
La isla que estaba destinada al fracaso y ahora es uno de los países más ricos del mundo: el impresionante ascenso económico de Singapur
A mediados del siglo XX, Singapur enfrentaba pobreza y falta de recursos, pero logró transformarse en una de las naciones más ricas del mundo.
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A mediados del siglo XX, Singapur era una isla sin petróleo, sin gas y sin minerales. Padecía una pobreza estructural que parecía condenarla al olvido, con una economía débil y escasas opciones para integrarse al comercio internacional. Sin embargo, a pesar de los desafíos, el país adoptó una ruta distinta: impulsó una transformación radical que priorizó la educación, la infraestructura y la apertura económica.
Hoy, esta nación figura entre las más ricas del planeta. Con una renta per cápita de las más altas del mundo, se destaca por su transparencia, su competitividad y su elevada calidad de vida. El ascenso de Singapur no fue producto del azar, sino de una historia marcada por la innovación, el control interno y decisiones estratégicas a largo plazo.
Singapur: una nación-ciudad con un enorme impacto global
Singapur es una ciudad-estado única: no posee otras ciudades dentro de su territorio y cada metro cuadrado tiene un valor estratégico. Aunque su superficie es menor que la de muchas capitales latinoamericanas, su influencia sobre la economía mundial es desmedida.
En apenas seis décadas, la isla consolidó un modelo económico que hoy es referencia global. Para los años 90, la pobreza retrocedía, el nivel educativo subía y las inversiones extranjeras fluían sin cesar. Con seis millones de habitantes, Singapur representa un caso atípico de éxito económico.
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Una ubicación privilegiada en el corazón de Asia
Situado cerca del estrecho que conecta el océano Índico con el Pacífico, la ubicación de Singapur es punto clave para el 40% del comercio marítimo mundial. Esta posición le permitió desarrollar el puerto más activo del planeta en tráfico de contenedores. Además, la apuesta por la automatización, la robótica y la capacitación laboral ha convertido a su puerto en un modelo mundial.
Su política de libre comercio y su enfoque en la seguridad jurídica fortalecieron el ecosistema empresarial y atrajeron a multinacionales de todos los sectores. Esta combinación entre geografía y eficiencia lo ha convertido en un país indispensable para el comercio internacional.
Un modelo de gobernanza y estabilidad ejemplar
Aunque su capital también se llama Singapur, la isla principal, Pulau Ujong, concentra la mayor parte de la población y de la infraestructura nacional. Sin embargo, la capital es el corazón político, financiero y tecnológico del país. Por otro lado, el dólar singapurense mantiene una de las tasas de estabilidad más altas del mundo.
Además, el país ha sabido equilibrar la apertura con un control interno firme. Gracias a esto, ha evitado conflictos regionales y desempeña un rol diplomático clave en Asia. Conformado por 64 islas, Singapur se proyecta como un nodo de interconexión global.