¿Por qué América Latina no tiene armas nucleares? El pacto histórico que impidió un conflicto tras la crisis de los misiles
Tras la crisis de los misiles, América Latina lideró un pacto histórico de desarme nuclear con el Tratado de Tlatelolco, que convirtió a la región en la primera zona densamente poblada libre de armas nucleares.
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Ante la actual tensión mundial por la escalada de conflictos y la posibilidad del estallido de una guerra nuclear entre países como Estados Unidos, Irán e Israel, América Latina ha solicitado un cese al fuego y una salida pacífica al complejo escenario diplomático. Esta solicitud se alinea con la postura regional establecida en 1967, cuando Latinoamérica acordó permanecer libre de armas nucleares gracias al Tratado de Tlatelolco, una resolución que nació tras la crisis de los misiles.
El tratado, además de establecer una zona libre de armas nucleares, creó el OPANAL, organismo encargado de vigilar el uso, la posesión y la fabricación de armamento nuclear en la región. Este histórico acuerdo le valió al mexicano Alfonso García Robles el premio Nobel de la Paz por su trabajo a favor del desarme nuclear.
El Tratado de Tlatelolco que convirtió a América Latina en la primera región densamente poblada libre de armas nucleares
El 14 de febrero de 1967, tras la tensión global por la Guerra Fría, 33 países de América Latina y el Caribe firmaron el Tratado de Tlatelolco, un acuerdo que prohibió el uso de armas nucleares en la región. Esta decisión surgió como respuesta directa a la crisis de los misiles de 1962, cuando la instalación de proyectiles soviéticos en Cuba expuso a todo el continente a un posible conflicto nuclear entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
La propuesta fue liderada por Alfonso García Robles, entonces funcionario de la Cancillería mexicana, quien articuló una vía diplomática para evitar que el armamento atómico representara una amenaza para la región. Bajo su liderazgo, se creó la Comisión Preparatoria para la Desnuclearización de América Latina (Copredal), que llevó a cabo intensas negociaciones entre los gobiernos.
Según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), América Latina ahorró aproximadamente US$480.000 millones en los últimos 50 años al evitar una carrera armamentista nuclear. En 2019, demostró su importancia al evitar una crisis ante el intento de Venezuela de reactivar su programa nuclear con ayuda rusa, pero la presión conjunta del OPANAL y los países miembros frenó la iniciativa.
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Brasil y Argentina: los países que estuvieron cerca de desafiar la prohibición nuclear en Latinoamérica
No todos los países adoptaron el Tratado sin reparos. Brasil y Argentina, que contaban con importantes programas nucleares en los años 70 y 80, mantuvieron dudas sobre renunciar a la posibilidad de desarrollar su propia tecnología para fabricar armas atómicas. Ambos países avanzaban en proyectos que podían servir para uso civil o militar.
En la década de 1990, tras la democratización y nuevos compromisos internacionales, tanto Brasil como Argentina firmaron el Tratado de Tlatelolco y también el Tratado de No Proliferación Nuclear. Además, suspendieron sus programas de misiles balísticos y promovieron la cooperación nuclear pacífica.