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Moscú alerta que los misiles Stinger entregados a Ucrania podrían caer en manos de terroristas

Existe “una creciente amenaza de que estas armas de alta precisión caigan en manos de elementos y bandas terroristas, no solo en Ucrania, sino también en toda Europa”, dijo el Ministerio de Exteriores ruso.

Unas horas para irse o morir en una ciudad ucraniana destrozada por los bombardeos rusos. Foto: Sputnik News
Unas horas para irse o morir en una ciudad ucraniana destrozada por los bombardeos rusos. Foto: Sputnik News

Los misiles antiaéreos Stinger que Occidente suministra a Ucrania podrían caer en manos de terroristas, así lo informó este sábado 5 de marzo la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova.

“Los organizadores de estas entregas no pueden sino darse cuenta de una creciente amenaza de que estas armas de alta precisión caigan en manos de elementos y bandas terroristas, no solo en Ucrania, sino también en toda Europa”, dijo Zajárova citada en un comunicado.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció el 24 de febrero el lanzamiento de una “operación militar especial” en Ucrania, y alegó que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, necesitan ayuda frente al “genocidio” por parte de Kiev.

Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según Putin, es “la desmilitarización y la desnazificación” de Ucrania.

Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.

El 28 de febrero tuvo lugar la primera ronda de negociaciones entre las delegaciones de Rusia y Ucrania sobre la operación militar rusa en el territorio ucraniano, la cual no logró acuerdos importantes.

El 3 de marzo, las partes celebraron la segunda ronda, en la que acordaron establecer corredores humanitarios, con posibilidad de un alto el fuego temporal para permitir la evacuación de civiles.

Por otro lado, en Ucrania, mucha gente tiene solo unas horas para irse o morir en una ciudad destrozada por los bombardeos rusos. A cada ráfaga de viento, trozos de pared, partes de muebles y fragmentos de cristal salen volando, y van a parar a los pies de lo que queda de las torres del centro de Chernígov, destrozadas la víspera por un bombardeo ruso.

“Había cuerpos en el suelo, por todas partes. Esperaban para entrar en la farmacia aquí, y están todos muertos”, explica un superviviente, todavía desorientado por el constante ruido de las sirenas, aviso de un nuevo ataque.

Con información de Sputnik News y AFP.