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El viaje imposible de un niño migrante que cruzó 4 países para reunirse con sus padres en EE. UU.

"Por primera vez me sentí alone, lonely, solo, solito, solito de verdad”, narró Javier Zamora sobre el inicio de su travesía, que duró 49 días hasta cruzar la frontera de Estados Unidos.  

El escritor y activista Javier Zamora tenía 9 años cuando inició su travesía solo desde El Salvador hasta Estados Unidos. Foto: Javier Zamora
El escritor y activista Javier Zamora tenía 9 años cuando inició su travesía solo desde El Salvador hasta Estados Unidos. Foto: Javier Zamora

Javier Zamora forma parte de los miles de niños migrantes que tuvieron que abandonar sus países de origen para embarcarse en un traumático viaje hacia Estados Unidos para reunirse con sus padres, hermanos, abuelos o tíos. Muchos de ellos pierden la vida en el camino y otros logran su objetivo, pero todos dejan atrás su niñez para siempre, como lo describe el protagonista de esta historia.

A los 9 años, Javier dejó su natal El Salvador para reunirse con sus padres en Estados Unidos. Su padre partió años antes huyendo de la guerra civil, su madre, algunos años más tarde para reencontrarse con su esposo y trabajar al lado de él.

El abuelo del pequeño solo pudo acompañarlo hasta Guatemala, en adelante, alias 'Chepito' tuvo que seguir solo, atravesar México y el desierto de Sonora junto con otros migrantes que seguían la misma ruta. Estaba programado que el viaje dure dos semanas; sin embargo, a causa de una traición duró nueve.

"Por primera vez me sentí alone, lonely, solo, solito, solito de verdad", narró el hoy escritor y activista Javier Zamora (32) en su libro “Solito”, en el que narra los momentos de alegría, traumas, dolor y tristeza que vivió al lado de las cuatro personas migrantes que viajaron a su lado.

“Chino, Patricia y Carla, que se convirtieron en mi familia, llegamos a Estados Unidos y nos separamos. Se van, me quedo sin ellos”, contó Javier en una entrevista para BBC. “Probablemente esa es la soledad que me ha costado más. Es la que me oculté, la que olvidé por 20 años (…). La de haber perdido a quienes literalmente me cargaron cuando ya no podía caminar, a los que me salvaron la vida”, continuó.

Para Zamora, los migrantes que intentan atravesar la frontera entre México y Estados Unidos no son solo personas “pobres que necesitan ayuda”, sino que en ese trayecto también viven momentos tiernos, chistosos, de pura alegría. “Al comer, por ejemplo, al probar tacos, y en tantas otras cosas”, aseveró.

Javier y otras decenas de migrantes partieron en bote desde Guatemala para llegar a México, ruta peligrosa en la que muchos naufragan sin saber nadar y otros logran cruzar, pero quedan detenidos o atrapados.

“El olor del mar mezclado con el de la gasolina y el del sudor; o el mareo y el vómito de los que iban conmigo y cómo el viento nos devolvía lo que vomitaban y todos nos impregnábamos de ello; o el hombre que gritaba porque le temía al mar y no sabía nadar y que me dio mucho, mucho miedo, porque yo tampoco sabía nadar”, recordó Zamora.

Javier Zamora ganó un concurso de caligrafía a nivel nacional en su natal El Salvador. Foto: Javier Zamora

Javier Zamora ganó un concurso de caligrafía a nivel nacional en su natal El Salvador. Foto: Javier Zamora

Fin de la niñez

Javier Zamora dejó su niñez atrás junto con su natal El Salvador y la despedida de su abuelo en Guatemala. Desde entonces, la serie de sucesos que vivió fueron marcando y forjando a la persona en que se convertiría una vez llegado a Estados Unidos.

“Ver a los adultos tan llenos de miedo me causó un gran horror, un terror que no se olvida, que te marca. Sí, hay cosas lindas que me pasaron en ese viaje, pero en perspectiva me he dado cuenta de que yo no tuve niñez, que la perdí en el viaje. Y eso es triste”, admitió.