Odebrecht pidió intervención del gobierno de Alan García para sacar adelante el Gasoducto
A través de cartas dirigidas a Alan García y a Javier Velásquez Quesquén, entonces primer ministro, las empresas Odebrecht y Conduit Capital Partners, socias en el proyecto Gasoducto Andino del Sur, pidieron ayuda al Estado para sacar adelante la obra porque no la podían financiar.
El 17 de junio de 2008, el expresidente Alan García recibió en su despacho de Palacio de Gobierno una carta firmada por Scott Swensen, presidente de la empresa estadounidense Conduit Capital Partners, socia de Odebrecht en el proyecto Gasoducto Andino del Sur.
La misiva llegó a las manos del exmandatario aprista justo cuando la firma norteamericana era evaluada por la Dirección General de Hidrocarburos del Ministerio de Energía y Minas, que debía decidir si el Estado peruano le otorgaba o no la concesión del transporte de gas desde Camisea hasta el puerto de Ilo.
El Gasoducto Andino del Sur, como se sabe, era una obra que interesaba con prioridad a la segunda gestión de Alan García, a tal punto que, a finales del 2007, se habían aprobado tres normas vitales para el proyecto:
- La ley que declaraba de necesidad e interés público la construcción del gasoducto;
- Un decreto supremo que aprobaba el reglamento de transporte de hidrocarburos por ductos;
- Una ley para promover el desarrollo de la industria petroquímica.
Lo que la carta decía
En la esquela, Swensen le avisaba a Alan García que continuaba a la espera del proyecto del contrato del Gasoducto Andino del Sur, y que estaba listo para firmarlo.
Además, le solicitaba al ex jefe de Estado una entrevista para ponerlo al corriente de la amplia experiencia y capacidad financiera de su empresa, según informó Cuarto Poder.
La carta, posteriormente, fue enviada por García a su hombre de confianza en Palacio, el secretario de la presidencia, Luis Nava, quien actualmente se encuentra recluido en prisión preventiva por ser sindicado como testaferro del exmandatario, en el marco del caso Lava Jato.
De este modo, el 26 de junio, nueve días después de recibirla de manos de García, Nava remitió la carta más un oficio al entonces ministro de Energía y Minas, Juan Valdivia, para que este actuara “según los fines del caso” a pedido del expresidente.
El exministro Juan Valdivia, comprendido en la actualidad en las investigaciones del Equipo Especial Lava Jato, sostuvo que no recuerda el episodio de la carta.
Sin embargo, luego de esta primera misiva, volvió a recibir aún otra comunicación, esta vez de la Corporación Andina de Fomento (CAF), en la que esta insistía en saber del proyecto Gasoducto Andino del Sur, pues decía tener inversiones en los fondos manejados por Conduit Capital Partners.
Odebrecht en escena
Para agosto de ese año, la constructora Odebrecht entró a escena. Así, en varias fechas entre ese mes y el siguiente, se sucedieron hechos determinantes.
El 19 de agosto, por ejemplo, Osinergmin recomendó que se debía hacer una licitación para el transporte del gas, y no una concesión directa. Sin embargo, el ministerio de Energía y Minas hizo oídos sordos de esta recomendación y continuó con el proceso que terminó ganando Kuntur, conformada por Odebrecht y Conduit Capital Partners.
Una semana después, el 26 de agosto, la empresa Conduit Capital Partners y Odebrecht acordaron, a través de un contrato, que sería la brasileña la que ejecute las obras de infraestructura del Gasoducto Andino del Sur.
Para el 10 de setiembre, Alan García y el ministro Juan Valdivia firmaron la Resolución Suprema 040-2008-EM, que le otorgaba la concesión del Gasoducto Andino del Sur al consorcio Kuntur .
El 11 de setiembre, en Palacio de Gobierno se reunió el expresidente García con Emilio Odebrecht, su hijo Marcelo y Jorge barata y Luis Mameri.
Seis días más tarde, Alan García y Luis Nava tomaron un vuelo rumbo a Brasil para participar en la Expo Brasil en Sao Paulo. Según Cuarto Poder, es por esas fechas que Nava le dijo a Miguel Atala que había una cuenta abierta en la Banca Privada de Andorra y que era del expresidente García.
Para el 20 de setiembre, el expresidente García y Nava regresaron al Perú: y para el 26 de setiembre, el gobierno del líder aprista publicó recién la resolución suprema con la entregó la concesión del transporte de gas a Kuntur.
El 3 de octubre, por otro lado, acudieron a Palacio de Gobierno Samuel Gómez, de Kuntur; Scott Swensen, de Conduit Capital Partners; y Jorge Barata y Reymundo Trindade de Odebrecht.
El 6 de octubre, Alan García y Samuel Darío Gómez, representante de Kuntur, viajaron a la ciudad Arequipa, en donde se firmó finalmente el contrato para el Gasacudoducto Andino del Sur.
Sin fondos
No obstante la obtención de la buena pro, Odebrecht y Conduit Capital Partners no consiguieron el financiamiento para el Gasoducto Andino del Sur, que había sido presupuestada en 1500 millones de dólares.
Entonces, Samuel Gómez, representante de Kuntur, volvió a visitar Palacio de Gobierno el 30 de abril del 2009, reunión con Alan García que se repetiría el 6 de agosto de ese año también, pero ahora con el presidente de Conduit Capital Partners, Scott Swensen.
Sin embargo, el proyecto seguía sin prosperar, hasta que Jorge Barata comenzó a hacer sus propias gestiones por intermedio del entonces primer ministro Javier Velásquez Quesquén.
Carta a Velásquez Quesquén
13 de mayo de 2010: a las manos del aprista Javier Velásquez Quesquén, por entonces presidente del Consejo de Ministros de Alan García, llegó una carta dirigida por el exdirectivo de Odebrecht en el Perú Jorge Barata.
A lo largo de tres páginas, Barata, hoy por hoy testigo clave de la Fiscalía en el caso Lava Jato, le contaba a Velásquez Quesquén que el Gasoducto Andino del Sur se había incorporado ahora a un megaproyecto, el “Proyecto Integrado de Desarrollo Industrial Gas Químico del Sur”.
Por ello, el exdirectivo de Odebrecht en el Perú le anunciaba al entonces primer ministro un dilación en el inicio de las obras, proyectado para enero de 2011. Sin embargo, lo que llama más la atención de la misiva es una serie de “acciones de ejecución inmediata” que Barata pedía al gobierno de Alan García para conseguir que, en efecto, en enero del siguiente año se inicien las obras:
- Declarar de interés nacional el nuevo megaproyecto al que se había integrado el Gasoducto Andino del Sur;
- Darle a este megaproyecto las reservas de los lotes 58, 88 y Fitzcarrald;
- Dar la autorización para que la central térmica de Quillabamba inyecte energía al nuevo proyecto integrado;
- Modificar o adecuar el contrato de la concesión que entregó el Gasoducto Andino del Sur a Kuntur en el 2008.
En síntesis, Jorge Barata le pedía al Estado peruano que ayudara al Gasoducto Andino del Sur pese a que este proyecto debía ser privado, ya que no podían financiar la obra.