“Es un sueño”: nace primer bebé de hombre fallecido tras inseminación post mortem en Portugal
Ángela Ferreira ganó una batalla de años en Portugal para legalizar la inseminación post mortem y tener a su bebé. La mujer consiguió movilizar a más de 100.000 personas para que firmen una petición y que la propuesta sea discutida en el Parlamento.
Ángela Ferreira, la mujer que lideró el movimiento para legalizar la inseminación post mortem en Portugal, dio a luz a su pequeño bebé tras usar semen criopreservado por su esposo, quien falleció por cáncer en 2019. La mujer luchó durante varios años esta batalla para lograr el objetivo, pese a que su difunto marido había dejado por escrito su deseo de que su mujer tuviese un hijo con el semen que criopreservó todavía en vida.
"Hoy nuestro mundo quedó más iluminado. Nuestro hijo nació a las 11.09 con 3,915 kg y 50,5 cm. Es un niño lleno de salud. ¡Gracias, mi amor Hugo Neves Ferreira, por haberme escogido para este sueño!", escribió la madre en una publicación en Instagram, dedicada a su marido y junto a una fotografía del recién nacido.
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"¡Gracias a todos por su amor y preocupación! ¿Y ahora? Ahora voy a aislarme en esta burbuja de amor y disfrutarla tanto como pueda. Podría y tal vez debería decir más, pero en este momento quiero disfrutar y disfrutar de este amor sin fin", añadió.
La historia fue expuesta en el año 2020 en una serie documental de la cadena lusa TVI y consiguió movilizar a más de 100.000 personas para que firmen una petición y que la propuesta fuese discutida en el Parlamento. Tras varios proyectos de diferentes partidos, la inseminación post mortem entró finalmente en vigor en Portugal en noviembre de 2021.
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Fue entonces cuando, en febrero de 2023, Ángela Ferreira hizo público su embarazo a través de las redes sociales y anunció que estaba a la espera de su primer bebé.
La norma permite que una mujer sea inseminada con el material genético de su pareja fallecida "en los casos de proyectos parentales expresamente consentidos" y en un periodo de entre seis meses y tres años tras la muerte. Si el proceso culmina con el nacimiento de un bebé, es considerado hijo del fallecido a nivel legal.