Estados Unidos apuesta por una isla abandonada del Pacífico como nueva base militar: fue zona de pruebas nucleares hace 80 años
Estados Unidos planea establecer una base militar en una isla del Pacífico Norte. Este megaproyecto forma parte del programa Rocket Cargo Vanguard, desarrollado desde 2020 por el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea.
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Después de casi dos décadas de abandono, Estados Unidos ha iniciado un megaproyecto para recuperar una isla remota en el océano Pacífico y establecer una base militar estratégica. Este territorio, que en el pasado sirvió para pruebas nucleares y el almacenamiento de armas químicas, vuelve a estar en el centro de la planificación militar estadounidense.
El Departamento de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (DAF) ha confirmado planes para construir plataformas de aterrizaje en la isla como parte del programa Rocket Cargo Vanguard, una iniciativa que busca probar cohetes reutilizables para el transporte de material militar y personal en tiempo récord. Sin embargo, la decisión ha generado preocupaciones medioambientales y geopolíticas en medio del creciente conflicto en el Indo-Pacífico.

El interés de Estados Unidos en recuperar esta isla coincide con el aumento de las tensiones en el Indo-Pacífico. Foto: X
Estados Unidos apuesta por una isla abandonada del Pacífico como nueva base militar
Estados Unidos tiene planes para establecer una base militar en el Atolón Johnston, una isla del Pacífico Norte situada a 1.504 kilómetros de Hawái. Este territorio fue seleccionado por su ubicación estratégica y porque se encuentra bajo el control del gobierno estadounidense.
Según el Departamento de la Fuerza Aérea (DAF), el proyecto incluye la construcción de dos plataformas de aterrizaje, diseñadas para recibir hasta 10 vehículos de reentrada anualmente, durante un periodo consecutivo de cuatro años.
¿Qué se sabe del megaproyecto de Estados Unidos en el Atolón Johnston?
El megaproyecto de Estados Unidos forma parte del programa Rocket Cargo Vanguard, desarrollado desde 2020 por el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea. Este plan busca utilizar cohetes reutilizables capaces de transportar hasta 100 toneladas de carga a cualquier parte del mundo en cuestión de horas, en lugar de los días o semanas que requiere la logística militar actual.
El plan para establecer una base militar en el Atolón Johnston también involucra a la Administración Federal de Aviación (FAA) y al Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos (FWS), organismo que actualmente gestiona la isla como un refugio natural. Antes de iniciar la construcción, se realizará una evaluación ambiental para determinar el impacto del proyecto en la biodiversidad local.
El Atolón Johnston fue una zona de pruebas nucleares hace 80 años
El Atolón Johnston tiene una larga historia de uso militar. Desde 1930, funcionó como base aérea y naval, y durante la Segunda Guerra Mundial se convirtió en un punto estratégico para la defensa en el Pacífico. Entre 1950 y 1970, albergó pruebas nucleares atmosféricas, entre ellas la explosión "Starfish Prime" en 1962, una de las más potentes registradas en el espacio.
En la década de 1990, la isla fue utilizada como centro de eliminación de armas químicas, donde se destruyeron miles de toneladas de agentes tóxicos. En 2004, las instalaciones militares fueron desmanteladas y el territorio pasó a estar bajo la administración del Servicio de Pesca y Vida Silvestre (FWS), designado como refugio de vida silvestre. Sin embargo, los planes para reactivar la base militar han generado preocupación debido a los posibles residuos tóxicos que aún podrían afectar el ecosistema.
Razones estratégicas detrás del regreso militar al Atolón Johnston
El interés de Estados Unidos en recuperar esta isla coincide con el aumento de las tensiones en el Indo-Pacífico, especialmente por el creciente poder militar de China en la región. La ubicación del atolón permite reforzar la presencia militar estadounidense, distribuir recursos estratégicos y reducir la vulnerabilidad de otras bases como Hawái y Guam.
Además, la isla podría utilizarse para el almacenamiento de equipo militar. La posibilidad de desplegar cohetes reutilizables con carga militar es vista como un avance significativo en la capacidad de movilización del ejército estadounidense.
A pesar de los beneficios estratégicos, organizaciones ambientales han manifestado su preocupación por el posible impacto que la construcción de una nueva base militar podría tener en la biodiversidad del atolón. Desde su cierre en 2004, la isla ha sido un refugio crucial para diversas especies de aves marinas y vida silvestre.