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Italia impone la vacunación obligatoria contra la COVID-19 para mayores de 50 años

La medida surge para preservar el buen funcionamiento de los hospitales, además de mantener abiertas las escuelas y las empresas, detalló el primer ministro italiano, Mario Draghi.

Un trabajador de la salud en Italia administra una dosis de la vacuna Johnson & Johnson (Janssen) contra la COVID-19. Foto: AFP
Un trabajador de la salud en Italia administra una dosis de la vacuna Johnson & Johnson (Janssen) contra la COVID-19. Foto: AFP

El Consejo de Ministros de Italia aprobó este miércoles 5 de enero, por decreto ley, la vacunación obligatoria contra el coronavirus para mayores de 50 años, una medida que busca aliviar la presión hospitalaria y controlar los contagios para proteger a la población.

Así lo confirmaron fuentes de la jefatura del Gobierno, que indicaron que los empleados públicos y privados tendrán que mostrar desde el 15 de febrero su certificado sanitario reforzado (que se obtiene solo cuando se está vacunado o se ha pasado la enfermedad) para acceder a sus puestos de trabajo.

El resto de personas mayores de 50 años, aunque no trabajen, también tendrán que vacunarse.

El Consejo de Ministros extendió igualmente la obligación de vacunación al personal universitario, con independencia de su edad, y lo equiparó así al personal escolar, que ya lo tiene que hacer desde mediados de diciembre. Además, aprobó las directrices sobre cuarentenas en los colegios para garantizar las clases presenciales desde el 10 de enero con seguridad.

El primer ministro italiano, Mario Draghi, señaló en la reunión con los ministros la necesidad de que la población se inmunice para controlar la pandemia, según las fuentes.

“Las medidas de hoy quieren preservar el buen funcionamiento de los hospitales y, al mismo tiempo, mantener abiertas las escuelas y las empresas. Queremos frenar el crecimiento de la curva de contagios y empujar a los italianos que aún no se han vacunado a que lo hagan”, dijo Draghi.

“Actuamos sobre los grupos de edad que corren mayor riesgo de ser ingresados para reducir la presión hospitalaria y salvar vidas”, añadió.

La semana anterior, el Gobierno decidió que este pasaporte sanitario reforzado va a ser obligatorio desde el 10 de enero para acceder a los medios de transporte, además de a hoteles, ceremonias o festivales, ya que por ahora se pide en el ocio y la restauración.

Draghi quería ampliar su utilización a más actividades, como el acceso a los bancos, servicios públicos, de cuidado personal (como peluquerías o centros de estética) y tiendas o centros comerciales, pero fue imposible este miércoles por la reticencias de algunas fuerzas de la coalición gubernamental, como la ultraderechista Liga, que lo interpretaba como una vacunación obligatoria enmascarada para todo el mundo, de acuerdo a los medios italianos.

El ministro de Sanidad, Roberto Speranza, dijo por su parte que las decisiones tomadas buscan reducir el número de no inmunizados lo máximo posible porque “es lo que provoca la saturación de los sistemas hospitalarios”, ya que “dos tercios de los hospitalizados en UCI y el 50% de los pacientes en salas ordinarias no están vacunados”.

Italia registró este miércoles 5 un nuevo récord de contagios con 190.000 casos en las últimas 24 horas, mientras que el número total se situó ya en los 6,7 millones desde febrero del 2020.

El número de muertos ha sido de 231, lo que elevó la cifra total a 138.276.

En cuanto a la campaña de vacunación, el 89,13% de la población de más de 12 años ya tiene al menos una dosis y el 86,07% ha completado el ciclo, mientras que la de refuerzo se ha inoculado al 67,67% de la población que puede recibirla.

El 10,98% de los niños de entre 5 y 11 años también tienen ya al menos una dosis, pero solo el 0,01% de este colectivo presenta la pauta completa