El magnate iraní que se volvió multimillonario con la COVID-19 y demandó a Apple por robo
Joe Kiani, un innovador en medtech, se enfrenta a Apple en los tribunales mientras su empresa, Masimo, gana relevancia por su tecnología vital durante la pandemia.
Aunque la pandemia por la COVID-19 fue un periodo oscuro en el ámbito mundial, sobre todo en la salud y la economía global, existen personas como Joe Kiani que vieron este paisaje de desgracia la oportunidad de amasar una gran fortuna. Gracias a su compañía Masimo Corporation, el iraní se colocó a la par de los magnates más grandes del planeta mientras apoyó al combate del coronavirus.
Durante la primera parte de la pandemia, Masimo presentó al mercado un oxímetro de pulso con una pulsera inteligente que se podía vincular a los teléfonos inteligentes. Este producto se convirtió en una de las herramientas fundamentales de los hospitales para monitorear a los pacientes por COVID-19, puesto que les permitió mantener un seguimiento de sus enfermedades desde sus hogares.
Por ello, Joe Kiani se ha vuelto uno de los millonarios más importantes de la tecnología médica. No obstante, su visión empresarial estaría por trascender del mercado de la salud, ya que el iraní busca competir con Apple en el mercado de los relojes inteligentes, empresa a la cual demandó por “apropiación indebida de secretos comerciales e infracción de patentes”, según Ámbito.
Joe Kiani logró amasar una gran fortuna durante la pandemia de la COVID-19. Foto: Forbes.
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Joe Kiani, un multimillonario de la salud
Durante la pandemia de COVID-19, la demanda de tecnología de monitoreo remoto de pacientes experimentó un aumento sin precedentes. Masimo, ya líder en dicho ámbito, estaba en una posición única para responder a esa necesidad global.
En ese sentido, Kiani y su equipo introdujeron una serie de innovaciones, en los que se incluyó dispositivos portátiles que permiten el monitoreo continuo de los niveles de oxígeno en la sangre.
Masimo demandó a Apple por tomar patentes de la empresa. Foto: CNBC.
El éxito de Joe Kiani no fue una casualidad. Masimo, de la cual es propietario y en la que cumple el papel de director ejecutivo, fue fundada cuando él tenía 24 años ante la negativa de otras compañías a su pedido de inversión para la revolución de la tecnología en los oxímetros. Las acciones de Masimo ingresaron a la bolsa de valores en 2007, con un valor de más de US$500 millones desde su salida.
Masimo pretende competir contra Apple en el mercado de los relojes inteligentes. Foto: Masimo.
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Joe Kiani en una lucha contra Apple
La contienda legal entre Joe Kiani y Apple Inc. se centra en acusaciones de que la empresa de la manzana infringió varias patentes de Masimo relacionadas con la tecnología de sensores de salud integrados en dispositivos wearables como el Apple Watch.
Masimo sostiene que Apple utilizó, sin permiso, tecnologías patentadas para la medición de la saturación de oxígeno en la sangre, una característica esencial durante la pandemia.
Kiani no dudó en llevar a Apple a los tribunales en la búsqueda de una reparación económica y la protección de la exclusividad e integridad de las innovaciones de su compañía. A medida que el caso continúa desarrollándose, se plantean preguntas sobre el equilibrio entre la innovación, los derechos de propiedad y la ética empresarial en el competitivo mercado global.
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Estados Unidos también demandó a Apple
El Gobierno de Estados Unidos, a través del Departamento de Justicia y con el apoyo de 16 fiscales generales estatales, demandaron a Apple bajo acusaciones de monopolio en el mercado de los smartphones y otras tecnologías relacionadas. La demanda alega que Apple restringió el acceso a su tecnología mediante el incremento de los costos para los consumidores y negó la entrada de rivales potenciales en el mercado.
Según la administración de Joe Biden, estas prácticas no solo afectan al consumidor, sino que también sofocan la innovación y perjudican a los productores y trabajadores, poniendo en peligro los mercados libres y justos. Esta demanda forma parte de un esfuerzo más amplio del gobierno de Biden para hacer cumplir las leyes antimonopolio y asegurar un mercado competitivo.
Respecto a esta acusación, Apple negó tener una conducta monopolística y defendió su modelo de negocio, que, según afirma, se basa en la innovación y en ofrecer una experiencia de usuario superior. La compañía también ha advertido que esta demanda podría establecer un precedente peligroso que permitiría al gobierno intervenir excesivamente en el diseño de tecnología.