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Sacerdote arma show de baile del tubo en su iglesia y recibe amenazas de muerte

El pastor Daniel Boessenbacher dijo que el show fue “seductor pero suave” y rechazó las amenazas de muerte y las acusaciones de convertir la iglesia "un cabaret".

El hecho ocurrió en la iglesia protestante de Saint-Guillaume, en la ciudad de Estrasburgo, en el este de Francia. Foto: Unplush/@DanielBoessenbacher/Facebook
El hecho ocurrió en la iglesia protestante de Saint-Guillaume, en la ciudad de Estrasburgo, en el este de Francia. Foto: Unplush/@DanielBoessenbacher/Facebook

Un cura de la iglesia protestante de Saint-Guillaume fue amenazado de muerte luego de organizar un espectáculo de baile del tubo en la parroquia, evento que no fue bien recibido por los feligreses, según informó el medio francés Le Dauphine.

Asimismo, los opositores han mandado cartas amenazantes al Daniel Boessenbacher, quien afirmó que habrían deslizado dos misivas por debajo de la puerta con mensajes referidos al pole dance realizado en la iglesia.

El hecho ocurrió luego de que la asociación Crossed Passions alquilara el establecimiento religioso para organizar dos shows en los que se mezclaba el canto lírico, el baile y pole dance. El evento logró vender 1.000 entradas.

El sacerdote, de 54 años, dijo que el show fue “seductor pero suave” y lamentó que algunas personas no aprecien la exhibición, según reportó RT.

Una de las cartas anónimas pedía "decapitar a los feligreses" y se quejaba: "No es una iglesia, es un cabaret". Algunas personas incluso pedían decapitar al párroco “porque le dio la llave de nuestra santa iglesia a esta serpiente danzante", informó el medio citado.

"Estamos acostumbrados a las reacciones, pero no a las amenazas de muerte", dijo Boessenbacher, haciendo referencia a las amenazas recibidas tras organizar el evento.

El líder religioso rechazó las amenazas y anunció que el 1 de junio se celebrarán otros dos espectáculos de ópera y pole dance en el templo de Saint-Guillaume. “Creo que la Iglesia debe continuar abriéndose al mundo", concluyó el párroco.