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La docente que pasó 12 años presa por el asesinato de su esposo pese a ser inocente

María Antonia Gauna había sido condenada en 2008 a prisión perpetua. El testimonio de un médico fue clave para la anulación de su condena. Ahora será indemnizada.

María Antonia Gauna, una docente que había sido condenada a cadena perpetua por el crimen de su esposo y pasó 12 años recluida pese a ser inocente, será indemnizada en Argentina por daños y perjuicios.

Oriunda de la provincia de Corrientes, en 2008 Gauna fue condenada a prisión perpetua como autora del homicidio calificado por el vínculo de su cónyuge e insistió con su inocencia hasta que la Corte Suprema provincial ordenó la revisión del caso dos años después, según información de Télam.

Ahora, ya declarada inocente, la defensa legal de la maestra actuará para permitirle volver a casa, recuperar sus bienes y ser reconocida como heredera de su esposo.

El Tribunal Colegiado de Responsabilidad Extracontractual número 2 de la provincia dictaminó que el Estado provincial deberá resarcir por daños y perjuicios a Gauna, de acuerdo a lo que establece la ley 7.658 de indemnización por sentencia judicial absolutoria.

María Antonia Gauna “fue privada de su libertad a consecuencia de resoluciones judiciales, siendo declarada absuelta casi doce años después por encontrarla la Corte Suprema de Justicia inocente del delito por el que fuera condenada”, se lee en la declaración, según Todo Noticias.

El crimen

El asesinato del productor agropecuario Omar Bartorelli sucedió el 6 de febrero de 2005, cuando la pareja volvía a su casa. Fue encontrado en el jardín de la vivienda con ocho puñaladas y la mujer a su lado, malherida e inconsciente.

Cuando la docente salió del coma fue detenida y llevada a la cárcel, recoge La Nación. En 2008 fue condenada a prisión perpetua como autora penalmente responsable del delito de homicidio calificado por el vínculo.

Recién 10 años después, un médico especialista demostró ante la justicia que los dos tendones cortados que tenía Gauna eran heridas que no pudieron ser autoinflingidas. Eso demostró que la mujer era inocente y que hubo un tercero que atacó a la pareja.

Gauna acusa a un cuñado de su esposo, al que identificó con el apodo ‘Pirulo’, que, asegura, “nunca fue investigado”.

“Este sujeto está en Arequito usurpando mi casa y explotando el campo de mi marido. Este fue el móvil del crimen. La impunidad de este caso es insólita”, declaró.