Anuncio se dio en la celebración de los 10 años de la Fundación Borgeana de Japón. Viuda del escritor argentino escribirá sus memorias para evitar “distorsiones e injusticias”. Tokio. EFE. La viuda de Borges, María Kodama, que celebra los 10 años de la Asociación Borgeana de Japón, declaró que tendrá que escribir sus memorias para que no se distorsione la obra del escritor y poner fin “a la falta de justicia”. Kodama aludió a que “hay gente indignada con la distorsión que se hace con algunas cosas” y aseguró que “muchos han escrito sobre Borges, pero no lo conocieron. No es lo mismo hacerlo desde un punto de vista personal y sentimental”, por lo que consideró: “voy a tener que escribir mis memorias” al tiempo que aseguró que su vida “ha sido muy difícil desde que murió Borges”, a pesar de lo cual no se arrepiente de su destino. Las críticas sobre la viuda María Kodama visita estos días Japón y asistió en el Instituto Cervantes de Tokio a la celebración de el décimo aniversario de la Asociación Borgeana de ese país, que reúne a estudiosos y admiradores del genial escritor argentino y Premio Cervantes en 1980. Kodama, heredera testamentaria de las obras de Borges, ha sido criticada en numerosas ocasiones por el presidente de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), Alejandro Vaccaro, y el escritor y ex-secretario de Borges, Roberto Alifano, a quienes ha acusado anteriormente de hostigarla. Vaccaro dijo recientemente que el matrimonio entre Kodama y Borges, en 1986, no fue legal, ya que el escritor argentino aún no estaba divorciado de su anterior esposa, Elsa Astete Millán. No obstante, Kodama afirmó que desde la muerte de Borges, hace 23 años, aceptó “un destino, sino de libertad, de haber vivido algo único. Uno no se da cuenta mientras lo vive, pero sí ahora frente a la codicia y envidia de otros”. Kodama indicó que Borges no era una persona malhumorada, aunque sí “podía llegar a ser posesivo” mientras que ella era “muy independiente”, algo que solucionaban con sinceridad y “con juegos, como de niños”. En cuanto a sus planes sobre el futuro de la obra de Borges después de ella, dijo: “se hará como me parezca a mí adecuado. Lo tengo pensado desde hace tiempo”. Kodama ha podido revivir estos días los dos viajes que realizó con Borges a través de Japón, en los que el escritor, un amante y estudioso de la cultura nipona, vivió de primera mano “cosas que ya conocía intelectualmente”, como los ritos sintoístas o la ceremonia del té. La viuda del escritor opinó que existen puntos comunes entre la literatura japonesa y la obra de Borges, al hablar de “lo que no está brutalmente expresado, sino de cosas que se sobreentienden de un modo misterioso”: “Las historias sobre Japón que le leía su abuela despertaron su imaginación desde niño y su interés por el país”. Sus jornadas de trabajo con Borges, las recordó “como algo mágico”, que eran “como navegar en un río” que el escritor exploraba hasta “adentrarse en un universo en cada palabra” que analizaba. “Por su memoria privilegiada, era capaz de sumergirse en el significado etimológico de cada palabra y hacer asociaciones con otras obras, lo que desembocaba en un mundo alucinante de reflexión”. Datos Convivencia feliz. María Kodama, de 64 años, hija de un arquitecto japonés que se afincó en Buenos Aires, conoció a Jorge Luis Borges primero como su alumna, luego como su secretaria y posteriormente pasó a ser su esposa. Ella ha señalado respecto al vínculo que sostuvieron que “fue una relación en armonía, que no había que limar, porque que encajamos como piezas de reloj”.