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¿Quién es Nas Mohamed, fundador del primer club de hinchas LGTBIQ+ que denuncia la homofobia en Qatar?

La otra cara del Mundial. Nas nació en Qatar, en una familia conservadora de la que huyó. Pese a estar asilado en EE. UU., teme por su vida. Diariamente, recibe mensajes de odio y cree que su “propia familia” lo mataría por su lucha en pro de los derechos de la comunidad LGTBIQ+.

Nas Mohamed es el primer catarí en declararse públicamente gay y en defender los derechos de la comunidad LGTBIQ+. Foto: composición LR/Fabrizio Oviedo/AFP
Nas Mohamed es el primer catarí en declararse públicamente gay y en defender los derechos de la comunidad LGTBIQ+. Foto: composición LR/Fabrizio Oviedo/AFP

Todos los ojos están sobre Qatar y no precisamente por el Mundial de Fútbol. Las denuncias de organizaciones de derechos humanos no han hecho más que visibilizar una dura realidad: la homosexualidad es un delito en el país organizador de la Copa del Mundo.

Como en otros países que han vivido crisis, cientos de hombres, mujeres y adultos prefieren emigrar y buscar un lugar donde puedan ser libres. Hay muchas razones que llevan a las personas a dejar todo y empezar de nuevo, pero quizá ninguna tan dolorosa como la que vivió Nas Mohamed.

¿Quién es Nas Mohamed?

Nació y se educó en Qatar, creció en un área rural, en el seno de una familia muy conservadora. No tenía internet ni había una comunidad gay en su ciudad ni tenía acceso a medios internacionales y, según contó a la BBC, no comprendía lo que estaba pasando consigo mismo.

Nas descubrió muy joven que era gay, pero el temor lo llevó a reprimirlo por años: en el país organizador del Mundial es un crimen castigado con cárcel (según el artículo 296 del código penal, las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo son penadas con tres o cinco años de prisión).

“Yo odiaba mi vida y creía que había algo mal conmigo, Qatar no hay militancia, sino supervivencia”, contó al medio La Garganta Poderosa.

En aquel momento de su vida era muy religioso y se sabía el Corán de memoria. Prefirió enfocarse completamente en sus estudios de medicina.

A los 22 años viajó a Las Vegas, asistió a una discoteca LGTBIQ+ y se sintió liberado. “Comprendí que no tenía ningún tipo de tendencia ni deseo por tener sexo heterosexual —narra a la BBC—, estaba en shock. Luego empecé a leer y aprender más sobre mí y sobre lo que implicaba ser homosexual”.

Al regresar a Qatar tuvo miedo, pensaba que podrían asesinarlo si alguien se enteraba de que era gay. De acuerdo con lo que relata, los ‘asesinatos de honor’ son muy tribales en su nación natal. Algunas familias lo hacen y el Gobierno trata de no intervenir.

El viaje sin retorno

En 2011, regresó a Estados Unidos para completar su residencia y entrenamiento como médico. Nunca más regresó a Qatar. Pidió asilo en California, alegando la persecución que enfrentaría en el pequeño país asiático por ser gay.

Intentó hablar con sus padres para explicarles lo que ocurría, pero nunca terminó bien.

“Por tradición y vergüenza, me imagino que se habrán inventado una historia para nuestra familia extendida. No sé qué les habrán contado”, dice Nas, quien fue reconocido como el primer catarí en declararse públicamente gay. Aunque no sabe nada de sus padres, sospecha que ya saben la razón por la que se fue gracias a sus entrevistas, admite.

Nas Mohamed sabe que no es el único que ha sufrido en Qatar por ser gay y que el Mundial de Fútbol es una oportunidad para manifestarse en contra de las violaciones a los derechos humanos.

Esto lo ha llevado a crear la fundación Alwan, que busca defender los derechos de la comunidad LGTBIQ+ en Qatar y The Proud Maroons (nombre inspirado en el apodo de la selección nacional), a fin de que cada partido de fútbol sea una chance de visibilizar el problema. En su página web se definen como: “El único grupo nacional de hinchas de fútbol que no puede tener hinchas de su propia nación, porque unirse los enviaría a la cárcel”.

Mohamed sabe que jamás podrá regresar a Qatar y siente temor por los mensajes de odio que recibe. “Creo que mi propia familia me mataría por lo que estoy haciendo. Hay gente que me dice en Instagram que, si pongo un pie allí, me ayudarán a conocer a Alá”, concluye Nas.