Bebé muere tras consumir fentanilo en guardería de EE. UU.: otros 3 menores fueron hospitalizados
La Policía de la ciudad de Nueva York detuvo a la propietaria del centro de cuidado de menores, así como a un hombre que vivía en el mismo edifico, tras hallar un kilo de la potente droga.
Un bebé de un año murió y otros tres tuvieron que ser hospitalizados luego de haber sufrido una intoxicación por fentanilo dentro de las instalaciones de la guardería a la que asistían en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos. De acuerdo con la Policía, el menor que perdió la vida habría consumido la potente droga, cuyos restos se hallaron debajo de la colchoneta en la que tomó su siesta en el centro de cuidado infantil Divino Niño, ubicado en el Bronx.
Según reportes de medios locales, el trágico hecho se registró el último viernes 15 de septiembre, cuando una de las maestras se comunicó con las autoridades para alertar que los niños afectados, entre los 8 meses a 2 años de edad, no se habían despertado de su habitual siesta a pesar de que intentaron reanimarlos. Solo 3 de los 4 afectados lograron responder ante la aplicación de Narcan, medicamento que se emplea para revertir los efectos de las drogas en las personas.
Hasta el edificio en el que está la guardería Divino Niño llegaron agentes de la Policía de Nueva York, donde se halló un kilo de fentanilo. Foto: New York Post
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La Policía señaló ante los medios que cerca de un kilo de fentanilo, junto con otros narcóticos, se hallaron dentro de un armario ubicado en un pasillo que conectaba la guardería con un apartamento. Por ello, se detuvo a Grei Méndez, mujer de 36 años, quien operaba el centro de cuidado, y Carlisto Acevedo Brito (41), el cual alquiló una habitación en el edificio donde se registró el incidente.
Los padres de la víctima de un año, quienes son originarios de República Dominicana, contaron ante los medios que era la primera semana de su hijo en la guardería luego de que el Centro Comunitario de Kingsbridge Heights les recomendara el lugar para matricularlo. “Lo más difícil para mí es llegar a casa y, al abrir la puerta, no escuchar: '¡Papá, papá, papá!'”, confesó su progenitor al canal WCBS-TV.