Cómo estará de incandescente la situación que Alan García ha sentido la urgencia de retornar y sumarse al cargamontón de la corrupción contra Vizcarra.,En la era de las fake news y los hechos alternativos, Keiko Fujimori ha añadido otra manera de entender el aluvión de mentiras en el que se debate la actualidad peruana. Su frase “las mentiras hay que entenderlas en su propio contexto” es de una profundidad semiótica insospechada y, me atrevo a sugerir, involuntaria. Por no decir inconsciente. El lenguaje, como sabemos, es el más fulgurante de los búmeran. Cuando retorna, no hay quien lo pare. Y siempre retorna, por definición, hacia quien lo lanzó. Por ejemplo, la reciente revelación de un colaborador eficaz de que Keiko Fujimori se reunió con el amable limpiador de penas a violadores de niñas, César Hinostroza. Ahora matiza su afirmación previa de que nunca se reunió con Hinostroza, diciendo que nunca se reunió a solas con él. En cambio, aprovecha para agregar, sin que nadie se lo haya preguntado, que con quien sí lo hizo a solas fue con César San Martín. Continúa con la estrategia del contagio por contacto: Vizcarra se reunió conmigo, es corrupto. San Martín se reunió conmigo, es corrupto. Pero lo más relevante de todo esto es la defensa cerrada del fiscal de la Nación, Pedro Gonzalo Chávarry, a quien ya convendría llamar (es confuso esto de sus nombres de pila, Pedro o Gonzalo) Blanca Nélida Chávarry (BNC). Así nos entendemos más rápido. Afirmar que el citado personaje “está tomando medidas positivas” nos remite a la función del lenguaje antes mencionada. El contexto en este caso es la investigación por lavado de activos vinculados a cócteles, Odebrecht, Joaquín Ramírez, etcétera. Aquí BNC es una pieza esencial del engranaje. Un fiscal decente tomaría, es obvio, “medidas negativas” contra ellos. Cómo estará de incandescente la situación que Alan García ha sentido la urgencia de retornar y sumarse al cargamontón de la corrupción contra Vizcarra. Sin irse por las ramas, ha amenazado al Presidente con la vacancia vía referéndum. El Presidente, como queda claro, es el designated survivor. Es lo que hay y es constitucional. Toca defenderlo no porque pensemos que es el líder anticorrupción que estábamos esperando, sino porque hay en marcha una arremetida de la podredumbre política y judicial contra él. Y él, para todos los efectos prácticos, nos representa. La arremetida es entonces contra todos los que estamos hartos de la corrupción. En la medida que cumpla lo que ha prometido, a saber que ninguna amenaza lo va a detener en la lucha contra la corrupción, lo apoyaremos y defenderemos. En el contexto que ha invocado la Señora K, bajarse a Vizcarra es imperativo. Esto puede ir desde vacarlo hasta neutralizarlo con alguna kryptonita que le tengan grabada. Los aprendices de Montesinos ya han demostrado que este es su modus operandi preferido. Marco Sifuentes le sugiere al mandatario que tome la delantera y sea él mismo quien revele la historia secreta (al estilo H&H) de su llegada al poder. Es muy pronto para saber si los audios van a resultar tan devastadores como lo fueron los vladivideos. Pero no hay duda de que la situación es grave y resulta inevitable definirse.