Puesto de periódicos
Salgo a comprar un par de paltas. Frente al antiguo puesto de madera, varios viejos toman su emoliente y revisan los titulares de los diarios. Discuten.
- ¡Este también chapó su plata!
- ¿Y no era ministro?
- ¡Qué ministro! ¡Premier era!
- Vamos a tener que importar políticos. Unos cuantos suizos.
- Al menos ya no vienes con que nos faltan Pinochets.
Nada, dice el viejo desganado. Ese también era tremendo choro. Piden yapa. La gente se queda para escucharlos. Los motivamos. ¿Maestro, entonces ya no queda nadie limpio? Nadie sobrino, todo el mundo está investigado.
- Presidentes PPK, Toledo, Fujimori y Montesinos.
- ¡García!, que en paz descanse.
- Humala, Nadine y Keiko, que es como si fueran medio presidentas.
- Kenji, Yoshiyama, Donayre, Navas, Cubas, Villanueva…
- Los alcaldes Villarán, Castañeda, Moreno…
- Y así ministros, congresistas, jueces, periodistas, empresarios.
Enrollando su bufanda, el más alto saca conclusiones. O sea, toda la clase política. O sea, no eran una clase política sino una clase de pirañas. O sea, ahora que cierren el Congreso vamos a tener que votar por Paolo Guerrero. O sea…
- No es cierre del Congreso, es adelanto de elecciones.
- Ya, pero por quién vamos a votar.
Se van, con las manos en los bolsillos. Los escucho refunfuñar. La cosa es que ahora sabemos que todos son corruptos. Eso es lo malo, porque ya no podemos poner de pretexto que no sabemos. Votar sabiendo es otro precio. Ya extraño la ignorancia. Se ríen.