Donald Trump y su negacionismo con el cambio climático: ¿un peligro para el futuro del planeta?
En medio de olas de calor, sequías e incendios, Donald Trump retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París, lo que marca el preludio de un gobierno antiambiental.
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Donald Trump inició su segundo gobierno en Estados Unidos, hace dos semanas, con su conocida postura de negación y escepticismo sobre el cambio climático. Durante la toma de mando, aseguró que la búsqueda de petróleo iba a ser una de las prioridades. “Vamos a perforar, baby, perforar”, fue la frase que resonó, mientras científicos advierten que el uso de combustibles fósiles es la principal causa del calentamiento global. Y, sin ir muy lejos, en medio de una racha de incendios sin precedentes en Los Ángeles, producto de alteraciones climáticas.
La promesa de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París, nuevamente —lo hizo en su primer gobierno y Biden lo reincorporó—, la cumplió en su primer día de presidente. Durante la firma, calificó al tratado que resguarda esfuerzos para limitar la temperatura global como una “injusta y unilateral estafa climática”. “Trump está reafirmando aquella matriz que tanto perjudica al planeta”, advierte Micaela Guillén, coordinadora nacional del Movimiento ciudadano frente al Cambio Climático (Mocicc), en diálogo con La República. ¿Qué tan peligroso puede ser el presidente estadounidense para el cuidado de la Tierra?
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América Latina en alerta
“Pareciera lejano, pero estamos hablando de una cuestión cercana”, señala Guillén, quien también es filósofa especializada en interculturalidad y medio ambiente. La región ya enfrenta graves consecuencias del cambio climático: 2024 fue el año más caluroso registrado en la historia moderna. Fenómenos como incendios forestales, sequías e inundaciones están aumentando en frecuencia e intensidad debido a la crisis ambiental.
En América Latina, los impactos son devastadores. Las olas de calor se intensifican; los huracanes son más fuertes; las sequías prolongadas afectan la agricultura; los glaciares andinos se derriten rápidamente; y las lluvias torrenciales causan inundaciones que generan pérdidas económicas significativas. Guillén precisa que estas consecuencias no solo afectan los recursos naturales, sino que también implican enormes costos financieros.
“Nuestros países se están endeudando cada vez más para pagar los efectos de la crisis climática y no hay una respuesta como bloque”, alerta Guillén. Además, subraya que las naciones latinoamericanas no están generando cuestionamientos importantes frente a esta problemática global: “Nos estamos quedando sin recursos para adaptarnos a los efectos del cambio climático”.
La facilidad para salir del Acuerdo de París
La salida de Estados Unidos del Acuerdo de París refleja la negativa de Trump a apoyar los esfuerzos globales contra el cambio climático; pero, a la vez, pone en evidencia vacíos legales en el tratado. “Lo que está visibilizando Trump es la debilidad de este acuerdo porque cada vez que él entra o sale no hay sanciones”, explica Guillén.
El Acuerdo exige reportes anuales que alertan sobre la cercanía a puntos críticos irreversibles en el calentamiento global. Sin embargo, Trump parece ignorar las advertencias e incluso las crisis ambientales que ocurren dentro de su propio país. Guillén considera urgente fortalecer este tratado para evitar que otros países sigan el ejemplo estadounidense.
Falsa emergencia energética
Trump ha justificado su renovado interés por el petróleo bajo el argumento de una supuesta “emergencia energética” nacional. Sin embargo, esta afirmación es engañosa. “No tiene sentido”, señala Guillén. “Estados Unidos tiene abastecidas todas sus necesidades energéticas con sus reservas actuales”. De hecho, gran parte de su riqueza proviene de minerales y recursos extraídos históricamente del sur global.
La producción de crudo estadounidense alcanzó un máximo histórico en 2024 y era un 17% mayor que cuando Trump terminó su primer mandato en 2021, según informes de la Administración de Información Energética. Asimismo, de acuerdo a la Agencia Internacional de Energía, se estima que la oferta global de petróleo superaría a la demanda en 2025.
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“Hay una iniciativa que viene generándose desde organizaciones que hace un llamado a dejar los combustibles fósiles bajo la Tierra. No se ha oficializado aún, pero son 10 países que ya se han suscrito, uno de ellos está en América Latina. Trump está haciendo lo contrario”, dice la coordinadora del Mocicc. Así también, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático ha señalado que, para limitar el calentamiento a niveles seguros, las reservas de combustibles fósiles conocidas deben permanecer sin explotar.
“El planeta es como un ser vivo que está reaccionando como un ser humano cuando tiene fiebre”, comenta Guillén, subrayando la urgencia de nuestra situación actual. Las acciones humanas están alterando los sistemas naturales a un ritmo alarmante, y es fundamental fortalecer acuerdos internacionales y exigir responsabilidad a los principales emisores como Estados Unidos.



















