Holodomor: ¿cuál es su origen y cómo fue la gran hambruna ucraniana provocada por Stalin?
Exterminio. Más de siete millones de personas, entre adultos y niños, murieron de hambre después de que rechazaran una política forzosa de la Unión Soviética. Conoce la historia.
La soberanía de Ucrania ha entrado en una espiral tras el ataque a gran escala de Rusia, sobre todo por el respaldo no tan nítido de algunos aliados. Esta no es la primera vez que los rusos hostigan al país liderado actualmente por Volodímir Zelenski. En el siglo XX, se produjo la tragedia del Holodomor, genocidio promovido por la Unión Soviética, encabezada entonces por Iosif Stalin, y que dejó más de siete millones de muertos.
Este hecho, que está a la altura del Holocausto provocado por la Alemania nazi, está entre los peores crímenes de la historia. Solo la etimología de la denominación (holod significa “hambre” y mor, “exterminio”) sirve como una antesala de lo que realmente implicó la operación que dirigió el régimen comunista contra las familias campesinas que rechazaron un programa de colectivización forzada.
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Historia breve de Rusia y Ucrania
La historia de Ucrania y Rusia tiene varios siglos de peso. El primer país mencionado existió desde la Edad Media, como la Rus de Kiev, pero el segundo, cuando surgió en el siglo XVIII, desdeñó al otro y lo conquistó. Ucrania, luego, tras la caída del zarismo en 1917, se independizó brevemente: al unirse a la creación de la URSS en 1922, volvió a ser absorbida. Recién en 1991, con la disolución del gobierno comunista, pudo ser autónoma, aunque, como se ve en el nuevo milenio, siempre bajo la no tan disimulada injerencia de su histórico vecino.
¿Qué es el Holodomor?
El intervalo del Holodomor inició en la primavera de 1931, justo cuando Ucrania era miembro de la Unión Soviética. La república bolchevique, dirigida entonces por Iosif Stalin, había implementado una política de colectivización forzada —donde el Estado es dueño de todo—, un plan quinquenal que fue gestado bajo la excusa de revertir la crisis de cosechas que habían experimentando (de 6,8 millones de productos agrícolas en 1927 a 4,8 millones en 1928) para industrializarse, pero usando el cereal ucraniano.
Sin embargo, esta medida fue de doble rasero. También implicaba que los kurkul, los campesinos independientes, debían renunciar obligatoriamente a la propiedad de sus tierras. Los castigos a quienes se rebelaban eran el fusilamiento, la deportación en masa a Siberia o la confiscación de bienes. El objetivo era mermar el nacionalismo ucraniano, que supuestamente era el paso previo a su emancipación, y el modelo rural tradicional de este territorio.
Entre los afectados no estaba solo Ucrania, a la que en esa época consideraban peyorativamente como “el granero de Europa”, sino también Kazajastán y el norte del Cáucaso. A pesar de ello, la URSS asedió con mayor intensidad a los ucranianos, sobre todo porque fueron los primeros en insubordinarse. A raíz de esta afrenta, la URSS radicalizó su postura y promovió la Gran Hambruna.
El 7 de agosto de 1932 se aprobó la Ley de Espigas. Esta medida le daba licencia a la GPU, la policía estatal de la Unión Soviética, para confiscar deliberadamente los granos de trigo de los campesinos. También se incluyó un nuevo castigo: la pena de muerte para quienes robaban o escondían algún alimento en sus casas.
Hasta 1934, cuando finalizó este proceso forzoso del régimen de Stalin, y de acuerdo a una investigación de la Representación Central Ucrania en Buenos Aires, “más de 7,5 millones de ucranianos, sobre un total de 31 millones, terminaron muertos por el Holodomor”.
Palabras sobre el Holodomor
La periodista premiada con el Pulitzer Anne Applebaum recogió para su libro Hambruna roja algunos testimonios sobre lo que significó este genocidio. “Los niños morían de hambre. Y los padres, muy próximos también a la muerte por inanición, cocinaban los cadáveres de sus hijos y se los comían. La debilidad los sumía en un profundo embotamiento. Luego, cuando se daban cuenta de lo que habían hecho, enloquecían”, le contó una reclusa polaca
El 24 de noviembre del 2007, el presidente de Ucrania, Víktor Yúshchenko, también le dedicó unas palabras a esta medida de la URSS. “El Holodomor trajo no solo sufrimientos y martirios. El Holodomor trajo a tierra ucraniana el temor, que aún vive entre nosotros. Solo la verdad sobre el genocidio del pueblo ucraniano y la memoria de cada uno de los inocentes asesinados puede librar a la nación de tan pesado legado”, dijo.
El escritor Vasili Grossman, de igual forma, se pronunció. En este caso, hizo una descripción, a través su obra Todo fluye, de las sensaciones que experimentaron varios ucranianos después de esta tragedia.
“Al principio el hambre te echa de casa. Primero es un fuego que te quema, te atormenta, te desgarra las tripas y el alma: el hombre huye de casa (…). Luego llega el día en que el hambriento vuelve atrás, se arrastra hasta casa. Esto significa que el hambre le ha vencido, aquel hombre ya no se salvará. Se mete en la cama y permanece tumbado. Una vez el hambre lo ha vencido, el hombre ya no se levantará, no solo porque ya no tenga fuerzas: le falta interés, ya no quiere vivir. Se queda tumbado en silencio y no quiere que nadie lo toque. El hambriento no quiere comer (…) no quiere que lo molesten: quiere que lo dejen en paz”.
Monumentos sobre el Holodomor
Washington
El 7 de noviembre de 2015 se colocó cerca del Capitolio Nacional, a una cuadra de Union Station en Washington (Estados Unidos), un monumento dedicado a las víctimas de la Gran Hambruna, también llamada Holodomor, en Ucrania. El Servicio de Parques Nacionales y el Gobierno de Ucrania consensuaron la construcción de este lugar. La encargada del diseño fue Larysa Kurylas.
Monumento en Washington en el que se homenajea a los caídos en el Holodomor. Foto: Ukrweekly
Kiev
Cuando en el 2006 el Parlamento ucraniano reconoció este acción de la Unión Soviética como un genocidio contra su población, se decidió crear un monumento para recordar este trágico episodio de su historia. Esto se materializó dos años después.
En Kyev Pechersk Lavra se habilitó un museo para rememorar el Holodomor. Al llegar, lo primero que se ve es la estatua de una niña que sostiene trigo, que fue llamada como El amargo recuerdo de la infancia. También está el Blackboard alley, que son unos pizarrones donde están los nombres de las 14.000 aldeas y pueblos que fueron perjudicados por esta política.
Museo en Kiev que recuerda a los millones de ucranianos que fallecieron en el genocidio. Foto: Holodomor Musem