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Asesinan a 2 mujeres cuando visitaban a sus parejas en prisión de California: una de ellas fue estrangulada, según forense

La víctima fatal, Stephanie Dowells, tenía acceso a visitas familiares en California, pese a que su esposo, condenado por cuádruple homicidio, cumplía cadena perpetua sin opción a libertad condicional.

Dos mujeres fueron asesinadas durante visitas familiares en la Prisión Estatal de Mule Creek en California.
Dos mujeres fueron asesinadas durante visitas familiares en la Prisión Estatal de Mule Creek en California.

En menos de un año, dos mujeres murieron en circunstancias similares durante visitas familiares dentro de la Prisión Estatal de Mule Creek, en Ione, California. Ambos casos, con víctimas que compartían una relación sentimental con reclusos condenados por delitos violentos, han desatado una ola de cuestionamientos sobre la eficacia de los protocolos de seguridad en los encuentros íntimos entre presos y sus visitantes.

El último caso, ocurrido el 13 de noviembre de 2024, involucró a Stephanie Diane Dowells, de 62 años. Su esposo, David Brinson, cumple cadena perpetua por el asesinato de cuatro hombres cometido en la década de 1990. La mujer fue hallada sin vida durante una visita prolongada dentro de una de las unidades familiares del penal de Califronia. El informe forense del condado de Amador confirmó que la causa de muerte fue estrangulación, lo que encendió las alarmas sobre los riesgos de estos encuentros privados.

California: ¿qué ocurrió con Stephanie Dowells?

Stephanie Dowells, también conocida como Stephanie Brinson, mantenía una relación de años con David Brinson, quien fue condenado en 1993 tras asesinar a cuatro hombres durante un robo en Los Ángeles. A pesar de su historial violento y condena de por vida sin derecho a libertad condicional, Brinson fue admitido al programa de visitas familiares cuando fue trasladado a Mule Creek en agosto de 2024.

Durante una visita conyugal, Brinson utilizó el teléfono de la unidad privada para alertar al personal penitenciario que su esposa se había desmayado. Cuando los agentes llegaron, intentaron reanimarla, pero Dowells fue declarada muerta poco antes de las tres de la madrugada. La oficina del fiscal del condado de Amador informó que aún no se han presentado cargos formales, aunque la investigación permanece abierta. La familia de la víctima, consternada, ha denunciado inconsistencias en las declaraciones de Brinson, incluyendo versiones contradictorias sobre cómo y dónde encontró a su esposa inconsciente.

Segundo caso similar en menos de un año en prisión California

El asesinato de Dowells no fue un hecho aislado. En julio del mismo año, Tania Thomas, de 47 años, murió por estrangulación en condiciones casi idénticas mientras visitaba a su pareja, Anthony Curry, también recluso en Mule Creek y sentenciado a cadena perpetua por intento de homicidio y otros delitos. En este caso, Curry sí enfrenta cargos por asesinato, aunque todavía no ha sido procesado formalmente.

Ambos incidentes ocurrieron dentro de las mismas instalaciones y bajo el mismo programa del Departamento de Correccionales y Rehabilitación de California (CDCR), lo que ha intensificado el escrutinio público y las críticas al sistema. Las visitas familiares prolongadas, que pueden durar hasta 40 horas en espacios similares a apartamentos, se implementaron con el objetivo de fortalecer los lazos afectivos de los internos con sus familias. No obstante, las tragedias recientes han demostrado las brechas existentes en la supervisión y evaluación del riesgo de ciertos internos.

Investigan protocolos de seguridad en prisión de California

El CDCR permite estas visitas solo a reclusos que cumplan ciertos criterios: buena conducta, historial disciplinario limpio y no estar condenados por delitos sexuales. Sin embargo, familiares de las víctimas y defensores de los derechos humanos consideran que estos requisitos son insuficientes, sobre todo cuando se trata de individuos con antecedentes de extrema violencia.

Según el manual operativo del sistema penitenciario, los internos deben presentarse al conteo obligatorio al menos cuatro veces cada 24 horas durante su estancia en la unidad familiar. Para la familia de Dowells, ese nivel de control no evita que ocurran tragedias. Armand Torres, hijo de la víctima, expresó que su madre siempre buscó lo mejor en las personas y que confiaba plenamente en Brinson, al punto de permitir que su nieto los acompañara en visitas anteriores.

Tras la muerte de Dowells, su familia ha iniciado una campaña para exigir respuestas y reformas en el programa de visitas íntimas. A medida que avanza la investigación, crece la presión para que el sistema carcelario de California revise a fondo sus políticas y el un entorno que debería ser seguro.