo período consecutivo, hasta 1991.

Acciones en el Perú

Debido a su prestigio internacional pudo evitar la acción política en el Perú, pudo gozar del prestigio ganado en el mundo, pero a solicitud de distintos grupos políticos peruanos, accedió a ser candidato a la presidencia de la República en el Perú en 1995, en pleno apogeo del autoritarismo fujimorista.

Un año antes, en 1994, había fundado Unión por el Perú. En las elecciones alcanzó la segunda mayor votación, aquella vez fue reelegido Alberto Fujimori.

Tras las elecciones, Pérez de Cuéllar se instaló en París.

Hasta que otro gran demócrata, Valentín Paniagua Corazo, lo convocó para ser presidente del Consejo de Ministros en el gobierno transitorio que encabezaría del 2000 al 2001. Esa vez, Pérez de Cuéllar también asumió el cargo de canciller.

Es decir, fue un político de acción en el Perú y como diplomático internacional fue testigo de dictaduras, golpes de Estado, firmas de paz, declaratorias de guerra. Una intensa vida de diplomático y de figura pública.

Se recuerda que en 1986 alcanzó un 'alto al fuego' a la guerra irano-iraquí; en 1991, negoció el fin de las hostilidades en la guerra del Golfo Pérsico; también logró la liberación de rehenes tomados por el grupo islámico Hezbolá en Líbano; además de la paz entre el gobierno y la guerrilla de El Salvador.

Por los 100 años, el diplomático Allan Wagner resumió la importancia de Pérez de Cuéllar señalando que se trataba de referente fundamental, inspiración para todo diplomático, enseñanza de vida, fuente de inspiración para cumplir la misión “que el Estado nos ha dado”.

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